miércoles, 21 de abril de 2010

JESUCRISTO SABIDURÍA DEL PADRE

Prólogo de Santo Tomás de Aquino a su comentario al Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo

"Yo, la Sabiduría, derramé los ríos;
yo, como un canal de un río de ingentes aguas;
Yo [soy] como un acueducto [derivado] de un río,
y como una acequia salí del Paraíso.
Dije: regaré el huerto de mis plantíos,
y me embriagaré con el fruto de mi prado [variante: parto]"
(Eclesiástico 24, 40ss)

Entre las muchísimas definiciones que se han dado de la verdadera Sabiduría, el Apóstol Pablo dio una, particularmente cierta y verdadera, cuando dijo:

"Cristo es el poder y la sabiduría de Dios... y ha sido constituido por Dios en sabiduría nuestra" (1 Cor 1,24.30).
Con lo cual no quiso decir que sólo el Hijo sea Sabiduría; puesto que tanto el Padre como el Hijo, como también el Espíritu Santo, son una misma Sabiduría, así como son una misma esencia. Sino que la sabiduría se dice con cierta propiedad del Hijo, debido a que las obras de la Sabiduría parecen convenir mucho con las obras que son propias del Hijo.

En efecto,

miércoles, 14 de abril de 2010

EN UN PRINCIPIO ERA EL VERBO
Para entender mejor el prólogo
del evangelio según san Juan

LA MEMRÁ DE ADONAY
En el Targum palestino del Pentateuco:
Neophyti 1


Gustavo Doré: La Creación de la Luz

1) El Verbo de Dios, o la Palabra de Dios, (en griego el Lógos tou Theou), es el Personaje principal del prólogo del Evangelio según San Juan. Él era, es y será. Por eso Juan lo llamará "Alfa y Omega".
El Verbo de Dios, hecho carne en Jesucristo, es el personaje central no solamente del Prólogo sino de todo el Evangelio y a él se refieren también las Cartas y el Apocalipsis.

2) El Verbo era antes de todo. De ahí que el Evangelio de Juan comienza con una mirada hacia “el principio”. Pero el Verbo será hasta el fin: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Y por eso, el Evangelio según san Juan termina con una mirada hacia el fin de los tiempos, que tiene su prolongación en el libro del Apocalipsis. Alfa y Omega, Principio y fin. Entre esos dos paréntesis, se encierra la manifestación histórica de la Palabra hecha Carne: el ministerio público del Señor en Palestina.

3) Durante mucho tiempo, muchos estudiosos de la Sagrada Escritura pensaban que Juan había tomado el término “Logos” del universo cultural griego-helenístico. De hecho autores judíos como Filón de Alejandría habían entrado en diálogo con la cultura helenística, la cual dejó su impronta en su pensamiento y en sus obras. No hay que asombrarse de que esa cultura hubiera influido en el judaísmo palestino a consecuencia de la prolongada dominación griega sobre el judaísmo palestino y de la diáspora de muchos judíos en el mundo mediterráneo.
Pero en 1956

lunes, 5 de abril de 2010

MENSAJE URBI ET ORBI DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI PASCUA 2010

«Cantemus Domino: gloriose enim magnificatus est».
«Cantaré al Señor, sublime es su victoria»

(
Liturgia de las Horas, Pacua, Oficio de Lecturas, Ant. 1).


[Interpretación del himno de Éxodo 15]

4 de abril de 2010

Queridos hermanos y hermanas:

Os anuncio la Pascua con estas palabras de la Liturgia, que evocan el antiquísimo himno de alabanza de los israelitas después del paso del Mar Rojo. El libro del Éxodo (cf. 15, 19-21) narra cómo, al atravesar el mar a pie enjuto y ver a los egipcios ahogados por las aguas, Miriam, la hermana de Moisés y de Aarón, y las demás mujeres danzaron entonando este canto de júbilo: «Cantaré al Señor, sublime es su victoria, / caballos y carros ha arrojado en el mar». Los cristianos repiten en todo el mundo este canto en la Vigilia pascual,

viernes, 12 de marzo de 2010

EN EL AÑO SACERDOTAL (4 de 4)
MEDITACIONES DE CUARESMA

SAN PEDRO A LOS PASTORES:
“NO MANDONEAR, DAR EJEMPLO”
Después de haber expuesto durante tres viernes de Cuaresma una la lectura comentada del texto de la Primera carta de Pedro: 4,19 - 5, 5, concluyo hoy con algunas reflexiones sobre lo expuesto, con la misma finalidad de mostrar que, según San Pedro, para ser un buen presbítero hay que empeñarse en ser un buen cristiano. Y, dado que ser cristiano es vivir de cara al Padre, como Hijo, para pastorear a los hijos, hay que ser, uno mismo, un buen hijo de Dios, Para espejar en sí mismo la filialidad del Hijo y ser, con el ejemplo, modelo de filialidad, como lo es Jesucristo y lo fueron Pedro y Pablo. El Obispo y el sacerdote gobiernan como hermanos mayores: con el ejemplo de hermano mayor. Se es hermano mayor por ser hijo mayor. Los hijos mayores, a su vez, viven tomando ejemplo del “Primogénito entre muchos hermanos”: Jesucristo. Decía San Agustín: "para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano". Nosotros podríamos glosarlo así: "Para vosotros puedo ser Padre, porque con vosotros anhelo y me empeño en ser hijo como el Hijo". No podemos ser buenos pastores, guardianes, defensores y nutridores del alma de nuestros fieles si no los presidimos, encabezamos, guiamos, alimentamos y defendemos en su fidelidad, en su condición de hijos. Cuanto mejores hijos somos, tanto mejores Padres resultamos.

CONCLUSIÓN
George Weigel, comentando la verdadera naturaleza de la crisis de sacerdotes y obispos norteamericanos que tanto escándalo y daño de los fieles produjo, afirma:

"los abusos sexuales del clero son el resultado de una imperfecta conversión a Cristo. [...] Antes que sacerdote católico, un hombre es discípulo de Cristo. si su seguimiento de Cristo es radicalmente deficiente, su sacerdocio también estará distorsionado.

viernes, 5 de marzo de 2010

EN EL AÑO SACERDOTAL (3 de 4)
MEDITACIONES DE CUARESMA

SAN PEDRO A LOS PASTORES:
“NO MANDONEAR, DAR EJEMPLO”
Prosigo exponiendo en estos viernes de Cuaresma, en que el año sacerdotal nos llama a la conversión a los sacerdotes, la lectura comentada de un texto de la Primera carta de Pedro: 4,19 - 5, 4, con la finalidad de mostrar que según San Pedro, para ser un buen presbítero hay que empeñarse en ser un buen cristiano.
Y, dado que ser cristiano es vivir de cara al Padre como Hijo, para pastorear a los hijos, hay que ser, uno mismo, un buen hijo de Dios, que espeje en sí mismo la filialidad del Hijo y sea, con el ejemplo, modelo de filialidad, como lo es Jesucristo y lo fueron Pedro y Pablo.
El Obispo y el sacerdote gobiernan como hermanos mayores, con el ejemplo de hermano mayor, es decir, de hijo mayor, que viven tomando ejemplo del Primogénito entre muchos hermanos: Jesucristo.
Decía San Agustín: "para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano". Nosotros podríamos glosarlo así: "Para vosotros puedo ser Padre, porque con vosotros anhelo y me empeño en ser hijo como el Hijo".
No podemos ser pastores, guardianes, defensores y nutridores del alma de nuestros fieles si no los presidimos, encabezamos, guiamos, alimentamos y defendemos en su fidelidad, en su condición de hijos. Cuanto mejores hijos somos, tanto mejores Padres resultamos.


Lectura de la primera carta de Pedro
4,19 Así que, los que padecen según la voluntad de Dios, pongan sus almas en manos de su fiel Creador sin dejar de obrar el bien. 5, 1 A los presbíteros, pues, de entre vosotros, les exhorto yo, el con-presbítero y testigo de los sufrimientos de Cristo y también el copartícipe de la gloria que está próxima a manifestarse. 2 Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados, sino espontáneamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino generosamente; 3 ni como enseñoreándose de la suerte confiada, sino engendrados [en la Vulgata se lee: dócilmente = ex animo] como modelos de la grey. 4 Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la corona de gloria que no se marchita. De igual manera los menores sujetáos a los mayores. Y todos revestíos de sentimientos de humildad” (1ª Pe 5, 1-5a).

COMENTARIOS (3)

viernes, 26 de febrero de 2010

EN EL AÑO SACERDOTAL (2 de 4)
MEDITACIONES DE CUARESMA

SAN PEDRO A LOS PASTORES:
“NO MANDONEAR, DAR EJEMPLO”


Estoy exponiendo en estos cuatro viernes de Cuaresma, la lectura comentada de un texto de la Primera carta de Pedro: 4,19 - 5, 4, con la finalidad de mostrar que según San Pedro, para ser un buen presbítero hay que empeñarse en ser un buen cristiano. Y, dado que ser cristiano es vivir de cara al Padre como Hijo, para pastorear a los hijos, hay que ser, uno mismo, un buen hijo de Dios, que espeje en sí mismo la filialidad del Hijo y sea, con el ejemplo, modelo de filialidad, como lo es Jesucristo y lo fueron Pedro y Pablo. El Obispo y el sacerdote gobiernan como hermanos mayores, con el ejemplo de hermano mayor, es decir, de hijo mayor, que viven tomando ejemplo del Primogénito entre muchos hermanos: Jesucristo. Decía San Agustín: "para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano". Nosotros podríamos glosarlo así: "Para vosotros puedo ser Padre, porque con vosotros anhelo y me empeño en ser hijo como el Hijo". No podemos ser pastores, guardianes, defensores y nutridores del alma de nuestros fieles si no los presidimos, encabezamos, guiamos, alimentamos y defendemos en su fidelidad, en su condición de hijos. Cuanto mejores hijos somos, tanto mejores Padres resultamos.

