Traté de la virtud de la Fortaleza cristiana en unas jornadas de estudio, celebradas en San Luis (Argentina) en junio del año 2001, y dedicadas a pensar sobre las virtudes cristianas . Iré ofreciendo, en diecisiete entradas, lo que expuse en aquella ocasión. No pretendo hacer de la fortaleza cristiana una descripción completa y sistemática. Josef Pieper lo ha hecho ya en su tratado sobre las virtudes. [Josef Pieper, Las Virtudes Fundamentales, Ed. Rialp, Madrid 1980 y Rialp con Quinto Centenario, Bogotá, 1988]
Existen también monografías históricas sobre la fortaleza en la antigüedad griega y en el Nuevo Testamento que muestran claramente la evolución del concepto y la diferencia entre la fortaleza en el mundo pagano y en el mundo de la fe bíblica.
[Véanse los estudios de Pedro Ortiz Valdivieso S.J., YPOMONH en la literatura griega, Ed. Instituto Caro y Cuervo, Bogotá 1966; ´YPOMONH en el Nuevo Testamento, Ed. Pax, Bogotá 1969. Los principales estudios sobre el tema: A.-M- Festugiere ´YPOMONH dans la tradition grecque, en: Rech. De Sc. Rel. 21 (1931) 477-486; Hauck, Art.: Theol. Wörterbuch z. N. T., IV 585-593]
El punto de partida y el ámbito principal donde se moverán mis reflexiones y observaciones, será la Sagrada Escritura. Me limitaré a tratar de lo que hace específicamente cristiana a la fortaleza cristiana,
es decir, de su conexión con la virtud teologal de la caridad, y muy de paso, casi alusivamente, de su conexión con la Esperanza y con la Fe. Me limitaré a tratar, principalmente, de la conexión que existe entre fortaleza cristiana y caridad, porque pienso que tiene mucho para enseñarnos acerca del carácter agonístico de la vida cristiana. Eso me llevará a ubicar, aunque muy de paso, la vida, la lucha y la victoria de los que aman a Dios, a la luz de la teología de la guerra santa en el Antiguo Testamento y de su transposición en el Nuevo. [Me he ocupado de la transposición de los temas de la guerra santa en relación con la vida religiosa en el librito Signos de Su Victoria. El Carisma de los Religiosos a la Luz de la Escritura, (Con prólogo de Jorge Mario Bergoglio S.J.) Ed. Diego de Torres, San Miguel (Prov. Buenos. Aires.) 1983]
Una advertencia en cuanto al camino expositivo: La Sagrada Escritura es asistemática y se expresa en lenguaje figurado. Los caminos de la interpretación espiritual y creyente de la Sagrada Escritura son los de la tipología. Buscar en ella el hilván de un hilo temático, como intentaré hacer con el tema fortaleza, puede dar la sensación de un cierto desorden lógico. Sin embargo, el lenguaje imaginario de los símbolos bíblicos tiene una gramática y una sintaxis propia, aunque su coherencia interna no sea inmediatamente manifiesta. La imaginería bíblica es más objeto de contemplación intuitiva que de análisis lógico, aunque de ningún modo excluya ulteriores instancias analíticas y reflexivas. Los sobrevuelos mostrativos (más que demostrativos) que parecen aconsejables, en los que hay vaivenes, vueltas atrás y repeticiones, no son los mismos que prescribiría un tratamiento sistemático.
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Conferencia en las VII Jornadas de Espiritualidad Católica sobre: LAS VIRTUDES CRISTIANASOrganizadas por el Oratorio Jerónimo Frassati, El Volcán, San Luis, 15-17 Junio 2001
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