GO'EL: EL DIOS PARIENTE En la cultura bíblica (12 de 27)
Abraham rescata a su sobrino Lot y a su familia de la cautividad
2.4. Garantizar los bienes de la Promesa
¿Por qué destaca la Ley bíblica estas cuatro obligaciones del goelato y deja las demás libradas a la fuerza social de la costumbre, que no obstante, es siempre riesgosa, porque puede quedar impunemente incumplida?
En nuestra opinión, la ley reglamenta estas cuatro acciones, y no las demás, porque son éstas las que salvaguardan más directamente los bienes relativos a las Promesas bíblicas hechas a Abraham y a sus Patriarcas. De modo que, si bien la institución familiar del goelato es, con certeza, anterior a la ley mosaica -y si bien, además, no es exclusiva de Israel - la reflexión teológica que lleva a regular y legislar algunas de estas obligaciones del goelato y no otras, sí parece provenir del legislador mosaico y ser característica de Israel.
Como es sabido, dos son los contenidos de la Promesa hecha a los Patriarcas: Hijos y Tierra. Descendencia y los medios para sustentarse. Un pueblo y un territorio. Las dos necesidades y los dos anhelos más profundos del pueblo de los patriarcas bíblicos, un pueblo de pastores del que puede darnos una idea el actual pueblo beduino. Estos serán, sin embargo, también, los dos elementos que harán de Israel una nación capaz de subsistir, libre, en el concierto de las naciones.
Las cuatro obligaciones del goelato sancionadas por la Ley mosaica tutelan los bienes de las Promesas: la vida y la libertad de los miembros del pueblo de Israel, la propiedad familiar y nacional de las tierras, la descendencia y el nombre, que aseguran el lugar en la genealogía del pueblo elegido. Para hacerse una idea acerca de la importancia real de las genealogías ayuda el libro Primero de las Crónicas, más que los primeros capítulos del Génesis.
La ley deja librado al imperativo humanitario lo que atañe al auxilio que exige la costumbre tradicional del goelato. Pero quiere salvaguardar aquéllos aspectos que tocan al destino del Pueblo en cuanto pueblo de las Promesas. Diríamos que esta regulación tiene una intención subyacente de orden teo-geo-político. No tanto porque se ilusione en lograr una eficacia histórico-política, sino en cuanto que la legislación contribuye a mantener viva una conciencia nacional en el pueblo de Israel: la de su elección y la de las Promesas divinas ligadas a su destino entre las naciones. Por eso, diríamos que a lo que aspiran estas leyes es a suscitar o a salvaguardar identidad. El legislador habría buscado apoyo en una institución familiar que parece haber tenido una tenaz vigencia y haber perdurado a pesar del exilio babilónico, - como sugiere el relato de Tobías -, asegurando hasta durante ese prolongado destierro, la identidad nacional del pueblo disperso y cautivo. Puede pues conjeturarse que el legislador habría injertado en este vigoroso pie de la conciencia colectiva familiar, el esqueje, más amenazado, de la conciencia religiosa que constituía a Israel en nación, incluso en medio de su cautividad babilónica.
La institución familiar del goelato se convierte así en objeto de una reflexión religiosa, teológica. Y de este modo tiene lugar una explicitación relativamente tardía, exílica y post-exílica, de las implicaciones religiosas de la institución familiar patriarcal, premosaica.
Este es un aspecto que crea perplejidad en algunos estudiosos e investigadores modernos, despistados a menudo por su alteridad cultural. Aunque incursionemos tangencialmente en hipótesis diacrónicas, no queremos entrar aquí en el terreno diacrónico. Es decir, no podemos saber con absoluta certeza si la institución familiar del goelato es primera y luego se carga, con el tiempo, de significados religiosos. O si por el contrario, es el "epos" religioso el que da origen y fundamento a la institución familiar del goelato. En otras palabras: no sabemos si el goelato-institución familiar inspira la imagen del Dios-Goel, o si la fe en el Dios-Goel plasma ejemplarmente un tipo de familia y vinculación familiar. Para dar respuesta a este enigma se podría esperar más ayuda de la antropología y de las ciencias de las religiones que de la historia.
Por otra parte, que la situación del Exilio Babilónico haya avivado la conciencia de las implicancias religiosas de la institución familiar del goelato, no quiere decir que esas implicancias no existieran también en épocas anteriores, incluida la patriarcal. Muchos indicios históricos, relevados por la historia y la arqueología, convencen de ello como pasaremos a mostrar próximamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario