En un tiempo como éste, conviene volver a los Santos Padres y tomarlos como modelo del comentario de las Parábolas para ponernos de nuevo sobre las huellas de aquélla exégesis mistagógica capaz de saciar el apetito de los fieles con el buen pan de los misterios cristianos y de embriagarlos en el Espíritu.
Así lo ha hecho en Argentina el Padre Alfredo Sáenz en ocho volúmenes publicados por la Editorial Gladius, Buenos Aires, presentando la interpretación de las parábolas evangélicas por los santos Padres.
La interpretación de los Santos Padres nos cautiva
levantando los velos y permitiendo atisbar la belleza del misterio de Dios y de la vida en Dios. Y esto, en clave de anuncio de las gestas divinas que están teniendo lugar hoy y aquí.
¿A quién se le ocurre hoy – por ejemplo - la aplicación patrística de la parábola del sembrador a María: "la tierra más fecunda que el mundo haya conocido, donde un día cayó la semilla del Verbo y en ella se hizo carne"?
¿Quién recuerda o explica hoy a los fieles que la parábola de los obreros llamados a trabajar a diversas horas en la viña encierra, como lo explican numerosos santos padres, una teología de la historia que abarca toda la historia de la salvación de la humanidad, coronada por una perspectiva esjatológica?
Cuando Jesús y sus discípulos predicaban en parábolas no eran meramente maestros, no eran puramente doctores, eran profetas señalando las obras de un Dios en acción. Y esa acción divina pasaba a través de Jesús y de ellos, de sus personas y su destino ni más ni menos que hoy ha de pasar por el ministro y los oyentes.
La predicación de Cristo estaba animada de un lirismo profético, resultado de la contemplación asombrada de las gestas divinas, sin el cual, las parábolas se reducen a un poema que muchos leen pero casi nadie recita, a una partitura amarillenta que ya muy pocos saben interpretar. La exégesis patrística conserva, y nos devuelve, un aliento profético y poético, propio de la predicación “neumática”, espiritual, característica de Jesús y de los apóstoles, capaz de transfigurar y revivificar la predicación. Véase la obra del P. Alfredo Sáenz, S.J. Las Parábolas del Evangelio según los santos Padres, que ha publicado la editorial Gladius, Buenos Aires, en varios tomos desde 1994.