5.8.- Platón
Platón insistirá menos en el parentesco del hombre con Dios que sobre el parentesco del alma, en especial del intelecto, con las Ideas y con el Ser. Es bajo este aspecto que concibe el "parentesco divino" de la humanidad. Ni en él ni en Aristóteles se tratará de un Dios personal.
A Platón, todo personalismo le parecía teñido de antropomorfismo. Se contentaba con un monoteísmo difuso, el único posible entre los griegos. Pero el parentesco, la connaturalidad del alma con el mundo de las Ideas, es lo que le permite al hombre conocer.
5.9.- Stoa: Cleanto y Aratos
En la escuela estoica se encuentran expresiones semejantes y cercanas al pensamiento bíblico, pero en un contexto y por lo mismo con sentidos muy diversos. En Cleanto y en Arato se han señalado los dos textos más cercanos y semejantes a la visión bíblica.
[Imagen: Cleanto: Himno a Zeus]
Cleanto: Porque es de ti de quien provenimos, ya que somos los únicos, entre todos los seres mortales que tienen vida y se mueven sobre la tierra, que hemos recibido en comunicación el sonido que imita todas las cosas" Arato: "¡Que todo canto comience por Zeus! Mortales: ¡no dejemos de alabar jamás su nombre! Todo está lleno de Zeus, tanto las calles como las plazas donde los hombres se reúnen, y el vasto mar y los puertos: a cualquier lado que vayamos, todos tenemos necesidad de Zeus. Como que somos de su raza ["Tou gar kai génos esmen"]... Y él, como un bondadosísimo padre, da a los hombres signos propicios"[Himno a Zeus].
Es el verso de este himno que cita san Pablo en el Areópago.
Arato de Soli, Cilicia, fue un poeta didáctico, hacia el 270 .C., su principal obra: Phaneomena. El texto de Arato es el que Pablo de Tarso alegó en el Areópago, en un frustrado intento por tender un puente entre los teólogos griegos y su evangelio.
Cleanto de Assos, Troya, filósofo estoico hacia el 264 a.C. asumió la dirección de la escuela del Pórtico siendo sexagenario y la rigió durante treinta años, muriendo casi centenario. Cleanto es autor de un himno a Zeus paralelo del himno a Zeus de Arato en su Fenomena.
[NOTA: El himno a Zeus: Stobaei Anthologium I,1.12, p.25,3W; puede verse también en J.U. Powell, Collectanea Alexandrina, Oxford 1925, p. 227-229. Traducción francesa en A.-J. Festugière, La Révélation d' Hermes Trismégiste, II, Paris, 1949, p. 311-313 y en E. Des Places, Histoire des religions, III, p. 269].
Según Wilamowitz, el himno a Zeus de Cleanto sería una oración para las comidas comunes que se celebraban habitualmente en la escuela estoica, con más frecuencia que en la Academia.
La dependencia entre ambos himnos de estas dos figuras de la escuela del Pórtico y contemporáneas, es un asunto discutido y que no nos interesa dilucidar.
Citamos a continuación los exordios de ambas composiciones:
1º Cleanto:
"¡El más glorioso de los Inmortales, tú al que se invoca con tantos nombres, eternamente todopoderoso, Zeus, autor de la Naturaleza, que en la Ley gobiernas todas las cosas, yo te saludo!: Porque todo hombre, sin impiedad, puede dirigirte la palabra. Porque es de ti de quien provenimos, ya que somos los únicos, entre todos los seres mortales que tienen vida y se mueven sobre la tierra, que hemos recibido en comunicación el sonido que imita todas las cosas" (e.d. el Logos, la Palabra).
2º Arato
"¡Que todo canto comience por Zeus! Mortales: ¡no dejemos de alabar jamás su nombre! Todo está lleno de Zeus, tanto las calles como las plazas donde los hombres se reúnen, y el vasto mar y los puertos: a cualquier lado que vayamos, todos tenemos necesidad de Zeus. Como que somos de su raza ["Tou gar kai génos esmen"... Y él, como un bondadosísimo padre, da a los hombres signos propicios
[La expresión “tou gar kai génos esmen” es antiquísima en contexto no directamente religioso y parece una reminiscencia de la Ilíada, a la que se le ha trasladado el sentido para aplicarlo al plano religioso. En Ilíada 6,210, Glauco cierra la historia de su abolengo con estas palabras: "Tal alcurnia y tal sangre me glorío de tener" (tautés toi geneês te kai haimatos eukhomai eînai)]
A pesar de la semejanza, no hay que engañarse. El origen común de hombres y dioses no implica de parte del hombre un sentimiento de dependencia, y menos aún un sentimiento filial respecto de los dioses. En el estoicismo los dioses se reducen a la unidad del Zeus-logos, el hecho de que los hombres deban a este dios único su existencia, no crea entre ellos y éste los vínculos paterno-filiales. Sin embargo, el himno de Aratos concluye por un: "¡Salve Padre, maravilla soberana, soberano beneficio para los seres humanos!" (v.15).
"El concepto de syngeneia expresa el parentesco con el matiz de la connaturalidad (synfysis), de la participación en la misma naturaleza. Es un énfasis en lo ontológico, muy propio del genio filosófico del alma griega"... "Habrá que esperar siglos, hasta en los umbrales de la era cristiana, para que los estoicos, Aratos, Epicteto, osen proclamar al hombre como hijo de Dios".
[En las imágenes: Epicteto (arriba); Aratos (abajo)]
5.5.- Los vínculos entre dioses y hombres:
Ser de la raza de los héroes es un título de gloria. Cuánto más ser de raza de dioses. Pero ¿tienen ambas razas un origen común? Los poemas homéricos insisten sobre la miseria de la condición humana.
El mismo Aquiles le dice a Príamo: "Tal es la suerte que los dioses asignaron a los pobres mortales, vivir en la tristeza, mientras ellos viven libres de todo cuidado” [Iliada 24,525-526].
Apolo se niega a batirse con Poseidón "a causa de los pobres seres humanos, semejantes a las hojas, que hoy están verdes y llenas de brillo y mañana se secan y caen...” [Iliada 21,463-466].
Los dioses deben guardar distancia respecto de los hombres: Hermes no puede quedarse mucho con Príamo porque "estaría mal que un dios inmortal demostrase a mortales favor tan manifiesto" [Iliada 24,463-464].
Cuando Diomedes se arroja sobre Eneas, sin respetar al dios que lo protege, Apolo lo reconviene: "¡Detente! y no pretendas igualar tus designios a los de los dioses; serán siempre dos razas distintas, la de los dioses inmortales y la de los humanos que andan sobre la tierra” [Iliada 5,440-442].
Néstor dirá: "Ningún mortal podría penetrar los pensamientos de Zeus; por mejor que fuese, Zeus lo supera cien veces” [Iliada 8,143-144].
5.6.- Las dos razas - la divina y la humana - no se identifican.
Habrá que esperar siglos, hasta en los umbrales de la era cristiana, para que los estoicos, Aratos, Epicteto, osen proclamar al hombre como hijo de Dios.
Por lo tanto la fórmula que hace a Zeus "padre de los dioses y los hombres” [por ej.: Iliada 1,544], no expresa, como adelantáramos, más que una autoridad patriarcal y no una verdadera paternidad respecto de los hombres. Homero piensa en una dependencia, no en una filiación. Reconocer que depende de los dioses es el primer deber del hombre homérico.
A pesar de estas afirmaciones, Homero habla poco de relaciones espirituales entre Dios y el hombre. Está muy lejos de la visión bíblica, expresada por Lactancio en su vertiente cristiana, pero que suscribiría y podría reconocer como suya cualquier jasíd: "Pietas nihil aliud est quam Dei parentis agnitio” [Institutiones Divinae III,9].
5.7.- Nos encontramos pues, en el mundo griego, con un fenómeno perturbadoramente semejante al del mundo bíblico. La solidaridad familiar, fuertemente anudada por la concepción del genos, favorecía la idea de una intimidad divina que llegaba hasta la semejanza. Ya que, como dirá Hesíodo, "el ideal de los padres es tener hijos que se les parezcan", el parentesco con Dios deberá traducirse, también, en una semejanza.
Los griegos tendieron siempre a acercarse a sus dioses, o a acercar a sus dioses.
Homero representa sólo el comienzo de una larga historia religiosa del mundo griego. Hay mucha distancia entre el genos = la raza de la que se enorgullecen de provenir los héroes homéricos y el genos tal como lo entiende Aratos: raza de los dioses a la que pertenecen también los hombres. Si se trata de un parentesco real, syngenés se traduce por pariente o próximo.
En los usos metafóricos puede traducirse como connatural y equivale a synfytos [De igual naturaleza o fysis]. Como ha relevado Des Places, numerosos textos de Platón en sus últimos diálogos, y también textos de Aristóteles o de Teofrasto convencen de la cuasi-sinonimia entre syngenés y synfytos.
La idea de parentesco en el mundo griego, que tiene su origen en la institución familiar, se va tiñendo, en la historia del pensamiento griego, de un valor filosófico y religioso.
El concepto de syngeneia expresa el parentesco con el matiz de la connaturalidad (synfysis), de la participación en la misma naturaleza. Es un énfasis en lo ontológico, muy propio del genio filosófico del alma griega.
Llega a las librerías el volumen del papa Joseph Ratzinger sobre la infancia del Mesías en los Evangelios. Sostiene que es "historia verdadera" y no pura construcción teológica
por Sandro Magister
ROMA, 20 de noviembre de 2012 – "La infancia de Jesús", de Joseph Ratzinger - Benedicto XVI estará desde mañana a la venta en el original alemán y en otros ocho idiomas: italiano, inglés, francés, español, portugués, brasileño, polaco y croata. La tirada global de lanzamiento supera el millón de ejemplares. En los próximos meses, el volumen será traducido en otros once idiomas y difundido en 72 países.
Es un libro breve, escrito en forma simple y lineal. Es más fácil de leer, respecto a los dos tomos más gruesos del "Jesús de Nazareth". Fue el último publicado, pero en la intención declarada por el autor "es una especie de pequeña 'sala de ingreso' a los dos anteriores volúmenes sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazareth".
Antes que el libro saliera a la venta, la mayor incógnita era de qué manera Benedicto XVI respondería a la pregunta si el nacimiento virginal, la adoración de los Reyes Magos y los otros relatos de la infancia de Jesús, en los Evangelios de san Mateo y de san Lucas, son "historia realmente acontecida" o "solamente una meditación teológica expresada en forma de historia".
El autor se inclina decididamente por la primera de las dos respuestas, pero sin negar ciudadanía en la Iglesia a la segunda postura.
Al término del capítulo sobre los Reyes Magos, Benedicto XVI da la razón a Jean Daniélou, cuando éste escribió en "Los Evangelios de la Infancia":
"A diferencia del relato de la anunciación a María, la adoración por parte de los Reyes Magos no afecta a ningún aspecto esencial de la fe. Podría ser una creación de san Mateo, inspirada por una idea teológica: en este caso nada colapsaría".