Lectura de la primera carta de Pedro

4,19 Así que, los que padecen según la voluntad de Dios, pongan sus almas en manos de su fiel Creador sin dejar de obrar el bien. 5, 1 A los presbíteros, pues, de entre vosotros, les exhorto yo, el con-presbítero y testigo de los sufrimientos de Cristo y también el copartícipe de la gloria que está próxima a manifestarse.
2 Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados, sino espontáneamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino generosamente;
3 ni como enseñoreándose de la suerte confiada, sino engendrados [Vulg.: ex animo, dócilmente] como modelos de la grey. 4 Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la corona de gloria que no se marchita. De igual manera los menores sujetáos a los mayores. Y todos revestíos de sentimientos de humildad”
(1ª Pe 4,19 - 5, 5a).

viernes, 19 de febrero de 2010

EN EL AÑO SACERDOTAL (1 de 4)
MEDITACIONES DE CUARESMA

SAN PEDRO A LOS PRESBÍTEROS:
"NO MANDONEAR...
dar ejemplo siendo modelos de la grey".
Hermanos mayores
que enseñan con su vida
a vivir como hijos del Padre celestial


Expongo en cuatro entradas que aparecerán éste y los siguientes viernes de cuaresma, la lectura comentada de un texto de la Primera carta de Pedro: 4,19 - 5, 4.
Según San Pedro, para ser un buen presbítero hay que empeñarse en ser un buen cristiano.
Y, dado que ser cristiano es vivir de cara al Padre, como Hijo, para pastorear a los hijos, hay que ser, uno mismo, un buen hijo de Dios, Para espejar en sí mismo la filialidad del Hijo. Ser así, con el ejemplo, modelo de filialidad, como lo es Jesucristo y lo fueron Pedro y Pablo.
El Obispo y el sacerdote gobiernan como hermanos mayores: con el ejemplo de hermano mayor.
Se es hermano mayor por ser hijo mayor. Los hijos mayores, a su vez, viven tomando ejemplo del “Primogénito entre muchos hermanos”: Jesucristo.

No podemos ser pastores, guardianes, defensores y nutridores del alma de nuestros fieles si no los presidimos, encabezamos, guiamos, alimentamos y defendemos en su fidelidad, en su condición de hijos.
Cuanto mejores hijos somos, tanto mejores Padres resultamos.

Nuestro ministerio pastoral será tanto más eficaz espiritualmente, nuestra predicación sucederá tanto más en ostentación de poder, cuanto más y mejor vivamos nuestra condición filial, dejándonos engendrar por el Padre.

Decía San Agustín: "para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano". Nosotros podríamos glosarlo así: "Para vosotros puedo ser Padre, porque con vosotros anhelo y me empeño en ser hijo como el Hijo".

lunes, 15 de febrero de 2010

SOBRE LAS PARÁBOLAS 4ª DE 4

Semilla y Palabra de Dios
No se exagerará la importancia de la "parábola del sembrador" que encierra, de algún modo, el secreto del género. En efecto. Jesús presenta esta parábola como la clave de interpretación de todas las parábolas y condiciona la comprensión de todas las demás a la intelección del sentido de ésta. "¿No comprendéis esta parábola? Entonces, ¿cómo entenderéis todas las parábolas?" (Marcos 4, 13).
Se trata de que el divino Sembrador sigue sembrando su Palabra y de que ésta sigue dando fruto de amor a Dios en muchos de los hombres alcanzados por ella: en los que la reciben con fe.

jueves, 11 de febrero de 2010

SOBRE LAS PARÁBOLAS 3ª DE 4

El modelo patrístico fiel al evangelio

En un tiempo como éste, conviene volver a los Santos Padres y tomarlos como modelo del comentario de las Parábolas para ponernos de nuevo sobre las huellas de aquélla exégesis mistagógica capaz de saciar el apetito de los fieles con el buen pan de los misterios cristianos y de embriagarlos en el Espíritu.

Así lo ha hecho en Argentina el Padre Alfredo Sáenz en ocho volúmenes publicados por la Editorial Gladius, Buenos Aires, presentando la interpretación de las parábolas evangélicas por los santos Padres.

La interpretación de los Santos Padres nos cautiva

jueves, 4 de febrero de 2010

SOBRE LAS PARÁBOLAS 2ª DE 4

LUZ Y FUERZA

La Palabra divina tiene un aspecto luminoso, intelectual y otro dinámico, que mueve la voluntad al amor y a la acción, al cambio de vida. Ambos íntima e inseparablemente unidos. “Dijo Dios y sucedió así”; enseña y transforma; dice y engendra.

La predicación, como ministerio de la Palabra divina, debe reflejar esa perfección. Si le falta la fuerza, la enseñanza se queda en gnosis vana. De alguna manera recae en ley: pone de manifiesto el pecado, pero no da fuerza para la virtud.