en las cartas de San Pablo
Galacia: El matrimonio bajo el signo de la dominación [1]
La dominación afectiva y espiritual de la voluntad de la mujer
60) San Pablo no trata explícitamente el tema del matrimonio en la Carta a las Gálatas pero la doctrina que da allí nos ilumina mucho acerca de lo que llamo: el matrimonio bajo el signo de la dominación. La tentación de la dominación es la tentación más propia de la mujer.
61) Consiste en la exaltación del elemento espiritual de la naturaleza humana, que es la voluntad, el deseo del bien. Y por lo tanto un excederse en el juicio acerca del bien y en el intento de alcanzar el bien por los medios que le parecen más conducentes, aún imponiéndolo o manipulando para llevar su voluntad adelante. Es lo que suelo llamar: “ejercicio ilegal de la divinidad” y “usurpación de la divina providencia”.
62) La Carta a los Gálatas la dirige Pablo a otro tipo de ciudades y de sociedades muy distintas de la de Corinto. Corinto era una especie de Las Vegas combinada con Nueva York.
63) La sociedad de la región de Galacia, en el medio de la meseta central de Turquía, residente en sociedades como la de Antioquía de Pisidia, era una sociedad más de un tipo comparable con el de una de nuestras ciudades en región rural, de esas que tienen una feria ganadera importante y exposiciones rurales, con mucha maquinaria, tractores… Pienso en San Francisco, en Argetnina, entre Córdoba y Santa Fe. En ese tipo de sociedades agraria es muy importante el prestigio de la familia y la reputación de las personas.
Allí también las señoras son tienen su influencia. Son las "doñas". [Doña, viene del latín: "dómina", dueña, ama].
Familias con un buen pasar asegurado por una economía agrícola sana y que constituyen una aristocracia campesina en enclave ciudadano. En esa clase social pesa el honor familiar, la importancia social y comercial.
64) Había en Antioquia de Pisidia una colonia judía fuerte. El problema que se ve en la Carta a los Gálatas es que después que han conocido el Evangelio han vuelto a atarse a la ley. Cuando Pablo llegó y les predicó el Evangelio, hubo un florecer de la fe, descubrieron la alegría de ser salvados por Dios pero después se volvieron a la ley. ¿Qué pasa? ¿Por qué se vuelven a la ley? Porque la Gracia es: “Yo soy un pobrecito, no tengo nada, soy como un niño delante de Dios y Dios me tiene que dar todo.” “Abre la boca y Yo te la llenaré”, dice el Salmo, como el que le da la papa, como la invitación de Dios a que sea como un niño delante de Él. En cambio, la ley da gloria porque uno cumple la ley. Es lo que les pasaba a los escribas y fariseos, que sacaban gloria cumpliendo la ley. Querían que los otros los saludaran como conocedores de la ley, como cumplidores de la ley y ellos recibían su gloria de los demás y ante sí mismos también, porque tenían conciencia de que ellos eran justos según la ley. Renunciar a esta gloria de ley… Por eso volvían a recaer en la gloria de la ley.
65) Veamos lo que le pasa a Pablo en Antioquía de Pisidia, según nos lo cuenta el capítulo 13 de los Hechos de los Apóstoles: “Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Pero Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén, mientras que ellos, partiendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron decir: ‘Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.’” Siempre va Pablo a la sinagoga primero y ahí predica. “Pablo se levantó, hizo señal con la mano y dijo…” Y ahí predica. Después de la predicación dice: “Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado; y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir.”
66) Más adelante continúa: “Tened, pues, entendido, hermanos, que por medio de éste os es anunciado el perdón de los pecados; y la total justificación que no pudisteis obtener por la Ley de Moisés –les está predicando que la justificación no se obtiene por la ley-; la obtiene por él todo el que cree.” Acá está el tema de la justificación por la fe que va a poner en la Carta a los Gálatas, de esta misma región. “Cuidad, pues, de que no sobrevenga lo que dijeron los Profetas: Mirad, los que despreciáis, asombraos y desapareced, porque en vuestros días yo voy a realizar una obra, que no creeréis aunque os la cuenten. Al salir les rogaban que les hablasen sobre estas cosas el siguiente sábado. Disuelta la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé; éstos conversaban con ellos y les persuadían a perseverar fieles a la gracia de Dios.” Se va formando el primer grupo en la sinagoga de los que creen.
67) Un poco más adelante dice: “Al oír esto los gentiles se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban destinados a una vida eterna. Y la Palabra del Señor se difundía por toda la región. Pero los judíos incitaron a mujeres distinguidas –acá tenemos a las mujeres distinguidas- que adoraban a Dios, y a los principales de la ciudad; promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé y los echaron de su territorio. Estos sacudieron contra ellos el polvo de sus pies y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de gozo y del Espíritu Santo.”
