martes, 31 de diciembre de 2013
ACCIÓN DE GRACIAS AL FINAL DEL 2013
Sissel - My Tribute: ¡"To God Be The Glory"!
Most original version of this song I could find. Alll the others have weird modern beats or are modified that it loses it's power. You know this song came from the deep reaches of the heart.
SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
A LA MADRE DE DIOS Y MADRE DE TODAS LAS MADRES SANTAS
Página Católica
Le invita a escuchar:
"La mujer católica: ¿Ave o Eva?"
Liturgia de la Palabra en la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
(31 de Diciembre de 2006)
Predicada por el RP Horacio Bogorje, SJ
[La Imagen: Casa de la Virgen Santísima en Éfeso
como se ve hoy]
Cuando Dios enseñó a los israelitas el modo en que debían bendecir, les dijo que lo hicieran pidiendo ver su Rostro, porque conocer a Dios es nuestra mayor bendición. El cumplimiento de este deseo, que se realizó al manifestarse JesuCristo nuestro Señor, se lo debemos a la Santísima Virgen, en quien hay una plenitud de gracia que se derrama bendiciendo todas las generaciones.
"Quien me ve a Mí ve al Padre", dice el Señor quien, siendo invisible en los Cielos, se hace visible como hijo de María, Madre de Dios desde que en su seno la persona del Verbo Eterno tomó una humanidad.
Que Dios se haya hecho hombre, que haya querido ser mortal y morir como nosotros, es un misterio enorme. San Ignacio de Antioquía, sucesor de San Pedro en esa cátedra, dice en su carta a los Efesios (19: 1) que hay tres misterios sonoros que se cumplieron en el silencio de Dios y quedaron ocultos al Demonio: la concepción virginal de María, su parto virginal y el misterio de la santa Cruz a cuyo pie, quien es Madre de la Cabeza del Cuerpo Místico, fue constituida en madre de todos los creyentes.
El que la madre de Dios sea también nuestra madre, nos anuncia que estamos llamados a participar de la vida divina, porque también Dios será el Padre en quien debemos confiar todo nuestro ser.
San Pablo les dice a los cristianos de Galacia, deseosos de volver al judaísmo, a la Ley de Moisés, que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, para inaugurar un tiempo de libertad consistente en hacer la voluntad del Padre y no solamente cumplir mandatos escritos en piedra. Porque Jesucristo vino para redimir a los esclavos de la Ley convirtiéndolos en hijos adoptivos que claman a Dios llamándolo "papá".
--------------------------------------------------------------------------------
Para comenzar a oír y/o descargar la homilía, visite el Blog Página Católica en el siguiente enlace
http://pagina-catolica.blogspot.com/2010/12/ave-o-eva.html
(Duración de la grabación 26' 00")
Puede bajar la homilía desde:
http://www.mediafire.com/?wjfk2npb8pim14k
Se ruega difundir este servicio; los interesados deben enviar un mensaje a la siguiente dirección:
pagina.catolica@yahoo.com.ar
Escribiendo en el Asunto o Texto del mensaje: Suscribir
Página Católica
Le invita a escuchar:
"La mujer católica: ¿Ave o Eva?"
Liturgia de la Palabra en la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
(31 de Diciembre de 2006)
Predicada por el RP Horacio Bogorje, SJ
[La Imagen: Casa de la Virgen Santísima en Éfeso
como se ve hoy]
Cuando Dios enseñó a los israelitas el modo en que debían bendecir, les dijo que lo hicieran pidiendo ver su Rostro, porque conocer a Dios es nuestra mayor bendición. El cumplimiento de este deseo, que se realizó al manifestarse JesuCristo nuestro Señor, se lo debemos a la Santísima Virgen, en quien hay una plenitud de gracia que se derrama bendiciendo todas las generaciones.
"Quien me ve a Mí ve al Padre", dice el Señor quien, siendo invisible en los Cielos, se hace visible como hijo de María, Madre de Dios desde que en su seno la persona del Verbo Eterno tomó una humanidad.
Que Dios se haya hecho hombre, que haya querido ser mortal y morir como nosotros, es un misterio enorme. San Ignacio de Antioquía, sucesor de San Pedro en esa cátedra, dice en su carta a los Efesios (19: 1) que hay tres misterios sonoros que se cumplieron en el silencio de Dios y quedaron ocultos al Demonio: la concepción virginal de María, su parto virginal y el misterio de la santa Cruz a cuyo pie, quien es Madre de la Cabeza del Cuerpo Místico, fue constituida en madre de todos los creyentes.
El que la madre de Dios sea también nuestra madre, nos anuncia que estamos llamados a participar de la vida divina, porque también Dios será el Padre en quien debemos confiar todo nuestro ser.
San Pablo les dice a los cristianos de Galacia, deseosos de volver al judaísmo, a la Ley de Moisés, que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, para inaugurar un tiempo de libertad consistente en hacer la voluntad del Padre y no solamente cumplir mandatos escritos en piedra. Porque Jesucristo vino para redimir a los esclavos de la Ley convirtiéndolos en hijos adoptivos que claman a Dios llamándolo "papá".
--------------------------------------------------------------------------------
Para comenzar a oír y/o descargar la homilía, visite el Blog Página Católica en el siguiente enlace
http://pagina-catolica.blogspot.com/2010/12/ave-o-eva.html
(Duración de la grabación 26' 00")
Puede bajar la homilía desde:
http://www.mediafire.com/?wjfk2npb8pim14k
Se ruega difundir este servicio; los interesados deben enviar un mensaje a la siguiente dirección:
pagina.catolica@yahoo.com.ar
Escribiendo en el Asunto o Texto del mensaje: Suscribir
lunes, 30 de diciembre de 2013
TÚ CORONAS EL AÑO CON TU BENIGNIDAD
Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el
hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte
gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias en primer lugar por haberme seguido engendrando como hijo tuyo desde el día en que me bautizaste en el agua y en Tu Espíritu. Gracias por otro año más que me acerca al abrazo contigo, Oh Padre. Gracias por el torrente continuo de tu gracia día y noche.
Gracias por el aire y el sol, por todo lo bello, lo placentero, lo útil que tu Verbo eterno, tu Hijo el Creador ha derramado en su obra creadora, en la naturaleza: las flores, la variedad de árboles y plantas, las
aves y los animales. La bóveda inmensa del cielo en el que giran los astros gobernados por tu voluntad y por tus ángeles.
