viernes, 27 de marzo de 2015

EL DEMONIO DE LA ACEDIA
Efectos espirituales de la serie de videos en EWTN
Un testimonio impactante

Hola:
mi nombre es Ana Beatriz Becerra, soy directora adjunta del canal de televisión Teleamiga Internacional en Colombia. Quiero agradecer a Dios primero, al padre Horacio Bojorge y al canal EWTN por transmitir el programa El Demonio de la Acedia.

Este programa se ha convertido en una comunicación directa de Dios hacia mí. Quiero compartirles mi propio testimonio con este programa. 
Desde muy pequeña llevo sufriendo de muchas pesadillas y ataques del demonio que se manifiestan a través de desdoblamientos, ruidos extraños y sensaciones no comunes.

En las noches mi televisor siempre queda sintonizado en EWTN ya que al transmitir sólo programas evangelizadores se convierten en mi consuelo cada vez que despierto asustada. 
Fue así como una madrugada entre la una y las tres de la madrugada, no recuerdo bien la hora, me encontraba en un hotel de la ciudad de Manizales y sentí que alguien me cogía de la mano y me sacaba de la habitación del hotel. Yo era consciente de lo que estaba viviendo en ese momento y me defendía a través de oraciones como el Ave María y el san Miguel Arcángel pero no lograba regresar. 
Se me ocurrió entonces rezar el Padre Nuestro en latín y fue así como terminó el desdoblamiento y logré regresar a mi cuerpo. Inmediatamente prendí el televisor y veo justo el programa del padre Horacio Bojorge. Lo más extraño es que él estaba hablando de lo que yo estaba viviendo en ese momento. 

Al escucharlo se me ocurrió invitarlo a Colombia para que nos dictara unos congresos de evangelización. Sin embargo, duré un año y medio para poder localizarlo. Durante todo ese tiempo seguía teniendo pesadillas, prendiendo el televisor y encontrando al padre Horacio Bojorge en su programa ElDemonio de la Acedia, contando y acertando cada vez en cada una de las cosas que yo sentía; hasta que al fin y gracias a Dios, encontré el contacto de él, lo ubiqué y le hice la invitación que tanto deseaba: traerlo a nuestro país. 
Él aceptó y vino a Colombia, estuvo en tres ciudades y para la Gloria evangelizó a más de 8000 personas. 
Escribo este testimonio porque sé que, así como yo, muchas personas se han beneficiado de este programa, para que siempre los colegas de EWTN lo mantengan en la programación y sigan evangelizando de esa forma como lo están haciendo gracias de todo corazón.
Ana Beatriz Becerra

Información sobre la serie en EWTN
http://www.ewtn.com/espanol/series/shows/el_demonio_de_la_acedia.asp


EL PROFETA MALAQUÍAS ANUNCIÓ
LA VENIDA DE DIOS EN PERSONA
A VISITAR SU TEMPLO

SEGÚN LA PROFECÍA DE MALAQUÍAS 3,1:
vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis
EL SEÑOR VINO A VISITAR SU TEMPLO 

viernes, 20 de marzo de 2015

DIOS ES RELACIÓN [2 de 2]
Yo soy el que soy = El que estoy con...


SI DIOS ES AMOR, NECESARIAMENTE ES RELACIÓN PORQUE EL AMOR IMPLICA RELACIÓN. LAS ALIANZAS SON VÍNCULO, SON RELACIÓN, CADA VEZ MÁS ESTRECHA, MÁS ÍNTIMA Y CERCANA.

1) La Antigua Alianza es un antiguo vínculo entre Dios y el Hombre:
Del Dios Padre de Dios Hijo al Dios Pariente de Abraham, Isaac y Jacob y sus descendientes
2) La Nueva Alianza es un nuevo vínculo entre Dios y el Hombre. No anula el antiguo, lo lleva a su plenitud.
Del Dios pariente del Pueblo al Pueblo pariente de hijos de Dios.Del Pariente de Israel al Dios Padre Nuestro

De la Zarza ardiente a la Ascención del Señor

En hebreo el único verbo "haya"significa ser y/o estar. No existen en hebreo como existen en castellano dos verbos: uno para expresar el ser y otro para expresar el estar. Cuando Dios se presenta a Moisés como "Yo soy el que soy" afirma también que es "el que estoy" y también promete "el que estaré" siempre con vosotros, en vuestra defensa y favor. Por eso lo que dice en la zarza implica el nombre Immanuel, "Con nosotros está Dios", "Dios con nosotros". 

Jesucristo se separa de los Apóstoles prometiendo "Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos". Alianza, perfecta, vínculo perfecto, religíón, religación, vínculo eterno. 
Yo soy vuestro Dios, y vosotros mi pueblo. Vosotros sois mis amigos. Sois "estos hermanitos míos más pequeños". Y él: "El primogénito entre muchos hermanos". Es la nueva revelación de que Dios es relación y qué clase de relación. Si era Goel y Dios Pariente, ahora es Dios Padre y nosotros sus hijos.
Pasamos así de la Zarza ardiendo al monte de la Ascensión de Cristo a los cielos: del Yo soy el que soy, al Yo soy el que estaré, el Immanuel, para siempre. Llegamos así a la Presencia real en la Eucaristía, al sacrificio perfecto.

De la Ascención del Hijo al Padre, a nuestro abrazo eterno con el Padre.


RELIGIÓN Y VINCULACIÓN (2 de 2)
Epifanía de Dios en el ámbito de lo interpersonal
Conferencia en un retiro al Clero de Arecibo
Puerto Rico enero 2015
1) Ha demostrado Mircea Eliade que no hay dimensión de la naturaleza o del cosmos que no haya sido o no pueda ser considerada como una epifanía, como una manifestación de la divinidad, de su dynamis o de su gloria. La piedra, la fuente, el bosque, la montaña, el mar, los cielos, el sol, la luna, los astros, la naturaleza entera o sus partes, sus ciclos y sus cataclismos. Pero no sólo el orden cósmico, también el orden político se ha prestado a lo largo de la historia de las religiones a funcionar como epifanía de lo divino. El Rey, el Emperador y los dioses monarcas ya sean del Olimpo ya sean de los Infiernos. 
También el orden moral, de las fuerzas del alma, ha dado lugar a la divinización de las virtudes, o a la consideración de que en ciertas virtudes o actitudes humanas hay un destello sobrehumano y divino. “Tenemos que habituarnos a aceptar las hierofanías en cualquier parte, en cualquier sector de la vida fisiológica, económica, espiritual o social [es decir: familia, parentesco entre otros]. En definitiva no sabemos si existe algo – objeto, gesto, función fisiológica, ser o juego, etc. – que no haya sido transfigurado alguna vez, en alguna parte, a lo largo de la historia de la humanidad, en hierofanía” [Tratado de Historia de las Religiones, Ed. Cristiandad, Madrid 1974, T. I. P. 33]
2) Pues bien, tanto la Alianza (en hebreo Berít) como sus virtudes características: La gracia y la misericordia, jen y jésed, apuntan nuestra atención en la dirección de las relaciones de parentesco por alianza como el analogado supremo de un parentesco divino con el hombre: el Dios Pariente, el Dios de los padres: de Abraham. Isaac y Jacob y de sus descendientes para siempre.

La idea central del Antiguo Testamento
3) Un tema que se ha agitado en los estudios bíblicos es el de la idea central o unificante del Antiguo Testamento, o el del centro estructurante de las instituciones del Antiguo Testamento. Se ha propuesto, por ejemplo, que la idea y la institución de la Alianza sería esa idea y ese hecho central, que explicaría todos los demás. Y puede decirse que esta propuesta goza de amplia, si no general, aceptación.
4) El término Go'el significa el pariente protector de sus parientes débiles. Es un término perteneciente al vocabulario familiar, aparentemente secundario, pero que ocupa un lugar clave en la teología bíblica, y que por lo tanto es -diríamos- de valor estratégico para su comprensión. Puede disputarle, con ventaja, a la Alianza, tanto la centralidad como la prioridad, a pesar de lo cual, por otra parte, no se le ha dado el relieve que merece.

El goelato: institución familiar
5) Hemos dicho que si en otros pueblos predominan las epifanías de orden cósmico, uránicos, astrales, de los ciclos de la naturaleza y/o del orden político. En la fe bíblica, sin restarle poder cósmico y podería histórico- político, Dios es considerado ante todo y  principalmente como un Dios pariente por Alianza con los primeros padres del pueblo, de manera que la visión de Dios en Israel hunde su raíz en la realidad familiar de los patriarcas bíblicos. Dios es considerado así como un pariente del clan. De ahí que convenga comenzar por recordar los rasgos y características de la familia, como institución del Antiguo Testamento, ya que es el lugar de epifanía o manifestación de los rasgos y atributos divinos del Dios bíblico.
  
La familia israelita
6) En el pueblo bíblico del Antiguo Testamento - como en otras culturas tribales del Oriente Próximo - correspondía al pariente el deber de proteger a sus parientes más débiles o necesitados en la medida de sus posibilidades. La fuerza de esta obligación era proporcional y correlativa al grado de proximidad del parentesco cu yo grado más próximo era el del tío paterno. Algunos aspectos de esta obligación inviolable que en tiempos patriarcales derivaba su fuerza del derecho oral y tradicional propio de la sociedad clánica, fueron más tarde reconocidos, asumidos, sancionados, regulados y estipulados por la Ley mosaica por su relación con las Promesas de descendencia y de tierra para alimentarla y vivir en libertad el vínculo de parentesco divino en el culto.
7) Esos deberes sagrados del Go'el codificados por la ley son 1) la venganza de sangre; 2) el rescate o redención del pariente esclavo; 3) el levirato por el que se procuraba descendencia al pariente difunto sin hijos, tomando a la viuda como esposa para dar hijos al difunto; 4) rescatar o redimir las tierras de la familia. Abraham da ejemplo, como tío paterno de Lot, de salir a la guerra para rescatar a su sobrino y su familia, servidores y bienes (Génesis 14, 12-20). Otro ejemplo de pariente piadoso es Bo'oz (= "En él hay poder") en el libro de Ruth que auxilia a Noemí, la viuda desamparada, toma a la viuda Ruth para dar descendencia a su esposo difunto, y rescata las tierras de la familia. De ellos es descendiente el Rey David.
                             
El Dios pariente
8) El Dios de los Padres oirá el gemido de los hijos de Abraham sometidos a esclavitud en Egipto y los liberará (Éxodo, 6, 2-13)  porque "oyó el gemido de los hijos de Jacob-Israel" (v. 5). Dios asegurará la descendencia y la tierra a Abraham y sus descendientes. Se comporta como un verdadero pariente desplegando su poder para protegerlos. Pero también entregándolos a manos de sus enemigos cuando se olvidan de Él o dudan de sus obras: "dudaron de mí aunque habían visto mis obras" (Salmo 94, 8-11; Jueces 2, 11-19).
Esta condición de Dios como pariente del clan ha sido reconocida por estudiosos como De Vaux, Albright, etc.
9) "Una característica esencial de la religión patriarcal  es el culto al "dios del padre", el cual es invocado y mencionado o se manifiesta como "el dios de mi/tu/su padre" [Gen 31,5.29 [corr. según el griego] 43,23; 46,3; 50,17; Ex 3,6; 15,2; 18,4. De Vaux, Instituciones. T.I, p.268]
10) "El 'dios del padre' es, primitivamente, el dios del antepasado inmediato, al que reconoce el hijo por dios suyo. Pero como ese culto se trasmite de padres a hijos, ese dios se convierte en el dios de la familia, y el "padre" puede ser un antepasado más alejado: aquél del que desciende todo el clan. Jacob invoca "al dios de mi padre Abraham y al dios de mi padre  Isaac" (Gn 32,10; cf. 28,13). Labán propone a Jacob poner el tratado que van a firmar bajo la protección del dios de  Abraham, el abuelo de Jacob y del dios de Najor, el padre de Labán; pero Jacob jura por el pariente de Isaac, su padre (Gn 31,53)
11)  [Nota: De Vaux Instituciones del Antiguo Testamento, Tomo I, p. 269. El pariente de Isaac o el terror de Isaac, aquí De Vaux sigue a Albright, optando por la traducción de pariente para el término pájad Yitsjaq. Dice Albright: "La traducción frecuente del nombre arcaico pájad por "terror" ha levantado muchas objeciones, la traducción más probable sería "pariente, emparentado", como en palmireno posterior...en palmireno, pajdâ significa "familia, clan, tribu" formada por la parentela próxima de un hombre"  (ALBRIGHT W.F., De La Edad de Piedra al Cristianismo. El marco histórico y cultural de la Biblia, Ed. Sal Terrae, Santander 1959, 320 pp. (Título Original: From the Stone Age to Christianity, Baltimore 1942). Citamos de la Trad. esp.: p. 197 y nota 71)].
12) "Esta religión del padre es la forma más antigua que podemos alcanzar, la que los antepasados de Israel trajeron a Canaán. Podemos intentar definir algunos rasgos: 1º) El dios del padre no está vinculado a un santuario, va ligado a un grupo de hombres. 2º) Se reveló al antepasado y fue reconocido por él. 3º) Y el más importante a nuestros fines: Este vínculo, que se extiende al grupo que procede de ese antepasado, se concibe como un parentesco"
13) "En efecto, el dios del padre es una divinidad nómada: guía, acompaña y defiende en el camino al grupo que le es fiel. Decide sus migraciones y sabe a dónde lo conduce. "Deja tu  país...por el país que yo te indicaré" le dice el dios de Abraham al comienzo mismo de la historia patriarcal (Gn 12,1). El dios de su padre es quien manda a Jacob regresar a Canaán (Gn 32,10; cf. 31,3). El dios de Abraham le acompaña de Harán a Canáan (Gn 12,7), y de Canaán a Egipto (Gn 12,17). El criado de Abraham puede invocar, en la alta Mesopotamia, al dios de su señor (Gn 24,12). El dios de Jacob le defiende adondequiera que vaya (Gn 28,15.20; 35,3), le protege contra los abusos de Labán (Gn 31,42), le salva del peligro con que le amenaza Esaú (Gn 32,12.
14) El dios del padre está metido en la pequeña historia del grupo y la dirige" [De Vaux, Instituciones O.c. T.I, p.272]. El nombre de Dios en la revelación mosaica, cuya traducción clásica es "Yo soy el que soy", parece querer decir más precisamente "Yo soy el que estaré" es decir el que "estaré contigo", para socorrerte, auxiliarte, defenderte, alimentarte, como un Buen Pastor.. El estará con su pueblo con una presencia auxiliadora, como volverá a expresarse en el nombre "Emmanuel", en hebreo 'Im-anu-'El = 'Dios [está] con nosotros'. Es decir: luchando en favor nuestro. El nombre  revelado a Moisés, que la posterior tradición judía convierte en el Shem hammeporash es decir el nombre que no ha de ser pronunciado, es pues un nombre signo y un nombre promesa de asistencia. Es por lo tanto, un nombre de guerra.
15) "El patriarcal dios del padre, que se reveló al antepasado y permanece "con él", se compromete con sus fieles mediante promesas. El tema de la promesa se repite con frecuencia en los relatos del Génesis. Se presenta bajo formas diversas: promesa de una posteridad o de una tierra, o de ambas cosas a la vez."..."Estas dos promesas responden a las aspiraciones primordiales de grupos de pastores seminómadas: la descendencia que asegure la continuidad del clan y la tierra en la que esperan asentarse" y les asegurará el sustento [De Vaux, Instituciones .O.c. T.I, p.272] .
16) De Vaux coincide con W.F. Albright, en que: "los hebreos, lo mismo que sus antepasados nómadas, poseían un sentido agudo para las relaciones de parentela entre un grupo patriarcal (clan o familia), y su dios, que era de hecho un miembro del clan y podía ser invocado por un pariente mortal como "padre, hermano", o "pariente". En consecuencia, todos los miembros del clan eran hijos, hermanos o parientes del dios, que era el cabeza de familia".
17) [Nota: ALBRIGHT W.F., De La Edad de Piedra al Cristianismo. El marco histórico y cultural de la Biblia, Ed. Sal Terrae, Santander 1959, 320 pp. (Título Original: From the Stone Age to Christianity, Baltimore 1942). Citamos de la Trad. esp.: p. 195 ]
18) Podemos afirmar por lo tanto, apoyándonos en los resultados de serios trabajos arqueológicos e históricos, estos rasgos distintivos de la religión bíblica: 1º) Considerar al Dios del Padre como un Dios-pariente, el primero y máximo Goel de todo el pueblo; 2º) Ver una Epifanía de Dios en las relaciones de parentesco y en los términos de Alianza de parentesco, es decir: sacralizar la esfera interpersonal: la alianza esponsal y la familia. 3º) Considerar que el Dios-Goel asegura con sus Promesas y con su Auxilio, tanto la descendencia como el alimento, primero del clan y más tarde del pueblo entero, convertido en nación. Esta fe patriarcal perdurará tanto en la Ley como en los Profetas y Salmos.
Del Dios pariente al Dios Padre del Hijo y los creyentes
19) La Antigua Alianza es Alianza de parentesco de Dios con los patriarcas bíblicos y su descendencia. Dios entra en un  sistema de parentesco humano, un Nosotros humano. Por la Nueva Alianza en la sangre del Hijo, Dios vincula a los creyentes al Nosotros divino (en calidad de hijos de Dios Padre y de hermanitos pequeños del Hijo).
Esperanza en el Antiguo Testamento