68) Acá vemos judíos, o más probablemente cristianos judaizantes, que resisten el Evangelio y mujeres que hacen que los echen a los apóstoles.
69) En la Carta a los Gálatas Pablo va a argumentar a los cristianos que están tentados de volverse a la ley de una manera más o menos consciente llamándolos “¡Insensatos gálatas!” y diciéndoles lo siguiente: “Me maravillo de que abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio, no que haya otro sino que hay algunos que os perturban y quieren transformar el Evangelio de Cristo. Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!”
70) “¿O es que yo acaso intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.”
71) No estoy yo buscando gloria humana, les dice. Sin embargo, está en una sociedad donde se busca la gloria.
72) Y después dice: “¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por la fe en la predicación? ¿Tan insensatos sois? Comenzando por espíritu, ¿termináis ahora en carne?”
73) Ustedes recibieron a Dios, la salvación por la Gracia, por la predicación y la fe, y ¿ahora quieren poner su justicia en guardar la ley? Esta tentación siempre va a estar en la Iglesia, siempre nos va a acechar. Forma parte también de lo que nos pasa a todos en la vida: en algún momento nos tentamos con la ley o caemos en hacer de la Gracia, ley. Resulta que ya no voy más a Misa porque en la Misa encuentro a Dios sino porque tengo que ir. Hago de la Gracia, ley. Y si no parece que me confieso de que no recé el Rosario. Hice de la Gracia, ley. ¡No! La Gracia es Gracia. Y si no: “Recé el Oficio. Bueno, ya cumplí”. Sí, pero ¿cómo lo recé?
74) San Pablo va a hacer un argumento a propósito de esto de la ley en el cual a mí me llama la atención que pone a Sara y a Agar, por lo que pienso que está dando un argumento que no es ad hominen sino ad mulierem. (Risas.) Es un argumento a la mujer. Dice: “Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley? Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa -por una acción de Dios, que a la estéril la hizo fecunda- Hay en ello una alegoría. Estas mujeres representan dos alianzas…”
75) Ustedes pónganse en el lugar de las mujeres importantes de Antioquía escuchando este argumento. Están tentadas de volver a la ley y Pablo las hace elegir entre la ley y la Gracia y les argumenta: “Si elegís la ley somos como la esclava, si elegís la Gracia sos como Sara; vos elegí qué querés ser.” Hay como dos actitudes posibles: al mismo tiempo que de mujer, de esposa, de relacionamiento hombre-mujer también.
76) ¿Qué recibe Abraham de Agar? Recibe la prestación de un hijo según la naturaleza. Pero, ¿cuál era el vínculo que lo unía a Sara, que no le daba hijos? El del amor a ella por ella misma. En la antigüedad, normalmente el hombre esperaba hijos de la esposa y si no los tenía, muchas veces la echaba. Era casi como un bien económico la multiplicación de los hijos. Cuando Abraham sigue amando a Sara a pesar de su esterilidad, es porque la ama por sí misma, no por lo que pueda recibir de ella, que son hijos; es decir, por pura Gracia. En cambio, ¿qué busca en Agar? No la busca a ella, busca al hijo; no la ama por ella. Son dos tipos de amor: uno representa la ley y el otro la Gracia. ¿Dios qué espera de ti? ¿Espera las obras de la ley o te ama por ti mismo? ¿Tú qué esperas de Él? ¿Qué buscas en Él? ¿Buscas algo que no es Él?
64) Había en Antioquia de Pisidia una colonia judía fuerte. El problema que se ve en la Carta a los Gálatas es que después que han conocido el Evangelio han vuelto a atarse a la ley. Cuando Pablo llegó y les predicó el Evangelio, hubo un florecer de la fe, descubrieron la alegría de ser salvados por Dios pero después se volvieron a la ley. ¿Qué pasa? ¿Por qué se vuelven a la ley? Porque la Gracia es: “Yo soy un pobrecito, no tengo nada, soy como un niño delante de Dios y Dios me tiene que dar todo.” “Abre la boca y Yo te la llenaré”, dice el Salmo, como el que le da la papa, como la invitación de Dios a que sea como un niño delante de Él. En cambio, la ley da gloria porque uno cumple la ley. Es lo que les pasaba a los escribas y fariseos, que sacaban gloria cumpliendo la ley. Querían que los otros los saludaran como conocedores de la ley, como cumplidores de la ley y ellos recibían su gloria de los demás y ante sí mismos también, porque tenían conciencia de que ellos eran justos según la ley. Renunciar a esta gloria de ley… Por eso volvían a recaer en la gloria de la ley.
65) Veamos lo que le pasa a Pablo en Antioquía de Pisidia, según nos lo cuenta el capítulo 13 de los Hechos de los Apóstoles: “Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Pero Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén, mientras que ellos, partiendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron decir: ‘Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.’” Siempre va Pablo a la sinagoga primero y ahí predica. “Pablo se levantó, hizo señal con la mano y dijo…” Y ahí predica. Después de la predicación dice: “Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado; y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir.”
66) Más adelante continúa: “Tened, pues, entendido, hermanos, que por medio de éste os es anunciado el perdón de los pecados; y la total justificación que no pudisteis obtener por la Ley de Moisés –les está predicando que la justificación no se obtiene por la ley-; la obtiene por él todo el que cree.” Acá está el tema de la justificación por la fe que va a poner en la Carta a los Gálatas, de esta misma región. “Cuidad, pues, de que no sobrevenga lo que dijeron los Profetas: Mirad, los que despreciáis, asombraos y desapareced, porque en vuestros días yo voy a realizar una obra, que no creeréis aunque os la cuenten. Al salir les rogaban que les hablasen sobre estas cosas el siguiente sábado. Disuelta la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé; éstos conversaban con ellos y les persuadían a perseverar fieles a la gracia de Dios.” Se va formando el primer grupo en la sinagoga de los que creen.
67) Un poco más adelante dice: “Al oír esto los gentiles se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban destinados a una vida eterna. Y la Palabra del Señor se difundía por toda la región. Pero los judíos incitaron a mujeres distinguidas –acá tenemos a las mujeres distinguidas- que adoraban a Dios, y a los principales de la ciudad; promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé y los echaron de su territorio. Estos sacudieron contra ellos el polvo de sus pies y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de gozo y del Espíritu Santo.”
68) Acá vemos judíos, o más probablemente cristianos judaizantes, que resisten el Evangelio y mujeres que hacen que los echen a los apóstoles.
69) En la Carta a los Gálatas Pablo va a argumentar a los cristianos que están tentados de volverse a la ley de una manera más o menos consciente llamándolos “¡Insensatos gálatas!” y diciéndoles lo siguiente: “Me maravillo de que abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio, no que haya otro sino que hay algunos que os perturban y quieren transformar el Evangelio de Cristo. Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!”
70) “¿O es que yo acaso intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.”
71) No estoy yo buscando gloria humana, les dice. Sin embargo, está en una sociedad donde se busca la gloria.
72) Y después dice: “¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por la fe en la predicación? ¿Tan insensatos sois? Comenzando por espíritu, ¿termináis ahora en carne?”
73) Ustedes recibieron a Dios, la salvación por la Gracia, por la predicación y la fe, y ¿ahora quieren poner su justicia en guardar la ley? Esta tentación siempre va a estar en la Iglesia, siempre nos va a acechar. Forma parte también de lo que nos pasa a todos en la vida: en algún momento nos tentamos con la ley o caemos en hacer de la Gracia, ley. Resulta que ya no voy más a Misa porque en la Misa encuentro a Dios sino porque tengo que ir. Hago de la Gracia, ley. Y si no parece que me confieso de que no recé el Rosario. Hice de la Gracia, ley. ¡No! La Gracia es Gracia. Y si no: “Recé el Oficio. Bueno, ya cumplí”. Sí, pero ¿cómo lo recé?
74) San Pablo va a hacer un argumento a propósito de esto de la ley en el cual a mí me llama la atención que pone a Sara y a Agar, por lo que pienso que está dando un argumento que no es ad hominen sino ad mulierem. (Risas.) Es un argumento a la mujer. Dice: “Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley? Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa -por una acción de Dios, que a la estéril la hizo fecunda- Hay en ello una alegoría. Estas mujeres representan dos alianzas…”
75) Ustedes pónganse en el lugar de las mujeres importantes de Antioquía escuchando este argumento. Están tentadas de volver a la ley y Pablo las hace elegir entre la ley y la Gracia y les argumenta: “Si elegís la ley somos como la esclava, si elegís la Gracia sos como Sara; vos elegí qué querés ser.” Hay como dos actitudes posibles: al mismo tiempo que de mujer, de esposa, de relacionamiento hombre-mujer también.
76) ¿Qué recibe Abraham de Agar? Recibe la prestación de un hijo según la naturaleza. Pero, ¿cuál era el vínculo que lo unía a Sara, que no le daba hijos? El del amor a ella por ella misma. En la antigüedad, normalmente el hombre esperaba hijos de la esposa y si no los tenía, muchas veces la echaba. Era casi como un bien económico la multiplicación de los hijos. Cuando Abraham sigue amando a Sara a pesar de su esterilidad, es porque la ama por sí misma, no por lo que pueda recibir de ella, que son hijos; es decir, por pura Gracia. En cambio, ¿qué busca en Agar? No la busca a ella, busca al hijo; no la ama por ella. Son dos tipos de amor: uno representa la ley y el otro la Gracia. ¿Dios qué espera de ti? ¿Espera las obras de la ley o te ama por ti mismo? ¿Tú qué esperas de Él? ¿Qué buscas en Él? ¿Buscas algo que no es Él?
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