Gracias por la vida y sobre todo por el buen amor que viene de ti, y que le da sentido. Gracias por la alegría y el dolor que lo acompañan.
Gracias por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser. Todo tu gobierno de nuestras vidas coopera para el bien de los que te aman.
Te ofrezco cuanto hice en este año tratando de elegir lo que me une a ti, y dejando lo que de ti me aparta o me apartaría. Gracias por el trabajo que pude
realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude
crear.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses
amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los
que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude
ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Te pido también por los que me han hecho sufrir, me han herido, ignorado, mal tratado, perjudicado, te agradezco porque me has dado misericordia hacia su mal en vez de odio o rencor, que es lo que brota naturalmente de mí.
Señor, quiero pedirte perdón. Perdón por el
tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor
desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón
por vivir en tu servicio sin alegría y sin entusiasmo.
También por la oración que poco a poco fui aplazando y que
hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios, nuevamente
te pido perdón. Por mi irreverencia en el trato contigo,
En los próximos días iniciaremos un nuevo año y detengo mi
vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que
sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la
fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día como hijo tuyo, con bondad llevando a
todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras
mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu
se llene sólo de tus gracias y tus bendiciones y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que, cuantos conviven
conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos la gracia de amarte y amar a todos y enséñanos a recibir
y repartir amor.
Porque el buen amor, tu Amor, es la fuente de la verdadera
felicidad. Amén
INVITACIÓN A LA RECONCILIACIÓN
Auld Lang Syne (= The days of long ago)
Fin de año es también un tiempo para ser dóciles a la gracia del perdón.
Canto al don de la reconciliación y del perdón mutuo
que se hace posible por la memoria de un vínculo
que los unió hace mucho pero durante mucho tiempo
Fin de año es también un tiempo para ser dóciles a la gracia del perdón.
Canto al don de la reconciliación y del perdón mutuo
que se hace posible por la memoria de un vínculo
que los unió hace mucho pero durante mucho tiempo
viernes, 27 de diciembre de 2013
LO QUE VIO Y TOCÓ SAN JUAN EVANGELISTA
LA MISMA VIDA EN PERSONA
Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos Y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida. ¿Quién podría tocar con sus manos a la Palabra, si no fuese porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros? Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada, comenzó a ser carne en el seno de la Virgen María; pero no fue entonces cuando empezó a ser Palabra, ya que, como nos dice Juan, existía desde un principio. Ved cómo concuerda su carta con las palabras de su evangelio, que acabáis de escuchar: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios.
Quizá alguien piense que hay que entender la expresión «la palabra de vida» como un modo de hablar que se refiere a Cristo, pero no al cuerpo de Cristo que podía ser tocado por nuestras manos. Atended a las palabras que siguen: Porque la vida se ha manifestado. Por tanto, Cristo es la Palabra de vida.
¿Y de dónde se ha manifestado esta vida? Existía desde un principio, pero no se había manifestado a los hombres; en cambio, sí se había manifestado a los ángeles, que la veían y se alimentaban de ella como de su propio pan. Pero, ¿qué dice la Escritura? El hombre comió pan de ángeles.
Así, pues, en la encarnación se ha manifestado la misma Vida en persona, y se ha manifestado para que, al hacerse visible, ella, que sólo podía ser contemplada con los ojos del corazón, sanara los corazones. Porque la Palabra sólo puede ser contemplada con los ojos del corazón; en cambio, la carne puede ser contemplada también con los ojos corporales. Éramos capaces de ver la carne, pero no a la Palabra; por esto la Palabra se hizo carne, que puede ser vista por nosotros, para sanar en nosotros lo que nos hace capaces de ver a la Palabra.
Y nosotros -continúa- testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado, esto es, se ha manifestado entre nosotros y, para decirlo con más claridad, se ha manifestado en nuestro interior.
Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos. Atended, queridos hermanos: Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos. Ellos vieron al mismo Señor presente en la carne y oyeron las palabras que salían de su boca, y nos lo han anunciado. Nosotros, por tanto, hemos oído, pero no hemos visto.
¿Somos por eso menos dichosos que ellos, que vieron y oyeron? Pero entonces, ¿por qué añade: A fin de que viváis en comunión con nosotros? Ellos vieron, nosotros no, y sin embargo vivimos en comunión con ellos, porque tenemos una fe común.
Y esta nuestra comunión de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas -continúa- para que sea colmado vuestro gozo. Gozo colmado, dice, en una misma comunión de vida, en una misma caridad, en una misma unidad.
De los Tratados de san Agustín, obispo, sobre la primera carta de san Juan
(Tratado 1, 1. 3: PL 35, 1978. 1980)
jueves, 26 de diciembre de 2013
miércoles, 25 de diciembre de 2013
¡OH JESÚS! ¡SÉ TÚ SIEMPRE MI GOZO Y MI ALEGRÍA!
J.S. Bach: Coral "Jesus, bleibet meine Freude"
Canto de suave júbilo, en lenguas, expresando el suave y pacífico gozo del creyente
de la Cantata "Herz und Mund und Tat und
Leben"
= "Con el corazón, los labios y la vida"
Mov. X, BWV 147
Canta Sissel Kyrkjebø.avi
Canto de suave júbilo, en lenguas, expresando el suave y pacífico gozo del creyente
PUER NATUS EST NOBIS
Monjes benedictinos de la Abadía de Silos
Letra en latín
Puer natus est nobis
et filius datus es nobis
cuius imperius super humerum eius
et vocavitus nomen eius:
magni consilii angelus
Cantate Domino canticum novum
quia mirabilia fecit. Gloria.
Un niño nos ha nacido
y un Hijo nos ha sido dado,
el cual lleva sobre sus hombros el principado;
y su nombre será Ángel del gran consejo.
- Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas. Gloria.
Letra en latín
Puer natus est nobis
et filius datus es nobis
cuius imperius super humerum eius
et vocavitus nomen eius:
magni consilii angelus
Cantate Domino canticum novum
quia mirabilia fecit. Gloria.
Un niño nos ha nacido
y un Hijo nos ha sido dado,
el cual lleva sobre sus hombros el principado;
y su nombre será Ángel del gran consejo.
- Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas. Gloria.
NAVIDAD - CONTEMPLACIÓN DEL MISTERIO
LA VERDAD BROTA DE LA TIERRA
Y LA JUSTICIA MIRA DESDE EL
CIELO
San Agustín
´
¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios?
Teniendo un Hijo único lo hizo Hijo del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo de Dios.
Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú
que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te
lo repito: por ti Dios se hizo hombre.
