Esta afirmación del prólogo antimonarquiano de la Vetus Latina no es una afirmación directa y explícita de la Sagrada Escritura. Es un dato de la tradición, pero reposa sobre buenos indicios escriturísticos que abonan su verosimilitud.
La filiación cultural griega del autor del tercer evangelio y de los Hechos es un hecho aceptado por quienes han analizado su lengua y su estilo. El autor de esas obras es el más helénico y clásico de todo el Nuevo Testamento.
Su vinculación con Antioquia se deduce sobre todo de los Hechos de los Apóstoles. Allí Lucas se muestra particularmente al tanto del desarrollo de los acontecimientos.
Pero hay en los Hechos de los Apóstoles un indicio muy llamativo. A partir de Hechos 16,10 la narración pasa bruscamente a hacerse en primera persona del plural: “Intentamos inmediatamente pasar a Macedonia”.
Es lo que se conoce como la primera “sección nosotros” en los Hechos,y sugiere que el autor, Lucas, se implica a sí mismo a partir de ese momento entre los actores y testigos presenciales de lo que nos narra.
En algunos códices antiguos (D, Bezae, o de cambridge) hay ya en el capítulo 11,27 una frase en primera persona, precisamente en relación con Antioquia: “bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquia y había una gran alegría mientras nosotros estábamos reunidos”.
Antioquia, la vieja capital residencial de los Seléucidas, la odiada Babilonia para el nacionalismo Macabeo, fundada en el 301 a.C. por Seleuco Nicanor en memoria de su padre Antíoco, era en tiempos romanos la residencia del procónsul de Siria. Estaba a orilla del Orontes, cerca del mar, sobre la encrucijada de todas las rutas más importantes de Asia, era un ganglio central de la administración y el comercio. Las ruinas de una muralla romana y sus defensas dan testimonio aún de la importancia que tuvo. La muralla tenía un perímetro de unos 20 kilómetros, estaba rodeada por un foso y reforzada por 360 torreones de hasta 25 metros de altura.
No tenemos motivos para dudar de la afirmación del prólogo de la Vetus Latina. Lucas nos informa de que en Antioquía fue donde los discípulos de Cristo empezaron a llamarse cristianos. Podemos pensar que su conversión haya tenido lugar en su ciudad natal al encontrarse con los chipriotas y cirenenses que se dispersaron después de la muerte de Esteban, junto con otros cristianos de origen judío, entre los cuales sin duda figuras apostólica de primera magnitud como Pedro, que tuvo allí su primera cátedra.
Antioquía
Las cifras de población que se atribuyen a Antioquia varían para su período de apogeo entre 50.000 (Espasa) y 500.000 (Nelson). La última cifra parece la más verosímil. En efecto, su calle principal tenía 6 kilómetros de largo, cosa que da idea de sus dimensiones. Por otra parte, ciudades como Seleucia, que puede considerarse como un puerto de Antioquia contaba 600.000 habitantes, si se ha de creer a Plinio, Historia Naturalis VI, 122.
La pintura que hace Flavio Josefo de las relaciones entre la población siria, griega y judía en Seleucia [Antiquitates Judaicae XVIII; IX,9(374-379)] da una idea aplicable a Antioquia [Cfr. De Bello Judaico VII,3 (37-62)].
Los judíos tuvieron derecho de ciudadanía desde la fundación de Antioquia [Flavio Josefo, Contra Apion II,39; De Bello Judaico VII,5,2(110)]. Sobre el origen y vicisitudes de la colonia judía en Antioquia véase: J. RICCIOTTI, Historia de Israel, Vol. II (Bs. As. 1947) Nos. 37,183, 197, 229, 233, 266, 277.
La vida en Antioquía
La vida de Antioquia, como la de Seleucia, estaba marcada por la rivalidad entre sirios y griegos.
Ambos partidos buscaban por turnos el apoyo judío para predominar sobre el otro. Pero a veces se unían contra el grupo étnico judío.
También había partidos entre los judíos, que establecían alianzas con griegos o sirios para luchar duramente entre sí.