20) El objeto de la esperanza vetero-testamentaria son bienes temporales intramundanos:  hijos y tierra para alimentarlos. Secundariamente surge en algunos una esperanza de vida después de la muerte aludida indefinida y vagamente: “se durmió con sus padres”. Esperanza que no comparten los  Saduceos. No hay revelación divina clara al respecto. Se trata de un objeto de esperanza deducible de la revelación.
21) Más tarde esta esperanza se ampliará con esperanzas mesiánicas que a partir de la promesa hecha a Abraham “en ti serán bendecidas todas las naciones”, abren la perspectiva de un reino de Israel sobre todas las naciones con el fin de expandir la vigencia de la Ley divina sobre el resto de la Humanidad. “El Siervo del Señor implantará la Ley hasta en las islas lejanas” [Isaías 42, 1-4].
Una misión mundial del pueblo de Israel que algunos conciben como un reino mesiánico de orden político.
22) El fundamento de la esperanza veterotestamentaria, es religioso y trascendente: la comunicación y la promesa de Dios. Se espera entrar en la tierra y poseerla porque es la Tierra Prometida por Dios. Dios se ha hecho pariente de los Patriarcas y atado por fidelidad a su descendencia que perdurará sobre la tierra y en la eternidad. Más tarde ha ido renovando sus Alianzas en el Sinaí y a David.
23) Las condiciones para alcanzar los bienes prometidos son a) pertenencia a la descendencia de los Patriarcas. Se es heredero de las promesas por vía de la sangre, y b) fidelidad a la Alianza.
24) En síntesis: el objeto de la promesa es inmanente y terrenal, primero familiar, nacional, luego internacional, pero está abierto, derivadamente, a una perdurabilidad de los amores después de la muerte. El fundamento es una manifestación o comunicación de Dios con Abraham y sus descendientes, acontecida históricamente: fundada en  Alianza y Promesa. La condición para alcanzar los bienes prometidos son: a) la pertenencia al pueblo según la carne y b) la fidelidad a la Alianza.

Esperanza en el Nuevo Testamento
25) Los bienes que promete Jesucristo, el hijo de Dios hecho hombre, son, a la inversa: primariamente celestiales y derivadamente terrenales.
26) El objeto de la Esperanza cristiana son las personas divinas y la comunión y comunicación presencial con ellas. El mismo Cristo es 'Nuestra Esperanza'. Y Él es inseparable del Padre y del Espíritu Santo. Él es también el fundamento por el que sus discípulos esperamos alcanzar la comunión de vida con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en esta vida y en la eterna. “Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo” (Jn 17,3).
27) Objeto: Ahora se ofrece algo que el hombre no podría haber deseado ni imaginado. Se ofrece una participación en una comunión en la vida con Dios mismo como Padre. Diríamos que se nos ofrece “el abrazo eterno de hijos con Dios Padre”, después de haber vivido en la tierra como hijos; y porque se ha vivido así en la tierra, como se vivirá en el cielo.La supervivencia después de la muerte ya no es un reunirse con los antepasados en el lugar de la pregunta y porque así lo reclama la voz del amor humano en el alma creada.
28) El fundamento de la esperanza es llegar al abrazo filial con el Padre. Y eso se debe a la iniciativa salvadora de las tres divinas Personas. Es el Hijo que vino a revelarnos al Padre, mostrándose a sí mismo como hijo obediente. Es el Padre que resucita al Hijo obediente como Padre amoroso. Es el Espíritu Santo que nos comunica desde ahora ese conocimiento amoroso del Padre y del Hijo.
29) El fundamento es el Hijo hecho hombre y sus palabras y promesas: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre si no es por mí” (Juan 14, 6). “El que cree en mí tiene vida eterna” (Juan 6, 47); “El que me coma vivirá por mí” (Juan 6, 57). "En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones... si no fuera así os lo habría dicho... voy a prepararos un lugar" (Juan 14,2)
30) La condición para alcanzar lo que se espera es vivir como el Hijo, vivir como hijos, pertenecer al gran Nosotros divino humano, a la Iglesia viva, a la Comunión de los santos, al Cuerpo de Cristo, al pueblo de la nueva alianza, o el nuevo Israel, o el Israel según el Espíritu.
31) La condición se expresa también como permanencia en el sistema de vínculos que une a las Personas divinas y en el que son asumidas las humanas: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros, permaneced en mi amor” (Juan 15,9). Es la 'permanencia en la pertenencia' o sea la fidelidad al Nosotros divino humano, a la familia del Padre.
32) Hay un tránsito del Dios pariente de los hombres al Dios Padre que reengendra con vida divina. "El que no nazca de nuevo y de lo alto no verá, no entrará en el Reino de los Cielos" (Juan 3, 3.5). "A los que creen en su nombre le concedió poder ser hechos hijos de Dios. Que no de sangre... son nacidos sino que de Dios son nacidos" (Juan 1, 12-13). “El que cree en mí tiene vida eterna”  (Juan 6, 47); "No morirá jamás" (11, 26).  “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, vivirá eternamente” (Juan 6, 54) . "Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre, el que me coma vivirá por mí" (Juan 6, 57)
33) En la Nueva Alianza, nueva vinculación, tanto el objeto de la promesa como su fundamento son Dios mismo: Padre, Hijo y Espíritu Santo: es decir fundamentos personales y trascendentes. Y la condición es estar vinculado a las tres personas y al gran Nosotros de la comunión de los santos, por la Fe informada por la Caridad.
34) Esto no significa que el amor divino excluya ciertos bienes en esta vida, sino que los incluye; pero como añadidura, como bienes adjuntos al bien principal: “Buscad primero su Reino y su justicia y todas esas cosas se os darán por añadidura” (Mateo 6, 33).
35) En la nueva vinculación de esta nueva Alianza en la sangre del Hijo culmina el "estar con nosotros" del Emanuel.
Esos bienes se expresan en forma de Bienaventuranzas. Las Bienaventuranzas son expresión de los bienes prometidos que no son otra cosa que la comunión de vida con Dios Padre. No son otra cosa que el vínculo mismo con aquél Dios que es, en su substancia misma: Relación. .
36) Si en el Antiguo Testamento la esperanza estaba anclada en la tierra para abrirse a lo eterno, en el Nuevo Testamento está anclada en el cielo y desde allí asegura una vida bienaventurada en la tierra, aún con persecuciones y persecuciones.

[Revisión 8 enero 2015]

viernes, 13 de marzo de 2015

DIOS ES RELACIÓN [1 de 2]Religión = religación = vinculación

RELIGIÓN Y VINCULACIÓN (1)
PUESTO QUE DIOS ES SABIDURÍA Y AMOR, DIOS ES RELACIÓN
Esta tesis es fundamental para entender que la unidad de la sustancia divina no excluye sino que exige que en la sustancia de Dios haya relaciones es decir personas sustanciales, relacionadas entre sí en unidad de esencia.
La relación es una perfección que no puede faltar en la Substancia divina. 
Pero hay un sólo Dios, una sola substancia divina, por lo tanto la relación supone que dentro de su Substancia Dios tiene relaciones de conocimiento y de amor recíprocos consigo mismo. Si faltara la relación en la substancia divina, faltaría una perfección que no le puede faltar.


[La imagen: La Santísima Trinidad. Jakobus-Kirche Urschalling, Chiemgau
El Espíritu Santo representado como María, su ícono más acabado, mejor que el viento que el fuego y la paloma. 
Sólo hay dos manos: comunes a las tres personas. Significan la unidad de acción del único Dios. El Uno incluye tres personas, dos procesiones, seis relaciones. Dios es relación, sabiduría, conocimiento de sí mismo y en sí mismo, amor recíproco en sí mismo en unidad de substancia]

Puesto que Dios es uno solo y no existe otro Dios a quien pueda conocer y amar y por quien pueda ser conocido y amado, Dios debe conocerse a sí mismo y amarse a sí mismo. Y como el amor implica el darse y recibirse, el Dios único debe poder entregarse entero a sí mismo y recibirse entero de sí mismo. 

