miércoles, 23 de junio de 2010

ERA NECESARIO QUE EL MESÍAS PADECIESE (9 de 9)

Ungido contra Ungido

7 Conclusión
He partido de las palabras de Jesús a los de Emaús y he tratado de reconstruir los que pudieron ser los cauces de su argumentación escriturística. Jesús, recorriendo las Sagradas Escrituras les demostró con una evidencia espiritual que encendía sus corazones, que el Mesías (el Ungido, el Elegido) debía necesariamente padecer estas cosas (griego: tauta) para entrar así en su gloria. Hemos querido mostrar a qué se refiere ese tauta: estas cosas. Es la contradicción por parte de otros ungidos, elegidos y amados de Dios: los suyos no lo recibieron. Este clásico camino bíblico del rechazo de un elegido por otro, es el que debía recorrer Jesús para corregirlo. Y en esto mismo estaba el título que lo hace acreedor a su gloria. En eso está la manifestación de lo más íntimo de su grandeza propia, humana y divina.