He aquí algunos testimonios tomados de Flavio Josefo:
“El pueblo de los Judíos, que se había diseminado mucho por toda la tierra habitada entre la gente indígena y que se había mezclado con ella, especialmente en Siria a causa de la vecindad de las dos regiones, era particularmente numeroso en Antioquia por razón de la magnitud de la ciudad, pero sobre todo porque los reyes que sucedieron a Antíoco le habían deparado allí una estancia segura” [Flavio Josefo, De Bello Judaico VII, 3,3 (43)].
La población judía de Antioquia debió integrarse sustancialmente con contingentes de judíos helenizanes, odiados por el nacionalismo Macabeo.
Jasón fue jefe del partido helenizante de Jerusalén y aspiraba a inscribir a los habitantes de la ciudad en la ciudadanía antioquena, inscribiéndolos en los registros de ciudadanía de aquella ciudad (11 Mac 4,9; Ver RICCIOTTI, o. c. Nos. 227-230).
El caso del judío Antíoco, que narra Flavio Josefo, muestra qué persistente era la tendencia helenizante dentro del judaísmo: ”Antíoco fomentaba el furor y creyendo dar una prueba de su conversión y del odio que había cobrado contra las costumbres de los Judíos connacionales suyos, sacrificando al modo de los griegos, hizo esto él mismo y exhortó a que se forzara también a los demás Judíos a hacerlo”. [De Bello Judaico, VII, 3,3 (50-51)].
La persona de Lucas
Lucas en la Sagrada Escritura
Lucas es nombrado en Colosenses 4,10.14; Filemón 24; 2ª Timoteo 4,11.
Siempre en compañía de Marcos.
Acompañando a Pablo en su primera y segunda cautividad. (Colosenses y Filemón fueron escritas en la primera cautividad y 2ª Timoteo en la segunda).
Además de que es “su médico muy querido”, Pablo nos dice que Lucas es su colaborador en la obra evangélica. Pero no hay indicios de que fuera su compañero de prisión. El texto de Colosenses parece, a juicio de los exegetas, colocar a Lucas aparte del grupo “de los de la circuncisión” y por lo tanto entre los cristianos de origen gentil. No es posible descartar la posibilidad de que fuera prosélito judío antes de su conversión. Pero su conocimiento de temas judaicos y los frecuentes hebraísmos de sus escritos pueden explicarse por otros motivos. Es el único evangelista de origen gentil. Era, al parecer, uno de los pocos predicadores evangélicos que gozaba de una educación académica griega.
Lucas o Lucano
Plummer (Ver Obra citada en notas al fin de esta entrada, pp. XVIIIs) observa que el nombre de Lucas es probablemente resultado de una abreviación de Lucanus, aunque también podría provenir de otras formas conocidas como Lucilius, Lucius o Lucianus. Algunos aventuran la hipótesis de que provenga de una forma griega Leukanos, pues a partir del 50 d.C., las formas griegas en louk- comienzan a suplantar las formas en leuk-.
Algunos de los manuscritos latinos más antiguos (Corbeiense, Vercelliense) titulan al tercer evangelio en esta forma: “secundum Lucanum”.
Lucas (como Apollos, Artemas, Demas, Hermas y Nymphas)es forma que no se encuentra en la literatura clásica. Lucanus, por el contrario es forma común en las inscripciones. También está atestiguada la forma latina Leccanius (Dioscórides, De Materia Médica, Prólogo)
Abreviaciones semejantes aparecen atestiguadas abundantemente en otros nombres propios: Annas= Anannus; Apollos = Apollonius (Codice Beza, Hechos 18,24); Artemas= Artemidours (Tito 3,12); Cleopas = Cleopatros; Demas = Demetrios; Nymphas = Nymphodorus; Zenas= Zenodorus;etc.
¿Lucas un esclavo liberto?
La atención que Plummer presta a la forma nominal no es mera curiosidad de erudición ociosa. Gracias a ella se ha podido aventurar la posibilidad de que Lucas fuera un esclavo liberto. En primer lugar se ha observado que la contracción en as de los nombres propios es muy común en el caso de nombres de esclavos.
En segundo lugar, es sabido que la profesión médica era frecuentemente ejercida por esclavos. Tanto Antistius, cirujano de Julio César, como Antonius Musa, médico de Augusto, fueron libertos.