Estarías muerto para siempre, si él no hubiera nacido en el
tiempo. Nunca hubieras sido librado de la carne del pecado, si él no hubiera
asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado a una miseria
eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca hubieras vuelto a
la vida, si él no se hubiera sometido voluntariamente a tu muerte. Hubieras
perecido, si él no te hubiera auxiliado. Estarías perdido sin remedio, si él no
hubiera venido a salvarte.
Celebremos, pues, con alegría la venida de nuestra salvación
y redención. Celebremos este día de fiesta, en el cual el grande y eterno Día,
engendrado por el que también es grande y eterno Día, vino al día tan breve de
esta nuestra vida temporal.
Él se ha hecho para nosotros justicia, santificación y
redención. y así -como dice la Escritura- «el que se gloria que se gloríe en el
Señor.»
La verdad brota, realmente, de la tierra, pues Cristo, que
dijo: Yo soy la verdad, nació de la Virgen. Y la justicia mira desde el cielo,
pues nadie es justificado por si mismo, sino por su fe en aquel que por
nosotros ha nacido. La verdad brota de la tierra, porque la Palabra se hizo
carne. Y la justicia mira desde el cielo, porque toda dádiva preciosa y todo
don perfecto provienen de arriba. La verdad brota de la tierra, es decir, la
carne de Cristo es engendrada en María. Y la justicia mira desde el cielo,
porque nadie puede apropiarse nada, si no le es dado del cielo.
Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en
paz con Dios, porque la justicia y la paz se besan. Por medio de nuestro Señor
Jesucristo, porque la verdad brota de la tierra. Por él hemos obtenido el
acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos apoyados en la esperanza
de la gloria de Dios. Fíjate que no dice «nuestra gloria», sino la gloria de
Dios, porque la justicia no procede de nosotros, sino que mira desde el cielo.
Por ello el que se gloria que se gloríe no en sí mismo, sino en el Señor.
Por eso también, cuando el Señor nació de la Virgen, los
ángeles entonaron este himno: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
los hombres que ama el Señor.
¿Cómo vino la paz a la tierra? Sin duda porque la verdad
brota de la tierra, es decir, Cristo nace de María. Él es nuestra paz, él ha
hecho de los dos pueblos una sola cosa, para que todos seamos hombres de buena
voluntad, unidos unos a los otros con el suave vínculo de la unidad.
Alegrémonos, pues, por este don, para que nuestra gloria sea el testimonio que
nos da nuestra conciencia; y así nos gloriaremos en el Señor, y no en nosotros.
Por eso dice el salmista: Tú eres mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza.
¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios? Teniendo un Hijo único
lo hizo Hijo del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo de Dios.
Busca dónde está tu mérito, busca de dónde procede, busca
cuál es tu justicia: y verás que no puedes encontrar otra cosa que no sea pura
gracia de Dios.
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 185: PL 38, 997-999)
martes, 24 de diciembre de 2013
LO RECOSTÓ EN EL PESEBRE
Homilía navideña
LO ENVOLVIO EN PAÑALES Y LO
RECOSTO EN UN PESEBRE
En el pesebre se pone el forraje para
los animales. ¿Qué hace Jesús allí?
Nos dice: "Esta es mi carne para alimento
del mundo". "Tomad y comed, porque mi carne es verdadera comida".
María lo pone en el pesebre como quien
da a su hijo en ofrenda para la vida del mundo. Con un gesto sacerdotal y
nutricio, lo pone entre el heno, como quien nos lo da para alimento. También ella puede decir: "esta es mi carne" y con su gesto dice "tomad y comed, porque mi carne es verdadera comida", el alimento puro.
Isaías había hablado del pasto y de la
carne: "Toda carne es como el heno, y todo su esplendor como flor del
campo. La flor se marchita, se seca la hierba en cuanto le da el soplo de
Dios" (Isaías 40,6-7). La imagen es proverbial en la Escritura: "No te
exasperes por causa de los malvados, no envidies a los que hacen injusticias. Porque
se marchitan pronto como el pasto, como la hierba tierna se secan" (Salmo
36(37),1-2). "Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: `¡Volved hijos
de Adán!'. Porque mil años son a tus ojos como un día, un ayer que pasó, una
vigilia de la noche. Tú los arrebatas, no son más que un sueño, como la hierba
que a la mañana brota y florece, por la tarde se amustia y se seca" (Salmo
89(90),3-6).
El pasto y toda hierba verde es el
alimento que Dios había dado desde el principio al hombre y a los animales:
"Mirad que yo os he dado toda hierba de semilla que existe sobre el haz de
la tierra y todo árbol de fruto con semilla: eso os servirá de alimento. Y a
todo animal terrestre, a toda ave de los cielos y a todo ser animado que se
arrastra sobre la tierra, les doy por alimento toda hierba verde" (Génesis
1,29-30).
"Dime lo que comes y te diré quién
eres". El hombre y los animales, "toda carne" como dice la Escritura, se alimentan
de hierba y son transitorios como ella. Y aunque la hierba sea fugaz, la carne,
los vivientes, no pueden subsistir sin ese alimento perecedero. De lo que es
más perecedero que nosotros, recibimos permanencia los que somos fugaces.
Por eso, la profecía de Isaías
introduce una promesa y una esperanza inauditas, cuando - anunciando la Encarnación de la Palabra eterna de Dios -
injerta sobre el pie de aquél melancólico proverbio bíblico, el alegre anuncio
del Evangelio: "La hierba se seca, la flor se marchita (¡es verdad!), pero
la Palabra de
Dios permanece para siempre" (Isaías 40,8).
¿Qué pasa cuando, por el misterio de la Encarnación, la Palabra eterna, permanente
y duradera de Dios, toma carne humana y entra en esta carne transitoria? Pasa -
para decirlo con palabras de Pablo - que "esto mortal, se reviste de
inmortalidad" (1 Corintios 15,54). ¿Cómo podrían, si no, heredar el Reino
de los Cielos la carne y la sangre mortales, ni heredar la incorrupción lo
corruptible?
Esta carne del hijo de María, será pues
alimento de inmortalidad, bajo las especies del alimento perecedero de la fugacidad:
bajo las especies eucarísticas, preparadas desde el tercer día de la Creación, cuando dijo
Dios: "brote la tierra verdor: hierbas de semilla y árboles frutales que
den sobre la tierra fruto con su semilla dentro" (Génesis 1,11).