En su substancia hay pues necesariamente conocimiento y amor de y a sí mismo. Esas  relaciones dentro de la única substancia divina es lo que Cristo nos vino a revelar y nosotros llamamos relaciones (sjésis) y Personas: El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. 
El Padre engendra al Hijo por vía del conocimiento. Y esta relación implica la espiración amorosa entre ambos: el Espíritu Santo espirado por el mutuo conocimiento del Padre y del Hijo.

Dios es relación y se manifiesta como relación y en la relación, pero progresando de una alianza (vinculación o modo de vinculación) a otra:
1) Antigua Alianza: Del Dios Padre del Dios Hijo, al Dios pariente de Abraham
2) Nueva Alianza: del Dios Pariente de Israel al Dios "Padre Nuestro"

DIOS ES RELACION [1 de 2]
Sigue una conferencia pronunciada para el Clero de Arecibo:
(Puerto Rico enero 2015)

1) El beato Juan Pablo II escribió en la Tertio Millennio que el punto esencial por el que el cristianismo se diferencia de las otras religiones, – en las que desde el principio se ha expresado la búsqueda de Dios por parte del hombre –  es que, en el cristianismo, que comienza con la Encarnación del Verbo, ya no es sólo el hombre quien busca a Dios, sino que es Dios quien viene en Persona a buscar al hombre y a hablarle y a mostrarle el camino por el cual es posible alcanzarlo. “Esto es – dice el Papa – lo que proclama el Prólogo del Evangelio de Juan: ‘A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que estaba en el seno del Padre, Él lo ha contado’ (1, 18). El Verbo Encarnado es, pues, el cumplimiento del anhelo presente en todas las religiones de la humanidad[Tertio Millennio Nº 6].
2) Esta afirmación del Papa coincide con lo que décadas antes afirmaba Mircea Eliade en su Tratado de la Historia de las Religiones (Original francés en Ed. Payot, Paris 1964): “Podría decirse que todas las hierofanías [epifanías divinas] no son sino prefiguraciones del milagro de la encarnación, que cada hierofanía no es sino un intento fallido de revelar el misterio de la coincidencia [el encuentro] hombre-Dios” (Trad. Cristiandad - Madrid T.I, p. 54).
Mircea Eliade desarrolla así su pensamiento en la nota 2: “Se podría intentar salvar, dentro de la perspectiva del cristianismo, las hierofanías que precedieron el milagro de la encarnación. Por consiguiente – lejos de considerar las modalidades “paganas” de lo sagrado (fetiches, ídolos, etc.) como etapas aberrantes y degeneradas del sentimiento religioso de una humanidad degradada por el pecado –, podrían interpretarse como tentativas desesperadas de prefigurar el misterio de la encarnación. La vida religiosa entera de la humanidad – vida religiosa expresada por la dialéctica de las hierofanías – no sería, desde este punto de vista, sino una expectación de Cristo” (Lugar citado pp. 54-55).

3) Hay que apuntar a los dichos de Mircea Eliade que las diatribas bíblicas contra los ídolos tienen por motivo el desconocimiento del Creador a través de las creaturas y un endiosamiento tal de sus huellas (vestigios) que termina fatalmente en el panteísmo. Es decir, en la anulación de la distancia entre lo que el mismo Mircea Eliade descubre y encarece como cercanía al misterio cristiano de la encarnación de Dios: “toda hierofanía – dice Eliade – manifiesta la coexistencia [entiéndase: la coincidencia sin mezcla ni confusión, el encuentro en ella] de las dos esencias opuestas: sagrado y profano, espíritu y materia, eterno y no eterno”.
4) Mircea Eliade está pensando manifiestamente en la auténtica epifanía, es decir, se refiere a lo que la tradición cristiana reconoce como los “vestigia Dei” o “huellas de Dios” en la creación. Es decir de aquello que en el dedo índice de las creaturas, apunta hacia un más allá de ellas en cuanto a su causa, el poder y sabiduría que denotan por su grandeza física y por su ordenación y relaciones internas, ya sea en el espacio (uránicas, climáticas, agrícolas, vegetales, orográficas) ya sea en el orden de las estaciones y los ciclos de la fertilidad. Una cosa es la hierofanía cuando el hombre percibe esa relación de la creatura como referencia a un más allá de la creatura, es decir ese esse-ad de lo creado que remite al creador. Otra cuando el hombre se concentra en el examen del dedo índice y lo diviniza y adora. O cuando quiere forzar y obrar por sí mismo lo que debe pedir a Dios que conceda y recibir como don y gracia. De alguna manera, algunas búsquedas de Dios, son comparables al intento de Eva de comer del fruto del árbol de la vida anticipadamente, sin aguardar a que Dios se lo diera.
Así, algunas epifanías vienen de Dios, otras son construidas por iniciativa humana como proyección de un deseo que sí viene de Dios.

5) San Pablo expresa claramente en su diatriba que esa ceguera es todo lo contrario a la disposición para reconocer la distancia entre lo creado y el Creador, entre lo sagrado y lo profano: “La cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron  en sus razonamientos y su insensato corazón  se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,[...] Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón [...] a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén.  Por eso los entregó Dios a pasiones [...] Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad” [Romanos 1, 18-28],
La secularización es precisamente la supresión de la referencia, de la relación, del esse-ad de las realidades empíricas, a un mundo personal espiritual que lo rige. Consiste, en otras palabras, en desatender a la relacionalidad de las creaturas.
6) Pero lo que la fe bíblica considera como “lo peor” de las idolatrías y de la divinización de las fuerzas naturales y cósmicas, es que desplazan a Dios y su revelación del ámbito de lo interpersonal para ponerlo en lo impersonal cósmico, uránico, natural, agrícola, político. Y también, en el caso de la divinización de las virtudes humanas, porque su panegírico las desengarza de su referencia a su fin propio, que es la amistad interpersonal, puesto que son condiciones requeridas para la perduración de los vínculos entre los hombres, o entre el hombre y lo divino. El mérito de Aristóteles en su ética a Nicómaco fue precisamente percibir que el bien proporcionado para un ser de esencia personal, es decir relacional, es otro ser de la misma naturaleza personal, y el vínculo recíproco de amistad con el otro, por el cual cada uno procura el bien del amigo.

7) Lo que opera la secularización es la despersonalización. La secularización es ciega a la referencia o relación vestigial de todo lo existente a una intención personal sobrehumana. No sólo a un “proyecto inteligente” sino a un proyecto amoroso: “Y vio que era bueno” es decir “lo amó”. Esa ceguera se extiende también cuando se considera al ser humano y se le amputa la referencia a su Creador.
8) Así se hace del ser humano cuyo esse-ad está de manifiesto – como lo ha comprobado Mircea Eliade – en la estructura misma de su conciencia, un ser desvinculado de la esfera personal divina. En efecto, Mircea Eliade afirma en el Prefacio de su “Historia de las creencias y las ideas religiosas” que: “lo sagrado [es decir: la capacidad de percibirlo] es un elemento de la estructura de la conciencia [humana] no un estadio de la historia de esa conciencia” [Cristiandad, Madrid 1978, T. I, p. 15]. Mircea Eliade refuta así frontalmente la tesis de Augusto Comte, padre del positivismo.

9) M. Eliade también refuta a Kant quien, como es sabido, rechaza la revelación histórica cristiana de Dios, desechándola como posible fundamento de una religión racional pura y por eso mismo universal. Por el contrario, Mircea Eliade comprueba en su Tratado de Historia de las Religiones: “Lo sagrado se manifiesta siempre [en todas las religiones] dentro de una situación histórica determinada. Las experiencias místicas, aún las más personales y las más trascendentes, están influidas por el momento histórico” [O.c. T. I p. 2]).
10) El razonamiento de Immanuel Kant despersonaliza tanto la historia como la razón humana al desvincularlas de su verdad relacional. Pero también despersonaliza a Dios mismo como ser personal. Niega valor de verdad a la revelación de la Trinidad, o sea el carácter de Dios como ser personal, es decir relacional, en sí mismo, sustancialmente relacional. (Es decir tal como se ha manifestado revelando a través del Hijo hecho hombre la trinidad de personas que subsisten en su esencia íntima). Pero Kant niega también el esse-ad recíproco entre ese Dios personal y el ser personal humano. Dicho aún de otra manera: Kant niega a Dios la posibilidad de auto-manifestarse al hombre. Y pone en el hombre la capacidad de alcanzarlo por sí mismo mediante su razón, prescindiendo de toda acción o iniciativa divina. Pero esto es despersonalizar al Dios personal. Equivale a negar la posibilidad de una auto-manifestación divina y por lo tanto la desautorización de las Sagradas Escrituras que la afirman del principio al fin. Kant concibe a la razón humana como tan capaz de alcanzar a Dios en sí mismo que desvaloriza toda auto-manifestación divina, como la imposición de una evidencia al margen del poder de la propia razón y, de algún modo, lesiva para la autonomía de la razón humana.

11) Es cierto que cuando afirmamos que Dios es personaltripersonal, que en su esencia misma, su esse es un esse a se, pero que es también esse ad-se in se ipso – el término persona no es unívoco con el de persona atribuido al ser humano. Porque cada persona humana es una substancia o esencia en la cual las relaciones personales concretas son accidentales. Mientras que cuando hablamos de relaciones de personas en Dios, esas relaciones son substanciales y están inscritas en su misma sustancia divina inmutabl, única y común a las tres personas o relaciones.
12) El ser personal tanto divino como humano, sin embargo tienen algo de exclusivo en común. Por eso nos revela el Génesis que Dios creó al varón y a la mujer a su imagen y semejanza, es decir seres dotados de conocimiento y voluntad, capaces de conocer y amar. Y los creó en relación interpersonal primerísima con Dios y luego entre el varón y la mujer y luego con su descendencia.
13) Las potencias cognoscitivas y volitivas en el ser humano son imagen y semejanza de las personas del Logos (inteligencia) y del Espíritu Santo (voluntad). Y varón y mujer tienen una semejanza disimétrica con el Logos y el Espíritu Santo. El varón es creador conforme a la procesión del Logos. La mujer es creada conforme a la procesión del Espíritu Santo.

14) Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre nos ha revelado y hecho entender con su Espíritu Santo en la Iglesia su Esposa, que Dios es en su esencia relacional e interpersonal sin perjuicio de la unidad de su esencia, porque su esencia una e inmutable es trinitaria y en ella subsisten tres relaciones, es decir tres personas en un mismo ser. Pero con su encarnación, nos ha revelado también que ese Dios, que creó en el principio al varón y la mujer a su imagen y para alcanzar una creciente semejanza, el mismo que en el Antiguo Testamento se hizo pariente de Abraham y de sus descendientes por Alianza de parentesco que se renovaba de generación en generación, ha abierto, a partir de la venida en carne del Hijo, y para los que creen en él, la posibilidad de ser asumidos en la vida divina, es decir en la interrelación de las divinas personas, como hijos del Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. “A los que creen en su nombre les dio poder llegar a ser hechos (¡no de hacerse a sí mismos!) hijos de Dios” (Juan 1, 12), es decir, 1º ser engendrados, como el Hijo, por el re-conocimiento del Padre, 2º participar del conocimiento que el Padre tiene del Hijo, siendo así asemejados al Padre, y 3º vencer de esta manera al espíritu demoníaco el cual niega la relación mediante el asemejamiento con el Espíritu Santo.

Un paréntesis: El rechazo a la relación es lo propiamente demoníaco.
15) Hago un paréntesis para ampliar la alusión al demonio como un espíritu que niega la relación con Dios y quiere ser y usufructuar su ‘esse’ – que e,s irremediablemente, un ‘esse ab’ – viviendo y actuando sin referencia ‘ad Deum’. Este espíritu malo nos es conocido por el grito ‘Non serviam’. En los evangelios su primer grito es ‘¡¿que hay entre tú y nosotros?! ¡¿qué tienes que ver con nosotros?! ¡¿Qué tenemos que ver contigo?! (Mc. 1 24; 5,6).

16) Santo Tomás describe el pecado demoníaco en términos de ‘espíritu de prescindencia de Dios: “De este modo ambicionó el diablo ser como Dios, no ya en no estar sujeto a otro simplemente, pues así habría deseado su ‘no ser’ [...] Mas él aspiró indebidamente a ser semejante a Dios, codiciando como último fin la felicidad a que podía llegar por su propia natura, y apartando su querer de la beatitud sobrenatural, que se obtiene por la gracia. Y, si apeteció como su fin último aquella semejanza con Dios, que es por gracia, pretendió alcanzarla por virtud de su natura, y no por el auxilio de Dios según sus disposiciones. Lo cual concuerda con lo que dice San Anselmo: que ‘mal-deseó aquello mismo que hubiera alcanzado si no desobedeciera’. Y las dos cosas acaban en una, que es pretender por su propia virtud [sin Dios, sin relación interpersonal con Dios] la felicidad, lo cual es propio de Dios. [...] ambicionó, además, como consecuencia cierto principado sobre los demás seres. En lo que también presumió en su perversidad asimilarse a Dios” [Summa Theologica, 1ª Parte Q. 63, Art. 3, Cuerpo] 

17) Esta descripción nos permite reconocer esa característica en el mundo actual que quiere alcanzar metas divinas (paz, gozo, felicidad) prescindiendo de Dios y de las leyes divinas -- creaturales y reveladas --, en el gobierno de los asuntos humanos. En esto se advierte la identidad espiritual con el espíritu que lo rige y gobierna desde el anonimato, y que por eso ha sido llamado, por quienes lo conocen, “príncipe de este mundo.
18) En la descripción que hace el Cardenal Pie de la profesión del naturalismo se reconoce la misma actitud de espíritu: “Profeso altamente las doctrinas espiritualistas, quiero, con toda la energía de mi voluntad, vivir la vida del espíritu y observar las rigurosas leyes del deber. Pero no me habléis de una vida superior y sobrenatural [...] Si bien es cierto que me avergüenzo de todo lo que me degrada por debajo de mi naturaleza, tampoco siento atractivo alguno hacia lo que tienda a elevarme por encima [...] Estimo en gran manera mi naturaleza; reducida a sus elementos esenciales y tal cual Dios la ha hecho, la encuentro suficiente. No tengo la pretensión de llegar después de esta vida a una felicidad tan inefable, a una gloria trascendente [...] [Tomado de Alfredo Sáenz SJ “El Cardenal Pie. Lucidez y Coraje al servicio de la verdad” Ed. Gladius Bs. As. 2ª· ed 2007, p. 424-423].
¿Comunión con Dios? ¡No gracias!.

19) La filiación demoníaca del naturalismo la percibió el Cardenal Pie y la describió fielmente. Percibió en los distintos grados y formas del naturalismo de su época, el rechazo a la invitación a vincularse con Dios que deriva de la Encarnación del Verbo: “vosotros desarrolláis todo un orden sobrehumano, basado principalmente en el hecho de la encarnación de una persona divina [...] Pertenece a la esencia de todo privilegio el que pueda ser rehusado. Y ya que todo ese orden sobrenatural [...] es un don de Dios, gratuitamente sobre-agregado [...] a las leyes y destinos de mi naturaleza, yo me atendré a mi condición primera; viviré según las leyes de mi conciencia, según la reglas de la razón y la religión natural; y Dios no me negará, después de una vida honesta y virtuosa, la recompensa natural de las virtudes naturales” [Obra y lugar citado].
20) Nos parece estar oyendo hablar a Immanuel Kant en su obra “La Religión dentro de los límites de la Razón”. Pero nos interesaba mostrar el rostro demoníaco que se esconde tras este rechazo de la entrada en comunión con Dios. Pero nos parece también escuchar como la voz de un apuntador que dicta el discurso al escenario de este mundo, y repite el manifiesto del Ángel rebelde y jefe de todos los espíritus rebeldes a la comunión.

21) Cierro aquí el paréntesis iniciado en el número 15. Proseguiré con el desarrollo de lo anterior.

22) Mircea Eliade ha comprobado que la actitud religiosa, es decir de búsqueda de vinculación con el Dios escondido pero detectado por sus huellas o vestigios, es una estructura de la conciencia del hombre. Pero también es comprobable que el hombre es capaz de quedarse mirando el dedo que apunta hacia el Otro, y tomar el dedo como si fuera un ‘otro’ con minúscula, que sin embargo lo hipnotiza y lo distrae y lo desvía del Otro verdadero tras el cual iba; o lo detiene en el movimiento de ‘conversión’ (el shub hebreo) o sea de ‘volverse hacia’ el Otro para el encuentro presencial, enganchándose en el fantasma de un ídolo o de una idea de Dios. O simplemente endiosándose a sí mismo.