A partir del mismo prólogo de la Vetus Latina algunos especulan que la conversión de Lucas al cristianismo pudo ser anterior a su encuentro con Pablo y podría situarse desde el año 38 en adelante, si el martirio de Esteban tuvo lugar entre el 36- 37.
Pero si Lucas fue antioqueno de nacimiento como afirma el prólogo, es muy verosímil que se formara como médico en la afamada academia médica de Tarso, una de las tres grandes escuelas médicas del mundo griego de la época: Alejandría de Egipto, Tarso y Atenas.
Si el Antioqueno se formó como médico en Tarso, la ciudad de Pablo se nos abre un amplio abanico de conjeturas. Lucas bien pudo conocer a Pablo desde antes de la conversión del mismo Pablo. Bien pudo ser un prosélito en la Sinagoga de su natal Antioquía o de Tarso. Bien pudo ser que se conocieran con Pablo como conciudadanos de aquella prestigiosa ciudad romana en Cilicia que confería a sus ciudadanos la ciudadanía romana (Ver Hechos 16, 37).
Lucas parece haberse encontrado con el cristianismo en Antioquia. Y es allí donde posiblemente se unió a san Pablo en la misión evangelizadora.
Sabemos que en el mundo griego.romano, los médicos se movían y viajaban mucho. Algo más tarde Galeno, nacido en Pérgamo, viaja por razones de estudios a Smyrna, Corinto y Alejandría.
La distancia entre Antioquía de Siria y Tarso de Cilicia, era por tierra de unos unos 300 kilómetros por una excelente calzada romana. Pero la distancia por mar era mucho menor y comparable a la que separa por mar a Montevideo de Buenos Aires.
Si Antioquia era la ciudad administrativa y comercial, Tarso era la capital universitaria de Cilicia. Su fama cultural rivalizaba en el mundo de la época con Alejandría. Sus escuelas eran consideradas incluso superiores a las de Atenas. Lucas no tuvo que ir lejos a buscar su Alma Mater.
A juzgar por la excelente formación y educación de que gozaron Lucas y Pablo, es probable que ambos fueran de familias pudientes. Dos ciudades provincianas y vecinas como aquellas, donde la población no alcanzaba cifras exageradas, no excluyen la posibilidad de que Lucas y Pablo, o sus respectivas familias, se conociesen de antemano o tuviesen relaciones comunes.
Lucas Sirio
La afirmación del Prólogo marcionita de que Lucas fue “sirio” de Antioquia, puede entenderse en dos sentidos. Primero como una simple referencia geográfica a la Provincia natal: Siria. O bien como una referencia étnica griega, siria o judía. En último término, la etnia no es un factor decisivo desde el punto de vista cultural. No era empero indiferente para facilitar un contacto del Lucas sirio con el judaísmo, y dentro de él con el movimiento cristiano. La procedencia étnica siria explicaría muy bien en Lucas su alto grado de cultura griega y al mismo tiempos su familiaridad con el mundo semítico.
Quien observa la obra escrita de Lucas y al mismo tiempo su misión providencial en la difusión de un evangelio de origen hebreo en el mundo helénico, se inclina fácilmente a admitir que Lucas perteneció a la etnia Siria. Antioquia era, como tantas otras ciudades de la región un crisol cultural.
Notas bibliográficas
Esta ponencia en la IV Semana de Teología del Instituto Teológico del Uruguay apareció en Revista Bíblica, XL nª 170 (1978/4) pp.217-244. Se publicó también en el Libro Anual del Itums, 1977, págs. 70-96 enriquecida con la versión del prefation de Lucanius Dioscórides a su obra "De Materia Medica".
Sobre la persona de Lucas
y de lo que puede saberse de él con distintos grados de certeza se recomienda: ALFRED PLUMMER Gospel According to S. Luke (Edinburg 1896-1964, Internacional Critical Commentary) pp.XVIII-XXII; M. J. LAGRANGE, Evangile selon Saint Luc (Paris 1921, Etudes Bibliques), pp 139-141; L. CERFAUX et J. CAMBIER, Art.: Luc [Dictionnaire De la Bible, Supplement (=DBS) Parìs 1957] Vol. V, Cols. 546-552; JUAN LEAL, La Sagrada Escritura. Nuevo Testamento I. Evangelios 2, (BAC, Madrid 1973 3ª) pp. 3-8. Estas obras se citan en adelante por sólo el apellido del u autor, en mayúscula, seguido de O. c. y número de página.
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Si por inadvertencia he publicado una foto que tiene derechos reservados le ruego me avise para bajarla del blog y le pido mis disculpas bojorgeh@gmail.com
En algunos códices antiguos (D, Bezae, o de cambridge) hay ya en el capítulo 11,27 una frase en primera persona, precisamente en relación con Antioquia: “bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquia y había una gran alegría mientras nosotros estábamos reunidos”.
Antioquia, la vieja capital residencial de los Seléucidas, la odiada Babilonia para el nacionalismo Macabeo, fundada en el 301 a.C. por Seleuco Nicanor en memoria de su padre Antíoco, era en tiempos romanos la residencia del procónsul de Siria. Estaba a orilla del Orontes, cerca del mar, sobre la encrucijada de todas las rutas más importantes de Asia, era un ganglio central de la administración y el comercio. Las ruinas de una muralla romana y sus defensas dan testimonio aún de la importancia que tuvo. La muralla tenía un perímetro de unos 20 kilómetros, estaba rodeada por un foso y reforzada por 360 torreones de hasta 25 metros de altura.
No tenemos motivos para dudar de la afirmación del prólogo de la Vetus Latina. Lucas nos informa de que en Antioquía fue donde los discípulos de Cristo empezaron a llamarse cristianos. Podemos pensar que su conversión haya tenido lugar en su ciudad natal al encontrarse con los chipriotas y cirenenses que se dispersaron después de la muerte de Esteban, junto con otros cristianos de origen judío, entre los cuales sin duda figuras apostólica de primera magnitud como Pedro, que tuvo allí su primera cátedra.
Antioquía
Las cifras de población que se atribuyen a Antioquia varían para su período de apogeo entre 50.000 (Espasa) y 500.000 (Nelson). La última cifra parece la más verosímil. En efecto, su calle principal tenía 6 kilómetros de largo, cosa que da idea de sus dimensiones. Por otra parte, ciudades como Seleucia, que puede considerarse como un puerto de Antioquia contaba 600.000 habitantes, si se ha de creer a Plinio, Historia Naturalis VI, 122.
La pintura que hace Flavio Josefo de las relaciones entre la población siria, griega y judía en Seleucia [Antiquitates Judaicae XVIII; IX,9(374-379)] da una idea aplicable a Antioquia [Cfr. De Bello Judaico VII,3 (37-62)].
Los judíos tuvieron derecho de ciudadanía desde la fundación de Antioquia [Flavio Josefo, Contra Apion II,39; De Bello Judaico VII,5,2(110)]. Sobre el origen y vicisitudes de la colonia judía en Antioquia véase: J. RICCIOTTI, Historia de Israel, Vol. II (Bs. As. 1947) Nos. 37,183, 197, 229, 233, 266, 277.
La vida en Antioquía
La vida de Antioquia, como la de Seleucia, estaba marcada por la rivalidad entre sirios y griegos.
Ambos partidos buscaban por turnos el apoyo judío para predominar sobre el otro. Pero a veces se unían contra el grupo étnico judío.
También había partidos entre los judíos, que establecían alianzas con griegos o sirios para luchar duramente entre sí.
He aquí algunos testimonios tomados de Flavio Josefo:
“El pueblo de los Judíos, que se había diseminado mucho por toda la tierra habitada entre la gente indígena y que se había mezclado con ella, especialmente en Siria a causa de la vecindad de las dos regiones, era particularmente numeroso en Antioquia por razón de la magnitud de la ciudad, pero sobre todo porque los reyes que sucedieron a Antíoco le habían deparado allí una estancia segura” [Flavio Josefo, De Bello Judaico VII, 3,3 (43)].
La población judía de Antioquia debió integrarse sustancialmente con contingentes de judíos helenizanes, odiados por el nacionalismo Macabeo.