Esto debía suceder como sucedió, al
tercer día de la
Creación. En ese día y "al comienzo", la Palabra de Dios, por la
que todo es creado y viene a la existencia, se reveló como la Semilla de todas las
semillas, semilla primordial de la que proviene toda hierba verde y todo árbol
de fruto, entre ellos el trigo y la vid eucarísticos. Pan y vino para el
sacrificio según el orden de Jesús.
El Verbo, la Palabra de Dios, Semilla
primordial, es el origen de todo alimento, y propiamente lo que vivifica:
"No sólo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de
Dios" (Deuteronomio 8,3; Mateo 4,4). Todo escriba instruido en el Reino de
los Cielos puede saber que la semilla de donde vino el Pan cotidiano y el Pan
de Vida, fue un "Dijo Dios", es decir, una Palabra suya. Y que es sin
duda por esto que Jesús tuvo predilección por compararse con la Semilla en sus parábolas.
María, en cuya carne la Palabra se hizo carne,
donde lo corruptible comenzó a
revestirse de incorrupción, es la que, en el pesebre: "da esta carne para
vida del mundo" (Ver Juan 6,51). Por eso, dicen los Santos Padres, al
reclinar al Niño en un pesebre, ella ofrecía a su hijo como sobre un altar,
como alimento, como pan del camino, puesto que tampoco nació en su hogar, sino
en un albergue precario durante un viaje.
San Beda el Venerable, comentando el
pasaje "lo recostó en un pesebre", dice: "Aquél que es el Pan de
los ángeles, está recostado en un pesebre, para poder fortificarnos como
`animales' santos, con el trigo de su carne". Y San Cirilo explica:
"Encontró al hombre embrutecido en su alma, y por esto fue colocado en un
pesebre como alimento, para que mudando la vida bestial, podamos ser llevados a
una vida conforme con la dignidad humana, tomando, no el heno, sino el pan
celestial, que es el cuerpo de vida".
El mismo San Cirilo interpreta
simbólicamente el pesebre como: "el altar, en el que durante la Misa, Cristo, por la
consagración es como si naciese y se inmolase".
San Gregorio, comentando el significado
de la palabra Belén, que en hebreo se dice Beit- léjem, dice: "Nace
convenientemente en Belén, que se interpreta Casa del Pan. Ya que él mismo dice
de sí mismo: Yo soy el Pan Vivo que bajó del Cielo. El lugar donde nace el
Señor, se había llamado antes `de pan', en previsión de que iba a aparecer allí
en materia de carne, el que restauraría las mentes de los elegidos con una
saciedad interior".
El sabio intérprete Cornelio A Lápide,
ve el pesebre como un púlpito desde donde nos predica y enseña el Verbo de
Dios, no con palabras sino con hechos: "¿Qué hace un Dios tan grande
metido en este poquito de carne yacente en el pesebre? Oigámoslo predicar a él
mismo en la cátedra del pesebre, no con palabras sino con hechos, enseñando y
predicando:`...me hice pequeño, hombre de carne y hueso como tú, para hacerte
Dios. Yazgo en el pesebre entre el asno y el buey, porque tú vivías como un
jumento y un animal, complaciéndote en la carne y la sangre. Eras como `el
hombre rico e inconsciente, que es como el animal que perece' (Salmo 48(49),21)
de quien dice también la
Escritura: `no seáis como caballos y mulos cuyo brío hay que
domar con freno y brida' (Salmo 31(32),9).
Asumí pues - prosigue Jesús - esta
carne, para que comas mi carne, y la mía no es carne de jumento sino de Dios,
para que uniendo mi carne a la tuya, boca con boca, mano con mano, pie con pie
y cuerpo con cuerpo, como lo hizo el profeta Eliseo para resucitar a aquél niño
muerto (2 Reyes 4,34), inspire en tí un hálito de vida celestial y divina
Porque
no había lugar para ellos en el albergue
El
pesebre es pues altar y púlpito, con lo que apunta a la Palabra hecha carne.
Pero es también argumento que convence
de pecado al pueblo que no le hizo lugar. María: "lo reclinó en el pesebre
porque no había sitio para ellos en la posada" (Lucas 2,7). "Vino a
su casa pero los suyos no lo recibieron" (Juan 1,11).
María recuesta a su hijo en el pesebre
donde pastan los animales, porque no ha habido lugar para él bajo los techos de
los habitantes de Belén, ciudad de David. El Pan vino a la Casa del Pan, pero no fue
recibido.
Ya antes, en el desierto, el pueblo de
dura cerviz - como Dios le llama - murmuraba, incrédula y sacrílegamente,
contra el maná: "estamos hartos de este pan miserable" (Números
21,5). Nada extraño pues, que ahora el Pan de vida vaya a dar entre el forraje.
También se leía esto entre líneas en los profetas: "Crié hijos hasta
hacerlos hombres, pero ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño
y el burro conoce el pesebre de su amo, pero Israel no conoce, mi pueblo no
discierne" (Isaías 1,2-3).
Por
fin: lo sucedido es irreversible
Por fin, lo sucedido aquella noche es
algo que está en el tiempo para siempre y en forma irreversible: "El niño
Dios ha nacido". Dios niño ha nacido y está para siempre, como hombre y
Dios, en el tiempo y en la eternidad, a la derecha del Padre. Por eso el que
vino, viene, está viniendo siempre, está ahí, fiel a sí mismo, fiel a nosotros,
fiel al Padre. Está siempre, viene siempre, está como el que viene siempre y
viene como el que siempre está.
Por eso su nombre es Emmanuel =
Immanu-El = Dios está con nosotros, de nuestra parte, a favor nuestro. Dios de
nuestra parte.
Y
es ella, la Madre,
la que nos lo entrega siempre. Tanto cuando lo recuesta en el pesebre, como
cuando le está al lado a los pies de la
Cruz, recibiendo a Juan como hijo, es decir a nosotros. La
que nos entregó a su Hijo, es la que nos recibe de su Hijo como hijos.
Y Jesús, El Hijo que salió del Padre para volver al
Padre, salió del Padre a través del seno lleno de gracia de María. Y habiendo
salido del Padre y del seno de María, que es sacramento del seno del Padre, no
vuelve al Padre solo. Vuelve con Juan, el primogénito de todos nosotros.
Al ponerlo en el pesebre, María lo muestra y lo
expone, lo expone y lo arriesga, y arriesgándolo, lo ofrece y lo entrega, a la
vez que lo contempla y lo adora. Ella que es el testigo único y privilegiado
del misterio de la concepción virginal, guarda estas cosas en su corazón.
Madre, danos la gracia de tener parte en esa mirada
tuya sobre este niño nacido de tus entrañas. De conocerlo como tú lo conoces y
de participarnos algo de ese tesoro que guarda tu corazón. Reclina tu misterio
en el pesebre de nuestros corazones llenos de pasto seco, de forraje, de cosas
transitorias destinadas a ser devoradas por las bestias útiles y de la
utilidad. Que nuestras comuniones eucarísticas pongan ante ti el pesebre de
nuestros corazones, para que tú los consagres con la carne de tu Hijo.
Ahora te contemplamos mientras tú lo contemplas y
queremos tomarte como Madre y Maestra de contemplación. En el silencio de la
noche, en el silencio del Padre, también tu corazón contempla en silencio y en
paz a ese hijo del prodigio y del milagro: Mira a tu hijo. Ahora él recibe tu
mirada y la busca.
Un día, desde la Cruz, hecho Señor y Maestro de tu Corazón y de tu
mirada, te invitará a mirarlo a Él en sus discípulos y te enseñará a vernos en
él.
"Sissel - In The Bleak Mid-Winter"
|
lunes, 23 de diciembre de 2013
SANTA Y FELIZ NAVIDAD 2012
DIOS SE HACE VISIBLE A LOS HOMBRES
CON LA VENIDA DE CRISTO
San Ireneo de Lyon
Uno es Dios, quien por su palabra y su sabiduría hizo y dispuso todas las cosas.
Su Palabra es nuestro Señor Jesucristo, que en los últimos tiempos se hizo hombre entre los hombres para reunir el término con el comienzo [El fin con el principio = Alfa y Omega] es decir al hombre con Dios.
Los profetas, que habían recibido el don de la profecía de la misma Palabra, anunciaron su venida según la carne. Por esta venida se realizó la unión y comunión de Dios y el hombre, conforme a la voluntad del Padre. En efecto, la Palabra de Dios había anunciado de antemano que Dios sería visto por los hombres, que viviría con ellos en la tierra; había anunciado que hablaría y que estaría con su creatura para salvarla, que ella lo conocería; y había anunciado también que, librándonos de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian, es decir de todo espíritu de pecado, nos haría servirle con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días, a fin de que el hombre, unido al Espíritu de Dios, glorificara al Padre.
Los profetas anunciaban que Dios sería visto por los hombres, y así lo proclamó el mismo Señor cuando dijo: dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Pero nadie puede ver a Dios en su grandeza y en su gloria inenarrable y seguir viviendo: el Padre es inaccesible. Sin embargo, porque ama al hombre y porque todo lo puede, aún este don concedió a los que lo aman: ver a Dios. Y esto también lo anunciaron los profetas: Lo que para los hombres es imposible, es posible para Dios.
El hombre por sí mismo no puede ver a Dios; pero Dios, si quiere, puede manifestarse a los hombres: a quien quiera, cuando quiera y como quiera. Dios, que todo lo puede, fue visto en otro tiempo por los profetas en el Espíritu, ahora es visto en el Hijo gracias a la adopción filial y será visto en el Reino de los Cielos como Padre. En efecto, el Espíritu prepara al hombre para recibir al Hijo de Dios, el Hijo lo conduce al Padre, y el Padre en la vida eterna le da la inmortalidad, que es la consecuencia de ver a Dios.
Pues así como los que ven la luz están en la luz y reciben su claridad, así también los que ven a Dios están en Dios y reciben su claridad. La claridad de Dios vivifica y, por lo tanto, los que ven a Dios reciben la vida.
[San Ireneo de Lyon, Tratado contra las Herejías, L.IV, 20, 4-5. S. C. 100, 634-640 (Liturgia de las Horas, 2ª Lectura en el Miércoles de la Segunda Semana de Adviento)]
CON LA VENIDA DE CRISTO
San Ireneo de Lyon
Uno es Dios, quien por su palabra y su sabiduría hizo y dispuso todas las cosas.
Su Palabra es nuestro Señor Jesucristo, que en los últimos tiempos se hizo hombre entre los hombres para reunir el término con el comienzo [El fin con el principio = Alfa y Omega] es decir al hombre con Dios.
Los profetas, que habían recibido el don de la profecía de la misma Palabra, anunciaron su venida según la carne. Por esta venida se realizó la unión y comunión de Dios y el hombre, conforme a la voluntad del Padre. En efecto, la Palabra de Dios había anunciado de antemano que Dios sería visto por los hombres, que viviría con ellos en la tierra; había anunciado que hablaría y que estaría con su creatura para salvarla, que ella lo conocería; y había anunciado también que, librándonos de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian, es decir de todo espíritu de pecado, nos haría servirle con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días, a fin de que el hombre, unido al Espíritu de Dios, glorificara al Padre.
Los profetas anunciaban que Dios sería visto por los hombres, y así lo proclamó el mismo Señor cuando dijo: dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Pero nadie puede ver a Dios en su grandeza y en su gloria inenarrable y seguir viviendo: el Padre es inaccesible. Sin embargo, porque ama al hombre y porque todo lo puede, aún este don concedió a los que lo aman: ver a Dios. Y esto también lo anunciaron los profetas: Lo que para los hombres es imposible, es posible para Dios.
El hombre por sí mismo no puede ver a Dios; pero Dios, si quiere, puede manifestarse a los hombres: a quien quiera, cuando quiera y como quiera. Dios, que todo lo puede, fue visto en otro tiempo por los profetas en el Espíritu, ahora es visto en el Hijo gracias a la adopción filial y será visto en el Reino de los Cielos como Padre. En efecto, el Espíritu prepara al hombre para recibir al Hijo de Dios, el Hijo lo conduce al Padre, y el Padre en la vida eterna le da la inmortalidad, que es la consecuencia de ver a Dios.
Pues así como los que ven la luz están en la luz y reciben su claridad, así también los que ven a Dios están en Dios y reciben su claridad. La claridad de Dios vivifica y, por lo tanto, los que ven a Dios reciben la vida.
[San Ireneo de Lyon, Tratado contra las Herejías, L.IV, 20, 4-5. S. C. 100, 634-640 (Liturgia de las Horas, 2ª Lectura en el Miércoles de la Segunda Semana de Adviento)]
sábado, 21 de diciembre de 2013
MEDITACIONES DE NAVIDAD Y EPIFANÍA
EJERCICIOS ESPIRITUALES
SOBRE LA INFANCIA DE JESÚS
Pedicados por el
R.P. Fr. JESÚS VILLARROEL O.P.