23) Santo Tomás sintetiza la doctrina de la tradición eclesial acerca de la Trinidad afirmando que en Dios, las Personas son relaciones sustanciales, que subsisten en la esencia divina misma.
24) “Una cosa es indagar la significación de la persona en general, y otra distinta la de persona divina. Persona en general significa: ‘substancia individua de naturaleza racional’”. En cualquier naturaleza significa lo que individualiza y separa una de otras. Esto es así cuando se trata de la persona humana. Pero no cuando hablamos de las personas divinas. Porque en este caso, las personas sólo se distinguen por relaciones de origen [Cuestión 27, art 2 y 3] y la relación en Dios no es como un accidente inherente a un sujeto sino que es la misma divina esencia”. [Parece entonces lícito afirmar que Dios es relación, o que la relación está en la esencia de Dios a la que son inherentes las Tres Personas].

25) En Dios “por lo tanto la relación es subsistente, como subsiste la divina esencia; y como la Deidad es Dios, del mismo modo la paternidad divina es Dios Padre, que es una persona divina. La persona divina significa, pues, la [misma] relación como subsistente; y esto es significar la relación por modo de substancia, que es ‘hipóstasis’ [substrato] subsistente en natura divina; aunque lo subsistente en natura divina no sea otra cosa que la misma natura divina. Según esto es cierto que la palabra persona significa directamente relación, e indirectamente esencia; mas no relación como tal relación, sino en cuanto se concibe por modo de hipóstasis” [relación es ‘esse ad aliud’ es una modalidad del ser que dice referencia a otro. Es un modo de ser que en nosotros es accidente y en Dios es substancia] Significa también directamente esencia e indirectamente relación, en cuanto la esencia es lo mismo que la hipóstasis; mas la hipóstasis en lo divino se significa como distinguida por relaciones; y así la relación , significada por modo de relación, cae en la razón de persona in oblicuo. [ST 1ª Q. 29, art. 4 Co.] Hablando de Dios, la palabra persona significa relación, no por modo de relación sino de sustancia, que es hipóstasis [Ad 1mam] 
24) En el siguiente capítulo voy a referirme al fundamento bíblico de estas doctrinas, comenzando por la revelación del nombre divino a Moisés: “Yo soy el que soy” o también el que “soy el que está con...” o también “Yo soy el que soy y estaré”.
25) Felizmente nuestro idioma español nos permite distinguir los dos sentidos del verbo hebreo “hayáh” que es ambivalente.


Diciembre 2014

miércoles, 11 de marzo de 2015

LA VIRGEN MARÍA A TRAVÉS DE LOS EVANGELISTAS
BREVE PRESENTACIÓN

Presentación sintética del libro en video para:
1) Los que quieran tener una primera idea del contenido antes de las presentaciones,
2) Los que no podrán asistir a ninguna de las próximas presentaciones que se tendrán en Buenos Aires desde el 9 al 12 de abril 2015,
3) Los que en el futuro quieran enterarse acerca de este libro, 

https://youtu.be/CJEaXOQh78E  

domingo, 8 de marzo de 2015

"LA VIRGEN MARÍA SEGÚN LOS 4 EVANGELISTAS"
IINVITACIÓN a las próximas presentaciones

PRÓXIMAS PRESENTACIONES EN ARGENTINA DESDE EL 9 AL 21 DE ABRIL
 Estimados amigos:
Les comunico que pienso estar en Buenos Aires desde el 9 al 22 de abril próximo con la intención de presentar mi libro de reciente aparición: “La Virgen María según los Evangelistas”.
Después de cuarenta años se reedita, por tercera vez en Argentina, este librito que tuvo dos ediciones en España, fue traducido al inglés en USA e India, al portugués, holandés, japonés y coreano.
 Ahora reaparece en quinta edición, ampliado con un estudio sobre “San Lucas Médico griego” y otro sobre “El género literario Evangelio”.
Mi intención es organizar durante esos días varias micro presentaciones en distintos lugares y para distintos públicos. Sus informaciones, sugerencias y colaboración me serán de gran ayuda. Así como la difusión de estos eventos.
Hasta ahora se han concertado las cuatro presentaciones siguientes.


1) Viernes 10 de abril hora 19.15
Colegio de Mallinckrodt
Edison 139 / 1640-Martínez / Bs.As

2) Martes 14 de abril hora 19
INFIP Instituto de Filosofía práctica
Viamonte 1596

3) Jueves 16 hora 19.30 (puede adelantarse al 9 para dejar el 16 libre)
Instituto Bosch
Suipacha 128 PB Dpto 1 (esq. Bmé. Mitre)

4) Sábado 18 de abril, hora 21 pm
Colegio FASTA Catherina
Soler 5942 (Palermo)

Pido ayuda para que, si es posible, pueda llegar a las diez presentaciones, una por noche
Les deseo una santa cuaresma y Pascua.
Horacio Bojorge.

María no es el Evangelio. No hay ningún Evangelio de María. Pero sin María tampoco hay Evangelio. Ella figura en los cuatro.
Desde la Anunciación a la Cruz, junto a su hijo Jesucristo. Y desde la Cruz hasta nuestros días, junto a nosotros.
“A Jesús por María” no es una invención moderna, es la tradición bimilenaria de la Iglesia.
No hay mejores maestros para conocer a María que los mismos evangelistas. Ellos nos transmiten la auténtica figura de María.
Esta quinta edición va enriquecida con un capítulo dedicado a san Lucas, el médico griego, el evangelista mariano, el que pintó un retrato de María, el que nos dio acceso al Corazón de María, cofre de los misterios del Santo Rosario.
¿Qué pudo brindarle su origen, su educación, sus estudios médicos en el mundo helenístico de su época? ¿Cómo calibrar el valor de su testimonio y de su capacidad de discernir el hecho cristiano y, sobre todo, ante milagros de orden biológico como la concepción virginal de María?
En Lucas parecen conjugarse lo mejor de las dos principales escuelas médicas griegas: la empírica y la pneumática. ¿Lo eligió por esto mismo el Espíritu Santo para blindar el testimonio evangélico contra las posibles dudas del Teófilo ilustrado?


viernes, 6 de marzo de 2015

EL ECLIPSE DE DIOS PADRE [2 DE 2] En la teología

Conferencia en un retiro 
al Clero de Arecibo
(Puerto Rico enero 2015)

“El teólogo no puede pensar algo con profundidad 
si no lo vive en el Espíritu”

1) El eclipse del Padre que tantos comprueban como un hecho generalizado en la vida espiritual, en la piedad litúrgica, en la proclamación del kerygma, en la tradición catequística de la fe, se pone de manifiesto en forma científicamente comprobable en el campo teológico.

Hay un acuerdo generalizado en reconocerlo.
Como observa el Padre J.-M. LE GUILLOU OP en una cita que repetiremos textualmente más adelante: “El teólogo no puede pensar con profundidad sino lo que experimenta in Spiritu sancto del misterio del que tiene que dar razón”.
Si no habla del Padre o lo hace desprolijamente eso es un índice muy elocuente de la calidad filial de su espíritu.