Jasón fue jefe del partido helenizante de Jerusalén y aspiraba a inscribir a los habitantes de la ciudad en la ciudadanía antioquena, inscribiéndolos en los registros de ciudadanía de aquella ciudad (11 Mac 4,9; Ver RICCIOTTI, o. c. Nos. 227-230).
El caso del judío Antíoco, que narra Flavio Josefo, muestra qué persistente era la tendencia helenizante dentro del judaísmo: ”Antíoco fomentaba el furor y creyendo dar una prueba de su conversión y del odio que había cobrado contra las costumbres de los Judíos connacionales suyos, sacrificando al modo de los griegos, hizo esto él mismo y exhortó a que se forzara también a los demás Judíos a hacerlo”. [De Bello Judaico, VII, 3,3 (50-51)].
La persona de Lucas
Lucas en la Sagrada Escritura
Lucas es nombrado en Colosenses 4,10.14; Filemón 24; 2ª Timoteo 4,11.
Siempre en compañía de Marcos.
Acompañando a Pablo en su primera y segunda cautividad. (Colosenses y Filemón fueron escritas en la primera cautividad y 2ª Timoteo en la segunda).
Además de que es “su médico muy querido”, Pablo nos dice que Lucas es su colaborador en la obra evangélica. Pero no hay indicios de que fuera su compañero de prisión. El texto de Colosenses parece, a juicio de los exegetas, colocar a Lucas aparte del grupo “de los de la circuncisión” y por lo tanto entre los cristianos de origen gentil. No es posible descartar la posibilidad de que fuera prosélito judío antes de su conversión. Pero su conocimiento de temas judaicos y los frecuentes hebraísmos de sus escritos pueden explicarse por otros motivos. Es el único evangelista de origen gentil. Era, al parecer, uno de los pocos predicadores evangélicos que gozaba de una educación académica griega.
Lucas o Lucano
Plummer (Ver Obra citada en notas al fin de esta entrada, pp. XVIIIs) observa que el nombre de Lucas es probablemente resultado de una abreviación de Lucanus, aunque también podría provenir de otras formas conocidas como Lucilius, Lucius o Lucianus. Algunos aventuran la hipótesis de que provenga de una forma griega Leukanos, pues a partir del 50 d.C., las formas griegas en louk- comienzan a suplantar las formas en leuk-.
Algunos de los manuscritos latinos más antiguos (Corbeiense, Vercelliense) titulan al tercer evangelio en esta forma: “secundum Lucanum”.
Lucas (como Apollos, Artemas, Demas, Hermas y Nymphas)es forma que no se encuentra en la literatura clásica. Lucanus, por el contrario es forma común en las inscripciones. También está atestiguada la forma latina Leccanius (Dioscórides, De Materia Médica, Prólogo)
Abreviaciones semejantes aparecen atestiguadas abundantemente en otros nombres propios: Annas= Anannus; Apollos = Apollonius (Codice Beza, Hechos 18,24); Artemas= Artemidours (Tito 3,12); Cleopas = Cleopatros; Demas = Demetrios; Nymphas = Nymphodorus; Zenas= Zenodorus;etc.
¿Lucas un esclavo liberto?
La atención que Plummer presta a la forma nominal no es mera curiosidad de erudición ociosa. Gracias a ella se ha podido aventurar la posibilidad de que Lucas fuera un esclavo liberto. En primer lugar se ha observado que la contracción en as de los nombres propios es muy común en el caso de nombres de esclavos.
En segundo lugar, es sabido que la profesión médica era frecuentemente ejercida por esclavos. Tanto Antistius, cirujano de Julio César, como Antonius Musa, médico de Augusto, fueron libertos.
A partir del mismo prólogo de la Vetus Latina algunos especulan que la conversión de Lucas al cristianismo pudo ser anterior a su encuentro con Pablo y podría situarse desde el año 38 en adelante, si el martirio de Esteban tuvo lugar entre el 36- 37.
Pero si Lucas fue antioqueno de nacimiento como afirma el prólogo, es muy verosímil que se formara como médico en la afamada academia médica de Tarso, una de las tres grandes escuelas médicas del mundo griego de la época: Alejandría de Egipto, Tarso y Atenas.