03. La herida de Isabel
SOBRE LA INFANCIA DE JESÚS
Pedicados por el
R.P. Fr. JESÚS VILLARROEL O.P.
viernes, 13 de diciembre de 2013
DOS ACTITUDES ANTE EL EVANGELIO
Dimas Antuña Gadea
Del Evangelio sólo pueden hablar: el Sacerdote ―que ha recibido potestad de leer el Evangelio a los vivos y a los muertos―, y el Santo a quien la unción interior del Espíritu le sugiere toda la verdad y le da ciencia de voz. Yo no hablaré del Evangelio pues. Yo sólo hablaré de dos entradas que hace el hombre al Evangelio.
Y la primera entrada es así: cuando la soberbia del hombre, quiero decir, cuando la alta crítica inventada por los herejes del siglo de las luces, se digna a entrar en el Evangelio de Jesu-Cristo, Hijo de Dios, hace su entrada con hinchazón ―porque la ciencia hincha―, y no como quiera, sino armada de todas las armas. Harnack, Loisy, Sabatier, cuando entran al Evangelio, entran para juzgar al Hijo de Dios.
Entran armados de arqueología, y epigrafía, y paleografía, y saben (lo que no supo Jesús, como dice Renán) saben griego y latin y hebreo y caldeo , y arameo, saben muchas otras cosas; aunque no saben distinguir la derecha de la izquierda del Hijo del Hombre.
Estos escribas, pues, hacen su lectura, y no para tomar lección sino para darla. Pero Dios ciega a los que quiere perder; el Evangelio se escurre de sus manos, y creyendo que leen el Evangelio, lo único que leen son las palabras del Evangelio. Esa es, pues, una entrada al Evangelio, la entrada de los escribas y los doctores, la entrada de los exegetas de la letra que mata.
La otra entrada es la entrada de los hijos, es la entrada de los hijos de la Iglesia, a quienes la Iglesia, como madre que los dio a luz en el bautismo, y los fortificó en la confirmación, y los purifica en la penitencia, y los alimenta en la Eucaristía, les abre esa puerta del Evangelio para que no los pierdan las palabras; antes, superando las palabras del Evangelio, tengan la inteligencia del Evangelio.
Esta entrada de los hijos es la entrada que nos es abierta en la Misa. Es ésta de la que venimos hablando.
Porque el Evangelio es la palabra de Dios, y para entender palabra de Dios es necesario de algún modo ser igual a Dios. Ahora bien, el hombre no puede ser igual a Dios sino es por gracia y para recibir esta primera gracia y despertarnos y movernos hacia Dios, la Iglesia nos da la Epístola.
Pero aún por gracia el hombre no puede tener inteligencia de Dios si la gracia no lo ha llevado a perfección e igualdad del amor, y para eso está la lección inspirada: el Gradual, el Alleluia, el Tracto. El hombre, pues, que entra al Evangelio no como ladrón para destrozar por esa puerta falsa de la crítica, sino como hijo, por la puerta que le abre quien tiene las llaves para abrirla; el hombre que entra al Evangelio con conocimiento y desprecio de sí, según la Epístola, y con olvido de sí y de todo, por perfección de amor, según el Gradual, ese sí, entra realmente al Evangelio ―y oyendo las palabras del Evangelio con los oídos, halla en su corazón la palabra del Evangelio y es transformado en su vida por la virtud del Evangelio.
Porque en el Evangelio hay palabras, hay muchas palabras si queréis, y una son griegas y otras latinas; pero el Evangelio no está en las palabras, porque el Evangelio es palabra, es la sola palabra del Padre, y es virtud, es decir, es la virtud, la fuerza del Espíritu Santo.
Los hijos, pues, no entran al Evangelio armados sino protegidos; no entran para destrozarlo como el ladrón que entra armado por una puerta falsa, antes, entran por la puerta que les es abierta de par en par por quien tiene las llaves, ―y las dos hojas de esta puerta abierta de par en par son la Epístola y el Gradual.
La Epístola es una palabra que se enuncia, es una lección dada en extensión.
El Gradual es una palabra que brota, es lección dada en profundidad. Una y otra, las dos lecciones, son extensión y profundidad del Evangelio; porque la extensión del Evangelio es la predicación de la palabra, y eso comienza en la Epístola, y la profanidad del Evangelio es el peso del amor, y eso rebosa en el Gradual.
Versión de la segunda conferencia pronunciada el 5º Domingo, después de Pentecostés, por
iniciativa de la Acción Católica, en el salón parroquial de la iglesia de los Padres Benedictinos, en Buenos Aires. Publicada luego como «Lectura sobre la misa», en la revista ARX del Instituto Santo Tomás de Aquino, Córdoba, RA, 1933, pp. 47-82. [Digitalizada y amablemente comunicada por la investigadora Alejandra Niño Amieva]
jueves, 12 de diciembre de 2013
miércoles, 11 de diciembre de 2013
sábado, 7 de diciembre de 2013
AVE MARIA GRATIA PLENA: INMACULADA
"BIENAVENTURADA ME LLAMARÁN
TODAS LAS GENERACIONES"
Joven católica de 12 años de edad canta a la Virgen en Inglaterra
viernes, 6 de diciembre de 2013
EL SALTERIO MICROCOSMOS SIMBÓLICO (2 de 2)
Continúo y termino la traducción
del escrito de Mons. Gianfranco Ravasi, hoy Cardenal de la Iglesia,
en el que explora el mundo simbólico de los Salmos.
b) Línea horizontal antropológica.
Si para cifrar el misterio de Dios se usaba el otro extremo, e.d. el hombre, para definir el del hombre se usa a menudo el animal.
El primer campo simbólico horizontal es, por lo tanto, zoomorfo y, en la variante "demoníaca", teriomorfo (fieras y monstruos). En el salterio existe un verdadero y propio bestiario coloreado como en ciertas miniaturas medievales: como modelo puede valer el Sal 104.
Pero los animales son a menudo metáforas para designar la experiencia humana: la cierva que brama de sed (42,2) o que corre veloz (18,334), las golondrinas y su amor por el nido (84,4), la grey (23), el águila (103,5), la sombra de las alas (36,8-9), la ignorancia torpe del hipopótamo (73,22), la soledad del buho y del pelícano (102,7).
También símbolos inferiores respecto del animal apuntan al hombre. Es el caso del segundo campo simbólico horizontal, el ilemórfico, e.d. tomado de la naturaleza material.