"Pero el mismo Daniélou – prosigue el papa Ratzinger –, llega a la conclusión que se trata de acontecimientos históricos cuyo significado ha sido interpretado teológicamente por la comunidad judeo-cristiana y por san Mateo".
Y continúa afirmando:
"Para decirlo en forma simple: ésta es también mi convicción".
Benedicto XVI reconoce que "en el transcurso de los últimos cincuenta años" se ha afirmado entre los exégetas la tendencia a no reconocer la historicidad de la adoración de los Reyes Magos. Esta opinión - advierte - "no se funda en nuevos conocimientos históricos, sino en una actitud diferente frente a las Sagradas Escrituras y al mensaje cristiano en su conjunto".
Como prueba de este cambio, el Papa hace ver claramente que mientras el protestante Gerhard Delling, en el término "Mágos" del "Diccionario Teológico del Nuevo Testamento", ya en 1942 "consideraba asegurada en forma convincente la historicidad del relato sobre los Reyes Magos", posteriormente "también exégetas de clara orientación eclesial" como los católicos Ernst Nellessen o Rudolf Pesch se han pronunciado "contrarios a la historicidad" o al menos han "dejado abierta tal cuestión".
Pero frente a todo esto Benedicto XVI aconseja "considerar atentamente" la postura de otro exégeta católico contemporáneo, Klaus Berger, que en su comentario del 2011 al Nuevo Testamento escribe:
"Es necesario suponer – hasta que haya prueba en contrario – que los evangelistas no intentan engañar a sus lectores, sino que quieren relatar hechos históricos. Impugnar por pura sospecha la historicidad de este relato va más allá de toda competencia imaginable de los historiadores".
Y concluye diciendo que:
"No puedo no concordar con esta afirmación. Los dos capítulos del relato de la infancia en el Evangelio de san Mateo no son una meditación expresada en forma de historia. Al contrario: san Mateo nos relata la verdadera historia, que ha sido meditada e interpretada teológicamente, y de este modo nos ayuda a comprender más a fondo el misterio de Jesús".
A continuación presentamos la página final del libro, al término del capítulo sobre Jesús a los doce años perdido y encontrado en el Templo.
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EL MISTERIO DEL VERDADERO HOMBRE Y VERDADERO DIOS
[...] Es importante también lo que san Lucas dice sobre el crecimiento de Jesús no sólo en edad, sino también en sabiduría. Por una parte, en la respuesta del adolescente de doce años se hizo evidente que Él conoce al Padre – Dios – desde dentro. Solamente Él conoce a Dios, no sólo a través de personas humanas que dan testimonio de él, sino que Él lo reconoce en sí mismo. Como Hijo, Él está en una relación de tú a tú con el Padre. Vive en su presencia. Lo ve. San Juan dice que Él es el Único que "está en el seno del Padre" y por eso puede revelarlo (Jn 1, 18). Es precisamente lo que se torna evidente en la respuesta del adolescente de doce años: Él está con el Padre, ve las cosas y a los hombres bajo su luz.
Pero también es cierto que su sabiduría crece. En cuanto hombre, Él no vive en una omnisciencia abstracta, sino que está arraigado en una historia concreta, en un lugar y en un tiempo, en las diferentes fases de la vida humana, y de todo ello recibe la forma concreta de su saber. Así aparece aquí, en modo muy claro, que Él ha pensado y aprendido en forma humana.
Se torna realmente claro que Él es verdadero hombre y verdadero Dios, tal como lo expresa la fe de la Iglesia. En última instancia, no podemos definir el profundo entrecruzamiento entre una y otra dimensión. Permanece como misterio, y sin embargo aparece en forma muy concreta en la breve narración sobre el adolescente de doce años – una narración que abre así al mismo tiempo la puerta hacia la totalidad de su figura, que luego nos es relatado por los Evangelios.
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El libro:
Joseph Ratzinger - Benedicto XVI, "La infancia de Jesús", Editorial Planeta, 2012.
19.11.2012 > Diario Vaticano / En la curia, todos vestidos como es debido Una circular interna prohíbe al clero la vestimenta de paisano e impone la vuelta al hábito talar. También para los obispos que estén en visita en Roma. He aquí el texto íntegro de la carta, firmada por Bertone por encargo del Papa
16.11.2012 > De Marx a Ratzinger. El manifiesto del giro No es solamente el Atrio de los Gentiles. En la frontera entre la fe y la no-fe ha retornado la hora de las conversiones. Y de "una nueva alianza", con Benedicto XVI como faro
9.11.2012 > Luces y sombras del concilio. La laguna que Juan Pablo II quiso colmar Se refería a la acción misionera de la Iglesia. La génesis del decreto conciliar "Ad gentes" y de la encíclica de 1990 "Redemptoris missio" en las memorias inéditas del padre Piero Gheddo, que trabajó en la redacción de ambos documentos
5.3.- Homero
En literatura, en moral, en religión, Homero, entre los griegos, es un punto de partida: se lo encuentra al comienzo de todo. Las dos corrientes brotadas del sentido de la raza griega también tienen su origen en Homero. La que vincula entre sí a los hombres miembros del mismo genos. Y la que introduce al hombre en la familia de los dioses. En los poemas homéricos hay lugar para el deseo del hombre de elevarse a la altura del antepasado común de dioses y hombres: Zeus.
5.4.- Los vínculos de parentesco humano:
Si se pregunta de dónde proviene la naturalidad y el interés humano de los poemas homéricos, lo primero que salta a la vista es la frescura de sus comparaciones.
Pero cuando se penetra al mundo de los sentimientos, se descubrirá que residen sobre todo en la psicología de los vínculos familiares. Tanto en la Iliada como en la Odisea es constante la expresión de los amores de familia: paterno, materno, filial, conyugal.