P. Domingo GARCÍA GUILLÉN:
“Padre es nombre de relación”
2) En una obra sobre la teología del Padre en san Gregorio Nacianceno, el P. Domingo García Guillén comprueba:
“El teólogo interesado en la teología del Padre descubre algunas dificultades con sólo asomarse a un elenco bibliográfico. El primer hecho que sorprende es la escasez de bibliografía especializada: el número de trabajos dedicados a la teología del Padre es mínimo, más aún si se compara con el ingente volumen de trabajos que cada año se dedican a la cristología y pneumatología. La situación mejoró significativamente con dos hechos del pontificado de Juan Pablo II: La publicación de la Encíclica Dives in Misericordia (1980) y el año 1999, dedicado a Dios Padre en la preparación del Gran Jubileo.  Ese último hecho dio un gran impulso a la teología del Padre: las revistas teológicas dedicaron números especiales y se publicaron obras colectivas sobre el tema, que ha ido ganando terreno en la producción teológica reciente. Aún así el número de títulos sigue siendo, en comparación, exiguo” [DOMINGO GARCÍA GUILLEN, “Padre es nombre de relación” Dios Padre en la teología de Gregorio Nacianceno Analecta Gregoriana 308, Gregorian Biblical Press 2008]
3) Este autor continúa comprobando que con el Padre se incurre en desprolijidades metódicas severas: “la teología del Padre no encuentra un ‘lugar’ propio en estos elencos, y se ve confinada al discurso sobre los ‘atributos divinos’, junto con la providencia o la omnipotencia. Dios es ‘Padre’ en un doble sentido: Padre de Jesucristo (y emisor de Espíritu), y también Padre de los seres humanos (‘Padre nuestro’). La paternidad divina sobre los hombres puede situarse sin dificultad entre los atributos divinos, no así la relación eterna del Padre con su Unigénito; sin embargo, no es infrecuente que ambos modos de paternidad divina aparezcan juntos en las bibliografías”.
4) En tercer lugar este autor señala que: “la paternidad ha sido objeto de revisión durante el siglo XX: autores como SIGMUND FREUD o LOUIS ALTHUSSER introdujeron la sospecha frente a la figura paterna, más aún frente a un Dios Padre que contemplaban como proyección eterna del padre terreno. En la producción teológica, expresiones como ‘sociedad sin padres’ (A. MITSCHERLICH, Auf dem weg zu vaterlosen Gesellschaft (1963); ‘Eclipse del Padre’ (Card. P. J. CORDES) o ‘Crisis de la paternidad’ (Tony ANATRELLA) se han vuelto de uso común”.

5) “La teología se ha visto obligada a responder a nuevos retos (como los del feminismo [la biblia feminista por ejemplo]) y a entrar en diálogo con las ciencias humanas; la puesta en crisis de la paternidad ha generado una revisión del lenguaje sobre Dios, mostrando que una mala experiencia de paternidad-filiación humana tiene un influjo negativo para la fe en Dios Padre.  (A. VERGOTE – A. TAMAYO: ‘The parental figures’. En teología: S. FUSTER, Sobre los equívocos).

4) Una cuarta dificultad que comprueba este autor al consultar las bibliografías es que la teología del Padre es una teología ‘sin nombre’, o más exactamente con muchos nombres: ‘teología de la primera persona’, paterlogía, patrilogía, patrología, abbalogía. Más allá de la cuestión terminológica, resulta evidente que se trata de un área teológica que está en fase de clarificación.
5) Pero el hecho que más lo sorprende es que la renovación de la teología trinitaria que viene operándose en los dos últimos decenios, haya llevado a algunos teólogos a relativizar la condición de Origen propio del Padre en nombre de una teología trinitaria basada en la communio o la perijóresis trinitaria.
5a] [Perijóresis: su compenetración, el estar recíproco de cada una de las personas en las otras dos de la Trinidad, morando una en la otra en una única substancia, como circulación de amor sin mezcla ni confusión de personas (De SS. Trinitate, c. 9 y 10). Las hipóstasis divinas están la una en la otra sin confundirse, morando y residiendo siempre juntas, sin que sea posible concebirlas por separado. Así pues, en la Santa Trinidad hay tres hipóstasis unidas por su perijóresis, que expresan el grado máximo de compenetración y de comunión de amor en el grado máximo de diversidad. La categoría de perijóresis recuerda las categorías correspondientes latinas de circuminsessio (residir en torno) y circumincessio (avanzar alrededor).
6) Cita como ejemplos más conocidos: Gisbert GRESHAKE, que propone prescindir de las procesiones trinitarias de generación y espiración porque indicarían un ‘movimiento unilateral’ desde el Padre. Jürgen MOLTMANN, aun reconociendo al Padre como fuente de la divinidad, prefiere destacar el ‘círculo eterno de la vida divina’, insistiendo en la perijóresis. Alexander GANOCZY considera que se debe abandonar el paradigma del Padre como ‘Principio’ (que él denomina ‘patrocentrismo’) por ser incompatible con la comunión e igualdad de los divinos Tres.

7) El status quaestionis que traza este investigador pone de manifiesto la actualidad y urgencia de una renovada teología del Padre y justifica su investigación sobre la teología del Padre en san Gregorio Nacianceno colocando su trabajo al servicio del objetivo señalado por Juan Pablo II: ‘ampliar los horizontes del creyente según la visión misma de Cristo: la visión del Padre celestial [Tertio Millenio Adveniente 49]. Y a la luz del texto: “Doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede todo conocimiento para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios” (Ef. 2, 14-19).
8) El P. García Guillén ha percibido que la profundización de la teología acerca del Padre debe nacer de una renovada vida de piedad filial, y que la atrofia que padece delata una anemia de la piedad y la espiritualidad filial del pueblo católico que se pone de manifiesto en la academia teológica con un cierto daltonismo o mancha en la retina espiritual para la contemplación del Padre.
9) En el dominio de la patrística comprueba el mismo descuido de la teología del Padre. Y los estudios sobre el pensamiento acerca del Padre en la obra de Gregorio Nacianceno no es una excepción. “El lugar del Padre – afirma – no se trata específicamente o se reduce al mínimo. Sorprende aún más que, en trabajos específicamente trinitarios, se estudie la cristología o pneumatología del Nacianceno pero la teología del Padre quede descuidada. El Padre se da por supuesto, como si no hubiera que decir nada de Él. Las palabras del Nacianceno parecen volverse contra algunos de sus estudiosos: “Sobre el Padre, ¿qué más se puede decir? La mayoría evitan hablar de Él, llenos de prejuicios y vencidos de antemano por las ideas que se hacen naturalmente de Él” [Or (Discursos) 34, 10 (Sources Chr 318, 214, 1-3)]. [Domingo García Guillen. Padre es nombre de relación Dios Padre en la teología de Gregorio Nacianceno Analecta Gregoriana 308, Gregorian Biblical Press 2008]
              
P. François-Xavier DURRWELL CSsR:
10) La misma comprobación llevó al P. Redentorista F.-X. Durrwell a escribir su obra sobre el Padre en la década 1980: “He tenido ya la oportunidad de escribir varios libros sobre Cristo y sobre su misterio filial de muerte y de gloria. También he escrito otro libro sobre el Espíritu Santo, en el que se celebra este misterio. Pero la tarea estaba sin terminar hasta que dedicara un estudio a aquél que es la fuente del misterio filial, el ‘Dios que resucitó (a Jesús) de entre los muertos’ (Gal. 1,1).
– Abundan las obras sobre Cristo y la teología se ha interesado también mucho por el Espíritu santo, pero son raros los estudios sobre Dios en su paternidad. Es urgente que la teología intente colmar esta laguna, ya que la Iglesia tiene la misión de anunciar la resurrección de Jesús. Pues bien, este ‘evangelio de Dios’, como lo llama san Pablo (Rom 1,1), es la buena nueva de un Dios-Padre que engendra para nosotros a su Hijo en el mundo: ‘Os anunciamos la buena nueva...: Dios... ha resucitado a Jesús, según dice el salmo: – Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy’ (Hech. 13, 32s).
– Este deber de proclamar el evangelio de la paternidad de Dios se impone especialmente en nuestros días, cuando la Iglesia tiene que restablecer en su verdad indudable el rostro de ese Padre que tan a menudo desfiguran los hombres, bien sea por la imagen que de él se hacen, bien por la que de él dan a los demás. [...]
11) El P. Durrwell señala la fuente escriturística donde está contenida la fuente del conocimiento del Padre
– Jesús es, en su pascua, la fuente de la teología del Padre y del Hijo y del Espíritu santo. Es allí (en su pascua) donde se realiza plenamente en el mundo y se revela la paternidad de Dios respecto al Hijo único. También es allí donde alcanza su verdad aquella palabra: ‘El que me ve, ve a mi Padre’ (Jn 14,9). Allí es, finalmente, de donde brota para el mundo el Espíritu de la filiación divina, tal como resplandece en la vida eterna de Dios.
12) Y sugiere una causa del déficit de atención al Padre de la inteligencia de los creyentes: – La escasez de estudios sobre Dios Padre tiene quizás su explicación en una teología que no se ha preocupado mucho hasta ahora de explorar en sus profundidades el misterio filial de la pascua de Jesús.
13) La afirmación implica que Durrwell percibe una desatención a la filialidad del Hijo. O sea desatención a la relacionalidad implicada en los nombres Padre-Hijo. Déficit que, como es lógico, proviene de un defecto de la relacionalidad o llanamente dicho “la religiosidad” vivida en el catolicismo contemporáneo.
14) – “He dedicado – concluye Durrwell declarando los fines que se propuso con su obra – una gran importancia a dos verdades que, a mi juicio, se desprenden claramente de la Escritura. La primera se enuncia así: en Dios que engendra a un Hijo único, el Espíritu de Dios, Espíritu de amor, es en persona el engendramiento divino. (Porque amando es como el Padre engendra a un Hijo al que ama). Y la segunda es inseparable de la primera: en ese Espíritu de engendramiento se encuentran personalizados todos los atributos de Dios, todo lo que puede decirse del ser divino [Nuestro Padre. Dios en su misterio. Ed. Sígueme 1990. (Citas en p. 9-10 y 11) (Original: Le Père. Dieu en son mystère , Ed. Du Cerf 1987)]