Dominante es la metáfora vegetal de matriz sapiencial que representa al justo como árbol verdegueante (1,3), palma o cedro (92,13-15), mientras que los árboles típicos del paisaje medterráneo, el olivo y la vid, se convierten en símbolos de la familia ideal (128,3). El aceite del ceremonial levítico anima el salmo de la fraternidad, el 133 (v.2), mientras la brutalidad de la imagen del lavado de pies en la sangre de los enemigos (58,11; 68,24) se inspira en el pisado de las uvas en la vendimia.
En el otro polo del horizonte está el hombre verdadero y propio, figurado de acuerdo a un tercer campo simbólico específico: el fisiológico. Dada la profunda unidad psico-física de la simbología bíblica, el cuerpo es un compendio alusivo al entero ser humano: los huesos que arden como brasas en la fiebre y en el sufrimiento (102,4), los ojos que se consumen de llanto (6,8); los días que son sombras que se estiran y declinan (102,12), el latido del corazón (55,5), la llagas purulentas y fétidas (38,6), las vísceras que se estrujan, el vigor sexual debilitado (31,10-11), etc.
c) Línea horizontal-cosmológica.
Los dos extremos de esta línea son la nada y lo creado.
La congénita incapacidad semítica para la abstracción induce a los autores bíblicos a construir símbolos "monstruosos" para definir la idea de la "nada" y de anti-creación. Rahab y Leviatán se convierten entonces en metáforas para celebrar la victoria del orden cósmico, conservado providencialmente por Dios contra los atentados del caos (74,13-14; 89,10-11; 104,26).
Pero junto a estas "máquinas" monstruosas se extiende la naturaleza contemplada con pasión y con amor y vista como el compendio cifrado de las perfecciones divinas.
Un mundo bipartito en tierra y mar, cantado en páginas insuperables, libres de todo animismo panteísta oriental (Sal 8; 19A; 29; 104; 139), pintado en su milagroso sucederse temporal de luz y tiniebla (Sal 19A; 104), en la sucesión de las estaciones (primavera: Sal 65; otoño e invierno: Sal 126; 147), un mundo cuyos horizontes, centrados sobre Jerusalén, se extienden hasta fuera de Palestina, hasta el Hermón, las cataratas del Jordán, las islas de Tarshish, un mundo que puede ser descifrado como silenciosa palabra de Dios (Sal 19,2-5).
d) Línea vertical-infernal.
En las antípodas de Dios, bajo la línea horizontal del cosmos, está el Sheol, nombrado en el salterio con una treintena de vocablos simbólicos diferentes.
Es un no-tierra, una ciudad de espectros, una masa de aguas devastadoras y oscuras (18,17; 32,6; 42,8; 46,4; 66,12; 69,2-3; 88,18; 93,4; 124,4; 144,7), es una especie de "hueco negro" cósmico.
La imagen más frecuente es la de una "fosa" hacia la cual "se desciende" irreversiblemente (16,10; 28,1; 30,4.10; 35,6; 40,3; 44,20; 88,5.13; 107,10.14; 143,7); pero se asocian también símbolos de silencio (115,17), de polvo (22,16; 119,25), de monstruos (74,13; 91,13; 104,26; 148,7).
El Sheol tiene su anticipación terrestre en el sepulcro y en las realidades negativas que, sobre todo en las súplicas, se incluyen bajo el nombre de enemigo (o mal).
Los esquemas simbólicos del Adversario (que algunas veces es la muerte personificada) son tomadas a menudo en imitación o préstamo de lamentaciones sumero-acádicas.
Pero "los salmistas de Israel tienden más que sus similares babilonios, a dramatizar su caso, o a radicalizar el problema; la dificultad que ellos deben afrontar asume el aspecto de una lucha contra las fuerzas del mal" (Beaucamp).
Se pasa de una visión mágico-demoníaca a otra impostación, teológica. La descripción del mal es confiada a un sistema simbólico muy articulado.
Está primero, la simbología bélica: guerra (27,3; 35,1), arco-flechas (7,14; 11,2; 37,14-15), escudo (3,4; 7,11), espada (17,13; 22,21), ejército acampado al asedio (3,7; 27,3), feroces agresores (55,19; 56,2). Está después la simbología venatoria: la presa (el orante) es "perseguida, alcanzada, volteada a tierra, pisoteada, revolcada en el polvo" (7,6) o atrapada en el lazo tendido (31,5; 35,7-8; 57,7; 140,6).
Está también la simbología teriomorfa: el hombre es abandonado a las fauces de un león que quiere despedazarlo (7,3; 22,14), un león implacable (10,9; 17,12; 34,11; 58,7) de fauces abiertas (35,21) y de dientes que "desgarran las carnes" (27,2).
También hay una simbología cósmica negativa: lo nocturno, que el Talmud atribuirá a Adán y Eva como signo de su creaturalidad ("vieron con terror a la noche cubrir el horizonte y al horror de la muerte invadir sus corazones temblorosos") y que los salmos pintan como signo infernal (18,29; 22,3; 23,4; 91,5-6; 104,20-21; 139,11-15).
Está por fin una simbología psico-física en la cual la enfermedad es considerada como el primer girón de Sheol (6,3; 30,3; 32; 38; 41; 88; 103,3-4; 107,12-22; 118,17-18; 130).
BIBLIOGRAFIA
(Ravasi, I,31 nota 39)
HARTLICH C.-SACHS W., Der Ursprung des Mythosbegriffes in der modernen Bibelwissenschaft, Tübingen 1952
CHILDS B.S., Myth and reality in The O.T., London 1960
HAULOTTE E., Symbolique du vëtement selon la Bible, Paris 1966
ANDERS-RICHARDS D., The drama of the Psalms, Valley Forge 1970
OHLER A., Elementi mitologici dell'AT, Torino 1973
BERNARD CH.A., Symbolisme et présence au monde, en: Gregorianum 55(1974)749-771
ROGERSON J.W., Myth n the OT Interpretation, Berlin 1974;
RAVASI G., Simbolo, mito, stilistica, en: Scuola Cattolica 104(1976)83-93
KEEL O., Die Welt der altorientalischen Bildsymbolik und des AT. Am Beispiel der Psalmen. Neukirchen-Vluyn2 1977 (Vers. Ingl. NY 1978)
GOTTLIEB H., Myth in the Psalms, en: AAVV., Myth in the OT, London 1980
MONLOUBOU L., L'imaginaire des Psalmistes. Psaumes et symboles, Paris 1980
-- -- -- Les Psaumes-le symbole-le corps, en: NRTh 102(1980)35-42
RIZZI A., Simbolismo e fede biblica, en: Servitium 14(1980)452-459
LACK R., La symbolique du Livre d'Isaïe, Roma 1973
-- -- L'image symbolique littéraire dans la Bible, en: AAVV, Symbolisme et théologie, Roma 1974, pp. 137-139
COLLOQUIO INTERNAT. SOBRE EL SÍMBOLO, Relaciones en: RSR 49(1975)nn. 1-2
Los dos extremos de esta línea son la nada y lo creado.