Recuérdese el canto XXII de la Iliada, centrado en la muerte de Héctor. Antes de su combate con Aquiles, las súplicas de Príamo y Hécuba que tratan de disuadir a su hijo. Después de su muerte, las lamentaciones de ambos. Aquiles no olvida a su anciano padre Peleo, cuya memoria le evoca Príamo. Telémaco recorre el mundo a la búsqueda de Ulises. Y el clímax de la Odisea está en el retorno al hogar y en el reencuentro.
Las razones con que Néstor mueve a los guerreros para luchar son: "que cada cual recuerde a sus hijos y a su esposa, a su casa y a sus padres, ya sea que los tenga aún vivos, ya sea que hayan muerto".
La relajación de la constitución del genos y el debilitamiento de la autoridad paterna, que a partir de la Odisea tienden a arruinar la solidaridad familiar, no impiden que ésta guarde todavía en Homero su cohesión. [G. Glotz, La Solidarité de la famille dans le droit criminel de Grèce, Paris 1904, p. 4, cf. p 16-17.]
La sangre y la raza hablan todavía en voz más alta que la justicia y el derecho. Mejor dicho, ellas son y dictan justicia y derecho. Un héroe de Homero siempre está pronto para recordar su genealogía. Por ejemplo Glaucos termina su relato y la gesta de Belerofonte con la fórmula: "Esta es la raza, la sangre de la que yo me glorío de provenir" [Iliada VI,211].
Las bases de la sociedad homérica son el derecho familiar y la moral del honor.
La Iliada y la Odisea ignoran todavía la palabra syngeneia, pero genos comienza allí su carrera.
Y el concepto de areté, de la excelencia del hombre, tiene que ver mucho con su origen familiar.
5.2.- Se ha comparado el texto del Prólogo del Evangelio según San Juan 1,12-13 con un texto de Epicteto [Dichos I,3] donde se refleja una concepción de un doble parentesco "según la carne y según el espíritu".
========================= Epicteto, filósofo estoico, afirma: "Compórtate siempre, en todos los asuntos, grandes y públicos o pequeños y privados, de acuerdo con las leyes de la naturaleza. La armonía entre tu voluntad y la naturaleza debería ser tu ideal supremo." ========================
En el texto de Juan se habla de la adopción del hombre por Dios.
Naturalmente, jamás ningún griego pudo considerarse hijo de Dios a la manera bíblica, ni en particular a la manera cristiana. Pero Pablo de Tarso, citando el verso de Arato, demuestra que veía la posibilidad de encontrar en él un punto de inserción, para la visión cristiana, dentro de la visión de un griego.
¿En qué medida podían recubrirse las conciencias griega y cristiana de que el hombre era hijo de Dios?
Antes que nada hay que disipar un equívoco. Si bien es cierto que Homero habla de Zeus como "padre de los dioses y de los hombres", eso no quiere decir que Zeus sea lo uno y lo otro de la misma manera.
Cuando Juan, el evangelista, llama a los hombres "Hijos de Dios", puesto que vivía en un mundo donde el helenismo había sembrado el equívoco, se cuida de marcar las diferencias con la filiación del Verbo. Como se ha observado acertadamente: "La idea de ver en los hombres, sustancialmente, la raza de Dios, no es una idea cristiana ni judía. Es decir, no es una idea proveniente del mundo de la cultura bíblica". [D.A. Frövig, "Das Aratoszitat der Areopagrede des Paulus" (in Symbolae Osloeneses, XV-XVI, 1936, p. 33-56) p. 48. Sobre el versículo de los Hechos (17,28) ver Biblica XLIII, 1962, p. 388-395; P. Courcelle, en R.E.G. LXXVI, 1963, p.401-413].
Tampoco era una idea griega sin más ni más. La fórmula griega sobre la paternidad universal de Zeus sobre dioses y hombres no implica necesariamente una identidad entre la raza divina y la raza humana. Muy posiblemente no expresa otra cosa que la autoridad patriarcal de un paterfamiliae.
"En el orden de las ideas, el concepto griego de parentesco del hombre con Dios, se sitúa en la intersección de dos corrientes principales que dividen el pensamiento griego. La corriente legalista que insiste en la distancia entre las dos razas. Y la corriente mística y filosófica que urge al hombre a imitar a los dioses…”
5.- Visión bíblica y visión griega del parentesco de Dios y el hombre.
También en la cultura griega antigua había conciencia del alma y de la personalidad íntima. Esto llevó a algunos de sus representantes a presentar al alma humana como unida a Dios por una filiación de naturaleza.
Nos importa mostrar las diferencias que hay debajo de estas aparentes convergencias.
De alguna manera, al señalar las diferencias, podremos acercarnos más a una mejor comprensión de la visión bíblica.
Como en la cultura bíblica, también los griegos hablaron de la parentesco del hombre con Dios. El término central de estas elucubraciones es la sungeneia. El hombre es sungenés de los dioses, es de su mismo génos [raza].
[En este quinto punto sigo el estudio del P. Édouard Des Places S.J., SYNGENEIA, La Parenté de l'Homme avec Dieu d'Homère à la Patristique. C. Klincksieck, Paris l964. De él ofrecemos las notas y citas de sus fuentes eruditas ya que su obra es de difícil acceso].
Pablo de Tarso, en el discurso del Areópago, buscando un punto de contacto y de inserción del mensaje evangélico en la cultura y en la religión griega, cita, en su famoso discurso, un verso del poeta Arato: "Somos de la raza de los dioses. [= Tou gar kai génos esmen].
Pablo cita al poeta Arato en su composición Phaenomena 5. El término génos lo introduce Píndaro, pero la realidad se encuentra ya en Homero. ¿Vieja creencia en una creación? ¿En una preexistencia del alma en otra vida? En todo caso el instinto y el atractivo esencial era el retorno a Dios. Y de ahí el atractivo que sobre el alma griega tuvieron las religiones de misterios. Hijo de Dios, destinado a reencontrarlo, el hombre debe parecérsele. Platón declaró por eso, que era la tarea propia de la vida humana, parecerse a Dios. Esta noción de parentesco, plantea problemas que, también en este caso, han sido encarados desde el área de distintas disciplinas: filológica, histórica, literaria.
[NOTA: El Padre Des Places afirma: "Los términos relativos al parentesco ofrecen una materia muy propicia para la lingüística comparada”. Remite al lector estudioso a una obra fundamental de conjunto del indo-europeo: B. Delbrück, "Die indogermanischen Verwandtschaftsnamen. Ein Beitrag zur vergleichenden Alterthumskunde" en Abhandlungen der k. sächs. Gesellschaft der Wiss. , ph.h. Kl., XI, 1890, p. 379-606.
De este estudio afirmaba E. Beneviste en 1950, que seguía siendo válido (Bull. de la Soc. Lingu. de Paris XLVI, 1950, p. XX-XXII (resumen de una comunicación sobre los términos de parentesco).
Para el griego y el latín el estudio de J. Wackernagel, en Kleine Schriften, Göttingen, 1956,p. 468-493. Antes en: Festgabe A. Kaegi, Frauenfeld, 1919, p. 40-65.
Para el griego, este vocabulario del parentesco, "altamente arcaico" en el que "se traduce un estado social patriarcal" ha sido descrito por P. Chantraine "Les noms du mari et de la femme, du père et de la mère en grec" (R.E.G. LIX-LX, 1946-47, p. 219-250; Cfr. Études sur le vocabulaire grec, Paris, 1956, p. 14: "les noms de parenté présentent un aspect archaïque et conservateur"].
En el orden de las ideas, el concepto griego de parentesco del hombre con Dios, se sitúa en la intersección de dos corrientes principales que dividen el pensamiento griego.
La corriente legalista insiste en la distancia entre las dos razas. Es la que siguen por lo general los poetas, aunque algunos versos de Homero o de Píndaro tienden a dar a los dioses y a los hombres un origen común.
La corriente mística y filosófica, se apodera de este vínculo que une al hombre y a la divinidad. Urge a los hombres a imitar lo eterno; al fin, el hombre se convertirá en Dios [Les Religions de la Grèce antique, en Histoire des Religions, III, 1955, p. 179-180 y 224-225].
De la estructura elemental del parentesco interhumano...... a la estructura inicial del parentesco humano-divino
"La relación que funda el parentesco es la alianza, no la consanguinidad" (Claude Lévi-Strauss)
4.2. La Alianza como fuente de todo parentesco
Levi-Strauss se aparta, con esta visión, en cuyos detalles no podemos entrar aquí, de la concepción de Radcliffe-Brown acerca de cuál sea la estructura elemental de parentesco.
Para Radcliffe-Brown - autor que por otra parte representa la opinión de muchos estudiosos que no han logrado tomar distancia de la opinión común y precientífica - esta estructura consistiría en la: "familia elemental, consistente en un hombre y su esposa y su hijo o hijos...".
"La idea según la cual la familia biológica constituye el punto a partir del cual toda sociedad elabora su sistema de parentesco, no es por cierto original del maestro inglés, declara Levi-Strauss-; sería difícil hallar otra que recogiera en la actualidad una unanimidad mayor.
A nuestro juicio - sostiene Claude Lévi Strauss - no hay tampoco otra idea más peligrosa.
Sin duda, la familia biológica está presente y se prolonga en la sociedad humana. Pero lo que confiere al parentesco su carácter de hecho social no es lo que debe conservar de la naturaleza: es el movimiento esencial por el que el parentesco se separa de ésta. Un sistema de parentesco no consiste en los lazos objetivos de filiación o de consanguinidad dados entre los individuos; existe solamente en la conciencia de los hombres; es un sistema arbitrario de representaciones y no el desarrollo espontáneo de una situación de hecho.
Esto no significa, por cierto, que dicha situación de hecho resulte automáticamente contradicha, ni siquiera simplemente ignorada.
Levi-Strauss se separa - a nuestro parecer con razón - de esta visión positivista representada por Radcliffe-Brown, afirmando que las relaciones de parentesco que éste considera secundarias, es decir, las relaciones con otros grupos familiares, son precisamente las fundantes.
De modo que la fuente del parentesco no es la consanguinidad sino la relación de alianza.
"En otros términos, las relaciones tratadas por Radcliffe-Brown como 'relaciones de primer orden' son función de aquellas que él considera secundarias y derivadas, y dependen de éstas.
El rasgo primordial del parentesco humano consiste en requerir, como condición de existencia, la relación entre lo que Radcliffe-Brown llama 'familias elementales' [papá mamá y el nene, como en el film Kramer vs. Kramer]. No son entonces las 'familias términos aislados', lo verdaderamente elemental, sino la relación entre esos términos. Necesariamente, en una estructura elemental de parentesco, se supone y debe entrar una relación entre dos familias, es decir una relación de alianza.
Ninguna otra interpretación puede dar cuenta de la universalidad de la prohibición del incesto, de la cual la relación avuncular, bajo su forma más general, no es otra cosa que un corolario, unas veces manifiesto, otras implícito".
