GO'EL: EL DIOS PARIENTE En la Cultura Bíblica (20 de 27)
El Areópago de Atenas
Los dioses habitan en las alturas
y a ellas suben los hombres a buscarlos
"En el orden de las ideas, el concepto griego de parentesco del hombre con Dios, se sitúa en la intersección de dos corrientes principales que dividen el pensamiento griego. La corriente legalista que insiste en la distancia entre las dos razas. Y la corriente mística y filosófica que urge al hombre a imitar a los dioses…”
5.- Visión bíblica y visión griega del parentesco de Dios y el hombre.
También en la cultura griega antigua había conciencia del alma y de la personalidad íntima. Esto llevó a algunos de sus representantes a presentar al alma humana como unida a Dios por una filiación de naturaleza.
Nos importa mostrar las diferencias que hay debajo de estas aparentes convergencias.
De alguna manera, al señalar las diferencias, podremos acercarnos más a una mejor comprensión de la visión bíblica.
Como en la cultura bíblica, también los griegos hablaron de la parentesco del hombre con Dios. El término central de estas elucubraciones es la sungeneia. El hombre es sungenés de los dioses, es de su mismo génos [raza].
[En este quinto punto sigo el estudio del P. Édouard Des Places S.J., SYNGENEIA, La Parenté de l'Homme avec Dieu d'Homère à la Patristique. C. Klincksieck, Paris l964. De él ofrecemos las notas y citas de sus fuentes eruditas ya que su obra es de difícil acceso].
Pablo de Tarso, en el discurso del Areópago, buscando un punto de contacto y de inserción del mensaje evangélico en la cultura y en la religión griega, cita, en su famoso discurso, un verso del poeta Arato: "Somos de la raza de los dioses. [= Tou gar kai génos esmen].
Pablo cita al poeta Arato en su composición Phaenomena 5. El término génos lo introduce Píndaro, pero la realidad se encuentra ya en Homero. ¿Vieja creencia en una creación? ¿En una preexistencia del alma en otra vida? En todo caso el instinto y el atractivo esencial era el retorno a Dios. Y de ahí el atractivo que sobre el alma griega tuvieron las religiones de misterios. Hijo de Dios, destinado a reencontrarlo, el hombre debe parecérsele. Platón declaró por eso, que era la tarea propia de la vida humana, parecerse a Dios. Esta noción de parentesco, plantea problemas que, también en este caso, han sido encarados desde el área de distintas disciplinas: filológica, histórica, literaria.
[NOTA: El Padre Des Places afirma: "Los términos relativos al parentesco ofrecen una materia muy propicia para la lingüística comparada”. Remite al lector estudioso a una obra fundamental de conjunto del indo-europeo: B. Delbrück, "Die indogermanischen Verwandtschaftsnamen. Ein Beitrag zur vergleichenden Alterthumskunde" en Abhandlungen der k. sächs. Gesellschaft der Wiss. , ph.h. Kl., XI, 1890, p. 379-606.
De este estudio afirmaba E. Beneviste en 1950, que seguía siendo válido (Bull. de la Soc. Lingu. de Paris XLVI, 1950, p. XX-XXII (resumen de una comunicación sobre los términos de parentesco).
Para el griego y el latín el estudio de J. Wackernagel, en Kleine Schriften, Göttingen, 1956,p. 468-493. Antes en: Festgabe A. Kaegi, Frauenfeld, 1919, p. 40-65.
Para el griego, este vocabulario del parentesco, "altamente arcaico" en el que "se traduce un estado social patriarcal" ha sido descrito por P. Chantraine "Les noms du mari et de la femme, du père et de la mère en grec" (R.E.G. LIX-LX, 1946-47, p. 219-250; Cfr. Études sur le vocabulaire grec, Paris, 1956, p. 14: "les noms de parenté présentent un aspect archaïque et conservateur"].
En el orden de las ideas, el concepto griego de parentesco del hombre con Dios, se sitúa en la intersección de dos corrientes principales que dividen el pensamiento griego.
La corriente legalista insiste en la distancia entre las dos razas. Es la que siguen por lo general los poetas, aunque algunos versos de Homero o de Píndaro tienden a dar a los dioses y a los hombres un origen común.
La corriente mística y filosófica, se apodera de este vínculo que une al hombre y a la divinidad. Urge a los hombres a imitar lo eterno; al fin, el hombre se convertirá en Dios [Les Religions de la Grèce antique, en Histoire des Religions, III, 1955, p. 179-180 y 224-225].
No hay comentarios:
Publicar un comentario