La congénita incapacidad semítica para la abstracción induce a los autores bíblicos a construir símbolos "monstruosos" para definir la idea de la "nada" y de anti-creación. Rahab y Leviatán se convierten entonces en metáforas para celebrar la victoria del orden cósmico, conservado providencialmente por Dios contra los atentados del caos (74,13-14; 89,10-11; 104,26).
Pero junto a estas "máquinas" monstruosas se extiende la naturaleza contemplada con pasión y con amor y vista como el compendio cifrado de las perfecciones divinas.
Un mundo bipartito en tierra y mar, cantado en páginas insuperables, libres de todo animismo panteísta oriental (Sal 8; 19A; 29; 104; 139), pintado en su milagroso sucederse temporal de luz y tiniebla (Sal 19A; 104), en la sucesión de las estaciones (primavera: Sal 65; otoño e invierno: Sal 126; 147), un mundo cuyos horizontes, centrados sobre Jerusalén, se extienden hasta fuera de Palestina, hasta el Hermón, las cataratas del Jordán, las islas de Tarshish, un mundo que puede ser descifrado como silenciosa palabra de Dios (Sal 19,2-5).
d) Línea vertical-infernal.
En las antípodas de Dios, bajo la línea horizontal del cosmos, está el Sheol, nombrado en el salterio con una treintena de vocablos simbólicos diferentes.
Es un no-tierra, una ciudad de espectros, una masa de aguas devastadoras y oscuras (18,17; 32,6; 42,8; 46,4; 66,12; 69,2-3; 88,18; 93,4; 124,4; 144,7), es una especie de "hueco negro" cósmico.
La imagen más frecuente es la de una "fosa" hacia la cual "se desciende" irreversiblemente (16,10; 28,1; 30,4.10; 35,6; 40,3; 44,20; 88,5.13; 107,10.14; 143,7); pero se asocian también símbolos de silencio (115,17), de polvo (22,16; 119,25), de monstruos (74,13; 91,13; 104,26; 148,7).
El Sheol tiene su anticipación terrestre en el sepulcro y en las realidades negativas que, sobre todo en las súplicas, se incluyen bajo el nombre de enemigo (o mal).
Los esquemas simbólicos del Adversario (que algunas veces es la muerte personificada) son tomadas a menudo en imitación o préstamo de lamentaciones sumero-acádicas.
Pero "los salmistas de Israel tienden más que sus similares babilonios, a dramatizar su caso, o a radicalizar el problema; la dificultad que ellos deben afrontar asume el aspecto de una lucha contra las fuerzas del mal" (Beaucamp).
Se pasa de una visión mágico-demoníaca a otra impostación, teológica. La descripción del mal es confiada a un sistema simbólico muy articulado.
Está primero, la simbología bélica: guerra (27,3; 35,1), arco-flechas (7,14; 11,2; 37,14-15), escudo (3,4; 7,11), espada (17,13; 22,21), ejército acampado al asedio (3,7; 27,3), feroces agresores (55,19; 56,2). Está después la simbología venatoria: la presa (el orante) es "perseguida, alcanzada, volteada a tierra, pisoteada, revolcada en el polvo" (7,6) o atrapada en el lazo tendido (31,5; 35,7-8; 57,7; 140,6).
Está también la simbología teriomorfa: el hombre es abandonado a las fauces de un león que quiere despedazarlo (7,3; 22,14), un león implacable (10,9; 17,12; 34,11; 58,7) de fauces abiertas (35,21) y de dientes que "desgarran las carnes" (27,2).
También hay una simbología cósmica negativa: lo nocturno, que el Talmud atribuirá a Adán y Eva como signo de su creaturalidad ("vieron con terror a la noche cubrir el horizonte y al horror de la muerte invadir sus corazones temblorosos") y que los salmos pintan como signo infernal (18,29; 22,3; 23,4; 91,5-6; 104,20-21; 139,11-15).
Está por fin una simbología psico-física en la cual la enfermedad es considerada como el primer girón de Sheol (6,3; 30,3; 32; 38; 41; 88; 103,3-4; 107,12-22; 118,17-18; 130).
BIBLIOGRAFIA
(Ravasi, I,31 nota 39)
HARTLICH C.-SACHS W., Der Ursprung des Mythosbegriffes in der modernen Bibelwissenschaft, Tübingen 1952
CHILDS B.S., Myth and reality in The O.T., London 1960
HAULOTTE E., Symbolique du vëtement selon la Bible, Paris 1966
ANDERS-RICHARDS D., The drama of the Psalms, Valley Forge 1970
OHLER A., Elementi mitologici dell'AT, Torino 1973
BERNARD CH.A., Symbolisme et présence au monde, en: Gregorianum 55(1974)749-771
ROGERSON J.W., Myth n the OT Interpretation, Berlin 1974;
RAVASI G., Simbolo, mito, stilistica, en: Scuola Cattolica 104(1976)83-93
KEEL O., Die Welt der altorientalischen Bildsymbolik und des AT. Am Beispiel der Psalmen. Neukirchen-Vluyn2 1977 (Vers. Ingl. NY 1978)
GOTTLIEB H., Myth in the Psalms, en: AAVV., Myth in the OT, London 1980
MONLOUBOU L., L'imaginaire des Psalmistes. Psaumes et symboles, Paris 1980
-- -- -- Les Psaumes-le symbole-le corps, en: NRTh 102(1980)35-42
RIZZI A., Simbolismo e fede biblica, en: Servitium 14(1980)452-459
LACK R., La symbolique du Livre d'Isaïe, Roma 1973
-- -- L'image symbolique littéraire dans la Bible, en: AAVV, Symbolisme et théologie, Roma 1974, pp. 137-139
COLLOQUIO INTERNAT. SOBRE EL SÍMBOLO, Relaciones en: RSR 49(1975)nn. 1-2
Suscribirse a:
Entradas (Atom)