En otras palabras: la relación que funda el parentesco es la alianza, no la consanguinidad, pues la alianza precisamente excluye la consanguinidad, prohibida como incesto. La Alianza es la relación originaria y fundante, los vínculos de consanguinidad son formas derivadas y secundarias.
Dejando de lado ahora las afirmaciones de Claude Lévi-Strauss, me detengo en destacar lo que de su visión atea se desprende para entender la visión religiosa revelada por el Dios Bíblico.
Esto tiene inmediatas consecuencias para la comprensión del género de parentesco atribuido a Dios por la teología del Dios-Pariente. Al afirmar que se trata de un parentesco por alianza se excluye toda consanguinidad y vínculo de naturaleza. Se trata de una relación entre seres personales, libres, capaces de atarse entre sí por vínculos voluntarios de amor.
Ya veremos qué consecuencias tiene esto para entender las diferencias entre la visión del parentesco divino en el mundo bíblico con la similar del mundo griego.
La estructura "inicial" de parentesco ¿De quién recibe Adán su mujer?
Nos parecía necesario detenernos en este análisis antropológico de la realidad del parentesco para iluminar la naturaleza de la relación de parentesco entre el Dios de los padres y los patriarcas.
Notemos, de paso, la luz que estos análisis de Levi-Strauss arrojan sobre el mito bíblico de los orígenes. Si, como regla antropológica general, todo hombre recibe su mujer de otro hombre, el autor bíblico cuando habla del primer hombre, se plantea justamente la pregunta acerca de dónde o de quién recibe Adán a su mujer, no habiendo otro hombre que pueda ser su suegro o su cuñado.
El autor inspirado responde a este enigma revelando un misterio magnífico. Desde el principio Dios se hace pariente del ser humano, en orden a un designio divino, oculto todavía pero destinado a manifestarse.
Dios arregla las cosas, por un lado, para que no haya entre Adán y Eva una relación de consanguinidad previa, proveniente de una generación común. Eva procede de Adán por división, por "separación de" y no por unión de carnes.
Por otro lado, ya desde el principio, Dios aparece como el socer del primer hombre. De alguna manera como su padre, cuñado o suegro. No porque tenga una común naturaleza, sino porque entra en una relación de alianza análoga a la que el hombre contrae con los padres y hermanos de su mujer. Y Dios es también por otro lado pariente, "padre" de la mujer.
Aquí la estructura inicial de parentesco
El autor bíblico, expresándose en el género literario de los mitos, toma distancia de los contenidos de otros mitos de los orígenes y da su versión propia. Al mismo tiempo que afirma la distancia y la separación ontológica del Dios trascendente respecto de las creaturas que amasa del barro, apunta una cercanía en la acción.
En el relato sacerdotal, todas las creaturas eran creadas por igual mediante el poder de la palabra: Y dijo Dios...y se hizo. En el relato yahvista, el hombre es la única creatura que aparece plasmada y amasada con las propias manos divina y vivificada con el soplo de Dios. El Dios trascendente es a la vez cercano, con la cercanía del suegro o el cuñado y con la cercanía que da la convivencia en el Paraíso, donde Dios viene a pasearse con la brisa de la tarde. Lejanía ontológica, pero cercanía por la acción.
4.1. La estructura más elemental de parentesco
El punto de partida de los estudios de Lévi-Strauss es la prohibición universal del incesto en todas las culturas. "Es conocida la función que la prohibición del incesto cumple en las sociedades primitivas. Al proyectar - si cabe decirlo así -las hermanas y las hijas fuera del grupo consanguíneo y asignarles esposos provenientes de otros grupos, anuda entre estos grupos naturales, vínculos de alianza que son los primeros que pueden calificarse de sociales. (Nótese cómo para Levi-Strauss, la sociedad compleja brota de estas relaciones de alianza fuera de la familia consanguínea).
La prohibición del incesto funda de esta manera la sociedad humana y es, en un sentido, la sociedad" [Levi-Strauss, Antropología Esctructural, Editorial Universitaria de Buenos Aires.1969 p. XXXVI].
La prohibición del incesto, obliga a que se tome pareja fuera de las relaciones de consanguinidad. Y en consecuencia, impone la relación de alianza entre no consanguíneos. Esto tiene consecuencias a la hora de determinar cuál sea la estructura elemental y más simple de parentesco.
Podría imaginarse que se considerara como tal a la terna padre, madre, hijo. Pero a esta terna elemental le falta todavía una relación constitutiva, la del hermano de la madre, el cuñado o tío materno.
La lingüística, que ha aportado, -al decir de Lévi-Strauss-, observaciones interesantes y muy útiles a la antropología, ha hecho también sus aportes respecto de este asunto que nos ocupa.
1º) Se trata, en primer lugar, de la etimología del nombre del tío en ciertas lenguas romances: el griego theîos (divino) da en italiano, español y portugués, zio y tío. En ciertas regiones de Italia, al tío se le llama barba. La 'barba', el 'divino' ¬¬ tío...¡cuántas sugerencias aportan estos términos al sociólogo! Vienen a la memoria de inmediato las investigaciones sobre el carácter religioso de la relación avuncular" El cuñado es el que cede a su hermana para darla como pareja al varón de otra familia. [A.M. Hocart, Chieftainship and the sister's son in the Pacific, Amer. Anthrop., n.s., vol 17, 1915; The Uterine Nephew, Man, 23, 1923, nr. 4; The Cousin in Vedic Ritual, Indian Antiquary, vol. 54, 1925, etc.) Citado por Lévi-Strauss en p.30.].
