LA HISTORICIDAD DEL RELATO DEL DILUVIORespondo a la consulta de un profesor amigo
La consulta: Querido padre Bojorge: quería consultarlo si conoce alguna bibliografía adecuada sobre el tema del Diluvio Universal. Es un tema bastante complicado en la pastoral debido a que los alumnos preguntan mucho la cuestión del castigo divino. Y además, me he encontrado muchísimas veces con las típicas interpretaciones alegoristas que le quitan todo realismo a la cuestión.
Es otro típico tema en donde le regalamos el terreno a nuestros hermanos separados. Sabe Ud. que ellos se toman la cosa más literalmente y la defienden con uñas y dientes. Y a veces me da la sensación que nosotros, los católicos, por un malentendido “antiliteralismo” resulta que nos vamos a la alegoría y a la metáfora inmediatamente, dejando la sensación de que la Biblia es un lindo cuentito.
Le agradecería profundamente que me pudiera ayudar en este asunto. Un abrazo grande con un recuerdo siempre agradecido NN
Mis respuestas: Primera: Una primera respuesta apresurada suena así Los orígenes y el fin de la historia humana están fuera del alcance de toda investigación humana. Sólo podemos tener noticia de ellos por una revelación divina. Esa revelación divina no se hace en los términos de las ciencias humanas sino en lenguaje figurado y simbólico pero de significado objetivo y real. La clave del relato está en el comienzo en que se dice que Dios vio la maldad del hombre que era puro mal de continuo sobre la tierra y decidió destruir la humanidad. Pero la existencia del justo exige del gobierno divino otra cosa que es la salvaguarda del justo, para no hacer "perecer al justo junto con el culpable". No había una alianza entre Dios y la humanidad pecadora. La habrá luego de la destrucción de la humanidad pecadora con el justo Noé, padre de una nueva humanidad pre-abrahamítica y que aún perdura. El mensaje fundamental es que
lo que actualmente queda de humano en la humanidad se debe a la justicia de Noé, es decir que los justos como él, son los que impiden la extinción de la humanidad, con diluvio o sin él. La humanidad no se ha extinguido ni entonces ni después porque hay justos que observan la ley natural. A grandes rasgos esa es la revelación contenida en lenguaje simbólico propio de las Sagradas. Escrituras, que es el lenguaje elegido por El Espíritu Santo para hablarle a los hombres. Continuará mi respuesta PHB
Continuación de mi respuesta: Estimado Profesor: Prosigo en otro momentito libre con mi respuesta que dejé interrumpida. Usted perdonará que sea más bien coloquial. Decía que acerca del origen y el fin de la historia de la humanidad, que son cosas que ninguna ciencia humana puede alcanzar, sólo podemos adquirir cierta ciencia por revelación. Por eso reclamaba Josef Pieper en su libro sobre el fin de la historia, que la racionalidad filosófica se abriese y dialogase con la "racionalidad revelada", o sea con la fe. Y lo mismo reclama una y otra vez Benedicto XVI, en la Universidad de Ratisbona, la Sapienzia y en toda oportunidad. Ahora bien, estamos acostumbrados a comprender que el discurso revelatorio acerca del fin, se expresa en estilo apocalíptico. Aunque la palabra apocalipsis sugiera algo "catastrófico" no es así. Apocalipsis es una palabra griega que significa simplemente Revelación. Revelación sobre lo que el hombre no puede averiguar por sí mismo acerca del fin de los tiempos o la historia. Y que sin embargo es algo sobre lo que el hombre se interroga, porque pertenece al sentido de su existencia, sobre lo que la inteligencia humana se pregunta necesariamente en algún momento.
Pues bien, también el discurso revelatorio acerca de los orígenes es de igual género literario apocalíptico. Llamémosle un apocalipsis de los orígenes. Orígenes del mundo, orígenes de la humanidad, orígenes del mal, orígenes del gobierno divino de la humanidad malvada...
Podemos decir que los once primeros capítulos del génesis son también "apocalípticos" o sea “revelatorios” de lo inalcanzable para la investigación humana, y emplean un lenguaje simbólico para referirnos lo que, de otra manera, no podríamos alcanzar pero necesitamos saber para conocernos a nosotros mismos como seres humanos.
Decir esto, no significa restarle sentido histórico a los relatos apocalípticos. El Apocalipsis de San Juan es y tiene sentido histórico en términos proféticos, como los textos apocalípticos de Isaías. La divina Revelación del Génesis también tiene sentido histórico y objetivo, pero expresado en su género apocalíptico.
Todo el lenguaje acerca de Dios es apocalíptico, porque es revelatorio de algo que no podemos conocer directamente si no se nos revela. Y que, necesariamente, se nos revela en figuras, como nos enseña sobre todo el Pseudo Dionisio Areopagita en sus obras De divinis nominibus, de la Jerarquía celeste y la Jerarquía eclesial. De Dios no podemos hablar sino en analogías. Y la misma encarnación del Verbo es una analogía, no ya lógica o verbal, sino objetiva, real, histórica, del Dios a quien "nadie vio jamás" y nadie puede "ver y vivir" pero se hizo carne y habitó entre nosotros hecho hombre.
De ahí que nuestra racionalidad, para alcanzar la realidad objetiva de Dios y de su gobierno divino sobre la creación y la humanidad, sólo tiene el recurso de acudir a la revelación divina que se expresa mediante analogías o apofasis. Apofasis se llama al discurso sobre un Dios que siendo inefable e inalcanzable en sí mismo, sólo puede ser conocido mediante negaciones, didicendo lo que él no es. Dios es apo-fático, porque está más allá de lo que se puede decir acerca de Él.
El relato del Diluvio trasmite también una persuasión del hagiógrafo: las creaturas son instrumentos de la justicia y del gobierno divino. Si bien el relato termina con la promesa de no volver a destruir la humanidad por las aguas, volvemos a encontrar a Dios enfrentado con el faraón mediante el ejército de sus creaturas en las diez plagas. Y en muchísimos otros pasajes bíblicos como Levítico 18 se sustenta la misma convicción, de que la maldad y los malvados provocan la reacción de las creaturas. En el caso del Levítico, la corrupción del sexo separado del amor esponsal mueve a náusea y vómito a la tierra.
Espero haber logrado expresarme mejor esta vez aunque necesariamente en forma incompleta. Horacio Bojorge
Permiso para publicar: Querido Profesor: Si le satisfacen mis respuestas a su pregunta, le pediría permiso para publicar su pregunta y mis respuestas en mi Blog Toma y Lee.
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