8. - El diagnóstico de San Cipriano sobre la codicia de los lapsi La historia de la Iglesia nos ofrece otro ejemplo. También rehusarse al sacrificio económico es signo de desamor.
San Cipriano discernía las causas profundas por la que algunos cristianos habían terminado negando a Cristo. Cipriano le reprochaba a los lapsi [= caídos por haber apostatado de la fe en la prueba del martirio] el no haber huido a tiempo de la ocasión de martirio en la que sucumbieron negando su fe. No lo hicieron, discierne el santo obispo, por estar demasiado apegados a sus casas, sus bienes y sus intereses. Una cadena de oro los retuvo atados a un lugar que deberían haber abandonado para salvar su fe,
aún a costa de sus bienes materiales. En no romper esa cadena se puso de manifiesto que estaban ya minusvalorando el tesoro de la amistad con Dios. No hay que admirarse, concluye Cipriano, que llegado el momento negaran al que habían ya menos-preciado en su corazón.
Se comprende así, que la cobardía, en su sentido amplio de miedo a sacrificar, como vicio opuesto al amor antes que a la misma fortaleza, sea considerada, por el autor del Apocalipsis, como un pecado tan horrendo, que encabeza la lista de pecados que precipitan para siempre en el lago ardiente, y en la muerte segunda: “Los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21,8).
------------------------ Conferencia en las VII Jornadas de Espiritualidad Católica sobre: LAS VIRTUDES CRISTIANAS Organizadas por el Oratorio Jerónimo Frassati, ”. El Volcán, San Luis, 15-17 Junio 2001
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