2º) En segundo lugar: A esta misma luz, también es posible considerar la relación etimológica entre los términos suegro-suegra y socio-socia: socer, socerus, socrus y socius. [Sobre este tema podrán pronunciarse los latinistas. El Diccionario Latino de De Miguel, sugiere para socer la etimología griega: hekurós por metáfora (según Facciol.) En el Diccionario griego de Bailly: suegro (conjetura una forma sFekurós = latín: socer y sánscrito: svaçuras)].
Al ceder una hija en matrimonio, los padres entran en una relación de sociedad con el yerno.
[De hecho, en los ritos nupciales católicos es el padre de la novia, o en su defecto algún hermano o algún otro varón de la familia, el que la conduce hasta el altar y la confía o entrega públicamente al esposo, el cual será públicamente responsable y pasible de reclamos por el trato a la esposa].
Es por lo tanto la ley del incesto la que funda la necesidad de asociarse mediante un parentesco de alianza fuera del círculo de los consanguíneos. Y, como afirma Levi-Strauss es así como se pasa del estado de naturaleza al estado de sociedad entre los hombres.
El suegro o el cuñado forman parte de la estructura mínima de parentesco.
Por eso, el avunculado, para ser comprendido, debe ser tratado como una relación interior a un sistema, y es el sistema mismo el que se debe considerar en su conjunto para percibir su estructura.
[Aquí, la visión bíblica es distinta porque pone en el origen de la primera estructura elemental de parentesco, un vínculo de parentesco con Dios. Es Dios mismo, quien habiendo mantenido una relación religiosa con el primer varón, le da mujer, actuando así como pariente (dígasele padre de Adán o padre de Eva y por lo tanto suegro de Adán). La visión de Claude Lévi-Strauss no atiende al origen y por eso no logra integrar el mensaje bíblico en su visión laica y atea, ni comprender la genialidad propia de las religiones y culturas bíblicas]
La estructura elemental de parentesco en la visión naturalista Pero prosigamos resumiendo la visión de C. Lévi-SraussEsta estructura reposa a su vez en cuatro términos (hermano, hermana, padre, hijo) unidos entre sí por dos pares de oposiciones correlativas y tales, que, en cada una de las dos generaciones implicadas, existe siempre una relación positiva y otra negativa.
Ahora bien ¿qué es esta estructura y cuál puede ser su razón? La respuesta es la siguiente: esta estructura es la más simple estructura de parentesco que pueda concebirse y que pueda existir. Es hablando con propiedad, 'el elemento de parentesco'.
En apoyo de esta afirmación Levi- Strauss aduce un argumento de orden lógico: para que exista una estructura de parentesco es necesario que se hallen presentes los tres tipos de relaciones familiares dadas siempre en la sociedad humana, es decir, una relación de consanguinidad, una de alianza y una de filiación: dicho de otra manera, una relación de hermano a hermana, una relación de esposo a esposa y una relación de progenitor a hijo.
Es fácil darse cuenta - afirma Claude Lévi-Strauss - de que la estructura aquí considerada es aquella que permite satisfacer esta doble exigencia según el principio de mayor economía. Esta, resultante de relaciones definidas entre cuatro términos, es, - afirma Levi-Strauss, el verdadero átomo de parentesco.
Sin embargo, puesto que las consideraciones que preceden tienen un carácter abstracto, procede a una prueba más directa para su demostración.
"El carácter primitivo e irreductible del elemento de parentesco tal como lo hemos definido, resulta, en efecto, de manera inmediata, de la existencia universal de la prohibición del incesto. Esto equivale a decir que, en la sociedad humana, un hombre únicamente puede obtener una mujer de manos de otro hombre, el cual la cede bajo forma de hija o hermana.
No es necesario, pues, explicar cómo el tío materno hace su aparición en la estructura de parentesco: no aparece sino que está inmediatamente dado: es la condición de esa estructura.
El error de la sociología tradicional, como el de la lingüística tradicional consiste en haber considerado los términos y no las relaciones entre los términos".
Todo sistema de parentesco es elaborado a partir de esta estructura elemental, que se repite o se desarrolla por integración de nuevos elementos.
Es necesario, pues, tomar en cuenta dos hipótesis: cuando el sistema de parentesco considerado procede por yuxtaposición simple de estructuras elementales y, en consecuencia, la relación avuncular permanece siempre manifiesta, y cuando la unidad de construcción del sistema es ya de orden más complejo. En este último caso, si bien la relación avuncular sigue estando presente, es susceptible de diluirse en un contexto diferenciado.
"Yo vengaré su sangre que aún no he vengado" Joel 3, 21 "Yo sé que el Vengador de mi sangre vive
y que al final se alzará sobre la tierra.
Y después, en mi piel, revestido de este cuerpo mío
veré a Dios.
Desde esta carne mía yo mismo lo veré,
estos ojos míos lo verán y no otro,
por eso se consumen en mí mis entrañas"
Job 19, 25-26 ¡Qué has hecho! La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra. Por eso andarás maldito, vagando lejos de esta tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra ella no te dará más su fruto. Fugitivo y errante vivirás sobre la tierra. Génesis 4, 10-12
"Yo pediré cuenta de vuestra sangre. De mano de todo ser viviente la demandaré. De mano del hombre, de mano de su propio hermano, demandaré la vida del hombre. Todo aquél que derramare sangre humana, por mano de hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre" Génesis 9, 5-6
"En el mismo lugar en que los perros lamieron la sangre de Nabot lamerán también los perros tu propia sangre... Yo mismo voy a traer el mal sobre ti y voy a barrer tu posteridad y a exterminar todo varón" Primer libro de los Reyes, 21, 19.21 ¡POBRE PATRIA MIA! ¡LO QUE TE ESPERA!
Se ha dicho de Claude Lévi-Strauss que el suyo es el pensamiento "mas rigorosamente ateo de nuestro tiempo". [En la foto: Claude Lévi-Strauss]
Eso explica que no considere precisamente lo más esencial para entender la visión bíblica del Dios-Pariente y del parentesco de Alianza humano como imagen y semejanza del divino. Él no podría concebir un sistema de parentesco del que puediera ser miembro Dios y, menos aún, la visión cristiana de las bodas del Verbo-Cordero-Mesías con la Iglesia. Sin embargo ése es el sistema de parentesco de Bíblico.
Pero hay algo aprovechable en su "antropología estructural" y en su visión de la "estructura elemental de parentesco". Ese algo es el relieve que le da a la alianza matrimonial como esencia y fuente de todo parentesco. Él pone de relieve la alianza como la fuente humana de la estructura elemental de parentesco. Ha visto bien que es de la alianza esponsal de la que brotan los vínculos de parentesco de sangre. Y los vínculos de sangre, por la prohibición del incesto, excluyen un pacto de alianza matrimonial entre consanguíneos. La Alianza es origen del verdadero parentesco. Tanto entre marido y mujer, como entre El Dios Pariente y el Pueblo de la Alianza. En este punto, el ateo radical está de acuerdo con san Pablo en que "la carne y la sangre de nada sirven" sino que es el Espíritu del Amor el que de la vida.
4.- La naturaleza del parentesco humano y divino
Cuando se oye atribuir al Dios bíblico el título de Dios-Pariente, puede producirse una reacción de sorpresa.
Resulta extraño atribuirle al Dios bíblico el atributo del parentesco, porque se evocan inmediatamente realidades de carne y sangre que no parecen predicables del Dios bíblico.
Sabemos que la suma espiritualidad y la trascendencia es una de las características, más notables del Dios de la religión bíblica.
El que se extraña de este título atribuido al Dios bíblico, podrá tratar de entender la expresión como uno de los tantos rasgos o predicados antropomórficos con los que el lenguaje bíblico habla de Dios, atribuyéndole pasiones semejantes a la del hombre: amor, ira, celos, tristeza, simpatías y predilecciones; e incluso rasgos físicos, corpóreos, a todas luces metafóricos: el rostro, nariz, boca, oídos, espaldas, brazo, mano, dedo de Dios.
El parentesco divino ¿será solamente una más de esas expresiones metafóricas, simbólicas o míticas?.
Trataremos de mostrar que esto no es así, sino que el parentesco divino, no es una simple metáfora de la mentalidad bíblica, sino un predicado entendido en sentido muy real y propio. Y esto constituye una fe, una convicción muy real y concreta del hombre bíblico. Y aún lo sigue siendo entre los fieles de las religiones bíblicas.
Naturalmente, el parentesco que une a los patriarcas con su Dios, no es un vínculo de carne y sangre, no es un vínculo de consanguinidad sino de alianza.
La Alianza, fuente del parentesco Se podría quizás, desprevenidamente, considerar al vínculo de alianza como un parentesco de segunda categoría. Lo que normalmente evoca la palabra parentesco en nuestra cultura, son las relaciones de consanguinidad: las paterno-filiales o las fraternales. Y en esa percepción cultural común, suele considerarse los vínculos de alianza, como por ejemplo la adopción de un hijo, como parentescos de segunda categoría respecto de los vínculos de carne y sangre.
Sin embargo, los estudios antropológicos, muestran que esto no es así. Por el contrario: la relación de alianza no sólo no es una clase inferior de parentesco, sino que: 1º) En primer lugar: es una de las tres relaciones constitutivas de la estructura de parentesco, y por lo tanto de igual jerarquía que las relaciones de consanguinidad. 2º) Y en segundo lugar: se la puede considerar la relación fontal, de la que todo otro parentesco dimana. Y por lo tanto goza de una cierta preeminencia sobre las demás. La alianza es la fuente de todo parentesco. 3º) Pero en tercer lugar: es la forma de parentesco más típicamente humana, pues en ella interviene la libertad. En efecto, las relaciones de alianza se entablan como fruto de una libre elección entre los contrayentes de la alianza matrimonial, o fraterna; mientras que las relaciones de consanguinidad: paterno-filiales o fraternas, se imponen como un dato de la naturaleza y se aceptan.
La aceptación de los vínculos de consanguinidad es también, es verdad, un acto de libertad, pero a posteriori del vínculo. Se acepta un vínculo existente. Pero ese vínculo de consanguinidad tiene su fuente en un pacto libre de alianza que generó antes el vínculo fontal de parentesco.
Parece conveniente detenernos en explicar este asunto algo más detenidamente a la luz de los estudios antropológicos que nos han inspirado estas reflexiones. Veamos lo que dice acerca de este asunto Claude Lévi-Strauss en sus estudios sobre las estructuras elementales del parentesco.
Claude Lévi-Strauss es un ateo radical y eso explica que no considere precisamente lo que más nos interesa para entender la visión bíblica del Dios-Pariente y del parentesco de Alianza humano como imagen y semejanza del divino. Más aún, la visión cristiana de las bodas del Verbo-Cordero-Mesías con la Iglesia. Pero su antropología estructural pone de relieve la alianza como la fuente humana de la estructura elemental de parentesco.
[Véase: Claude Lévi-Strauss, Antropología Estructural, Ed. Eudeba, Bs. As. 1968, (Tit. Orig.: Anthropologie Structurale, Plon, Paris 1958)].