Si el Antioqueno se formó como médico en Tarso, la ciudad de Pablo se nos abre un amplio abanico de conjeturas. Lucas bien pudo conocer a Pablo desde antes de la conversión del mismo Pablo. Bien pudo ser un prosélito en la Sinagoga de su natal Antioquía o de Tarso. Bien pudo ser que se conocieran con Pablo como conciudadanos de aquella prestigiosa ciudad romana en Cilicia que confería a sus ciudadanos la ciudadanía romana (Ver Hechos 16, 37).
Lucas parece haberse encontrado con el cristianismo en Antioquia. Y es allí donde posiblemente se unió a san Pablo en la misión evangelizadora.
Sabemos que en el mundo griego.romano, los médicos se movían y viajaban mucho. Algo más tarde Galeno, nacido en Pérgamo, viaja por razones de estudios a Smyrna, Corinto y Alejandría.
La distancia entre Antioquía de Siria y Tarso de Cilicia, era por tierra de unos unos 300 kilómetros por una excelente calzada romana. Pero la distancia por mar era mucho menor y comparable a la que separa por mar a Montevideo de Buenos Aires.
Si Antioquia era la ciudad administrativa y comercial, Tarso era la capital universitaria de Cilicia. Su fama cultural rivalizaba en el mundo de la época con Alejandría. Sus escuelas eran consideradas incluso superiores a las de Atenas. Lucas no tuvo que ir lejos a buscar su Alma Mater.
A juzgar por la excelente formación y educación de que gozaron Lucas y Pablo, es probable que ambos fueran de familias pudientes. Dos ciudades provincianas y vecinas como aquellas, donde la población no alcanzaba cifras exageradas, no excluyen la posibilidad de que Lucas y Pablo, o sus respectivas familias, se conociesen de antemano o tuviesen relaciones comunes.
Lucas Sirio
La afirmación del Prólogo marcionita de que Lucas fue “sirio” de Antioquia, puede entenderse en dos sentidos. Primero como una simple referencia geográfica a la Provincia natal: Siria. O bien como una referencia étnica griega, siria o judía. En último término, la etnia no es un factor decisivo desde el punto de vista cultural. No era empero indiferente para facilitar un contacto del Lucas sirio con el judaísmo, y dentro de él con el movimiento cristiano. La procedencia étnica siria explicaría muy bien en Lucas su alto grado de cultura griega y al mismo tiempos su familiaridad con el mundo semítico.
Quien observa la obra escrita de Lucas y al mismo tiempo su misión providencial en la difusión de un evangelio de origen hebreo en el mundo helénico, se inclina fácilmente a admitir que Lucas perteneció a la etnia Siria. Antioquia era, como tantas otras ciudades de la región un crisol cultural.
Notas bibliográficas
Esta ponencia en la IV Semana de Teología del Instituto Teológico del Uruguay apareció en Revista Bíblica, XL nª 170 (1978/4) pp.217-244. Se publicó también en el Libro Anual del Itums, 1977, págs. 70-96 enriquecida con la versión del prefation de Lucanius Dioscórides a su obra "De Materia Medica".
Sobre la persona de Lucas
y de lo que puede saberse de él con distintos grados de certeza se recomienda: ALFRED PLUMMER Gospel According to S. Luke (Edinburg 1896-1964, Internacional Critical Commentary) pp.XVIII-XXII; M. J. LAGRANGE, Evangile selon Saint Luc (Paris 1921, Etudes Bibliques), pp 139-141; L. CERFAUX et J. CAMBIER, Art.: Luc [Dictionnaire De la Bible, Supplement (=DBS) Parìs 1957] Vol. V, Cols. 546-552; JUAN LEAL, La Sagrada Escritura. Nuevo Testamento I. Evangelios 2, (BAC, Madrid 1973 3ª) pp. 3-8. Estas obras se citan en adelante por sólo el apellido del u autor, en mayúscula, seguido de O. c. y número de página.
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Si por inadvertencia he publicado una foto que tiene derechos reservados le ruego me avise para bajarla del blog y le pido mis disculpas bojorgeh@gmail.com
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