P. M.-J. LE GUILLOU O.P.:
El enturbiamiento histórico del rostro del Padre
15) – “Todas las cosas vienen del Padre y todas deben volver a él en el misterio de Cristo. Debido a ello el pensamiento humano, lo sepa o no, lleva el peso del misterio de la Paternidad divina. Por lo cual no resolverá sus propias dificultades mientras no se deje prender por el movimiento de ascensión pascual hacia el Padre. En consecuencia de lo cual es imposible detener nuestro esfuerzo por clarificar teológicamente las oscuridades actuales de la fe, sin antes haber situado el conjunto de ese esfuerzo bajo la mirada del Padre. (Pág. 250)

16) – El enturbiamiento histórico del rostro del Padre:
“Dado que el mundo y la historia reposan en el misterio de la Iglesia, toda perturbación profunda en la relación vital de un hombre con su familia eclesial afectará su aptitud para entrar en una auténtica relación con el Padre. Ahí no está sólo la consecuencia de un descenso o de una laguna en la ‘idea’ que haya conservado del misterio trinitario. Al mismo tiempo y más fundamentalmente es la insuficiencia de su relación con el ser eclesial la que le pondrá en dificultades respecto al misterio trinitario, y en primer lugar respecto del Padre.
17) Evocar con este objeto la analogía de lo que vive el niño en el interior del orden familiar no es sólo recurrir a una imagen, es aportar un elemento de explicación.
18) – Efectivamente, igual que, según la estructura normal de las relaciones familiares, el acceso al padre para el niño está mediatizado por su relación más directa con la madre, así también a través de la actitud de esposa e hija de la Iglesia respecto a Cristo y el Padre, el creyente se encuentra situado y se hace capaz de situarse él mismo ante el Padre.
19) Recíprocamente también, el acceso a la madre está mediatizado por el padre, de manera que el niño encuentra en relación con ella la justa distancia entre el alejamiento que es abandono y la proximidad peligrosa y recibe así del Padre también para con ella, el don de la libertad y del amor.
20) – Así la ‘seguridad plena’ que hace posible el amor perfecto no se da fuera de la experiencia que la Iglesia tiene del Padre en Cristo. Y lo cierto es que esta actitud de esposa e hija, en la que se traduce la experiencia de la Iglesia, no es cosa teórica y abstracta que sólo existiría ‘en principio’ o sólo en algunos santos. Está inscrita en la misma estructura de la Iglesia, en el papel que cumple respecto de sus hijos, en las funciones de que reviste a los que en ella tienen misión de significar algo del misterio trinitario.
21) Es el caso particularmente del rol del cuerpo sacerdotal en el que debe reflejarse el sentido que tiene la Iglesia del don recibido del Padre en Cristo. El orden jerárquico constituye en sí mismo en el interior de la Iglesia una representación del orden trinitario. No sólo una representación, sino un dispositivo sacramental eficaz sobre cuya base cada creyente debe aprender a vivir su relación personal con el Padre, según el Espíritu de su Hijo.
22) – Cuando la imagen del Padre no es discernible suficientemente a través de la actitud pastoral de aquellos en los que debería expresarse el misterio del amor, no es sólo la teología, es la fe los creyentes la que sufre un cierto oscurecimiento.
23) El teólogo no piensa con profundidad sino lo que experimenta in Spiritu sancto del misterio del que tiene que dar razón. También él tiene necesidad de mediaciones vivas para aprender a relacionarse con el Padre. Pero si de ahí viene a concebir a éste como un super ego trascendente, ¿qué idea va a dar a los que tiene misión de instruir? Y si el pueblo cristiano, en su necesidad de ver que en el interior de las relaciones de la Iglesia se refleja el amor que une al Hijo con el Padre, carece de representaciones del verdadero rostro paterno; si funciona mal el sistema de mediación, a causa de una secularización de estilo de vida y del ejercicio de la autoridad de muchos de los que deberían ser los mediadores del encuentro con el Padre ¿qué sucederá?
24) – Sucederá que ya no será comprendida por sus propios hijos la especificidad de la Iglesia. En la sumisión o en la revuelta, éstos desconocerán el sentido del misterio del amor del que ésta dispone para ellos. Por deteriorar la enseñanza teológica el estilo de vida eclesial y a la inversa, el proyecto inconsciente o semiconsciente de liquidación del Padre tomará cuerpo a través de la jerarquía explotadora, hasta la identificación luterana del Papa con el Anticristo.
25) Pero ello no impide, guste o no guste, que el papa pertenece al ordo ecclesiae en virtud del ordo trinitatis. Cuando se rechaza, falta el Padre para manifestarse eficazmente a sus hijos. El sistema jerárquico más o menos secularizado, constituido sin él y sin episcopado, de hecho y también de derecho ha dejado de ser significante de la economía que procede del Padre 

26) – Las trascendencias de reemplazo
Nos parece imposible que se pueda llegar  comprender lo que ha sucedido en las profundidades del alma y del pensamiento occidentales desde hace varios siglos, si no se miden las consecuencias de la descalificación – dentro del sistema protestante y del tipo de sociedad que va a suscitar -- de todo un mecanismo mediador destinado a significar el misterio de la Paternidad divina.
27) Realmente, donde subsiste este mecanismo sin cumplir honrosamente su función, el malestar de los hombres es profundo. Pero su desdicha se hace aún mayor cuando se ataca el principio mismo de la mediación [como hace la Reforma]. De ese modo, allí donde se ha arrebatado a los sucesores de los Apóstoles la gestión de la Verdad revelada para pasarla a ‘teólogos’ privados y luego a su descendencia universitaria – los pensadores religiosos – queda parcialmente destruida la estructura del testimonio eclesial. De ahí en adelante, las ‘autoridades’ que dispensan el saber ya no pueden legítimamente ampararse en un envío. Ya no hablan, como Jesús, como testigos del Padre, sino en su propio nombre. Su exégesis de la Escritura, su hermenéutica del ser proceden de principios que ya no son adecuados al Principio.
28) – En el orden social, el organismo político del Estado tiende a constituirse de tal modo que engloba la existencia individual y colectiva. El poder, tal como lo conciben las filosofías del derecho de inspiración hegeliana, se convierte en una forma abstracta que supone que expresa y promueve el reino de la razón. Durante cierto tiempo se hacen esfuerzos por convencer al pueblo de que ese poder es el lugarteniente secular de la Providencia. Es más difícil convencerlo de que les basta para colma su necesidad filial y para representar válidamente para la inteligencia y el corazón el rostro sagrado del Padre. Porque esa necesidad permanece, pero como ya no hay a quién referirse, se convierte en protesta contra la autoridad. [Protesta que expresa la decepción por un ejercicio decepcionante]
29) – La misma idea de que aquí abajo pueda ejercerse una autoridad en virtud de otro imperativo distinto de la ‘organización’ [es decir en el nombre de Dios Padre] y la eficacia es rechazada como incompatible con las exigencias de la dignidad humana y de la libertad personal. Toda intervención que se apoye en la autoridad jerárquica recibida del Padre se hace sospechosa. Como consecuencia de la destrucción de las inteligencias y de las afectividades privadas de verdadera experiencia filial, la invocación de los derechos de la libertad individual o de los imperativos de la ‘liberación’ colectiva se hace con detrimento de la auténtica libertad, que supone una referencia viva a la voluntad del Padre, a través de las mediaciones humanas requeridas por la economía trinitaria.
30) – La idea de ‘poder opresivo’ se convierte en algo alucinante. Se proyecta sistemáticamente”.
[Tomado de: El Misterio del Padre. Fe de los Apóstoles. Gnosis actuales. Ediciones Encuentro, Madrid 1998 Citas en pp. 258 y ss.
(Título original: Le mystère Du Père. Foi des Apôtres. Gnoses actuelles. Librairie Arthème Fayard, Paris 1973)]

[Nov 2014]