CIUDAD DEL VATICANO, 19 MAR 2011 (VIS).-El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, S.I., realizó ayer por la tarde la siguiente declaración a propósito de la sentencia de la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo:
"La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la exposición obligatoria del crucifijo en las aulas de las escuelas públicas italianas se ha recibido con satisfacción por parte de la Santa Sede
"Se trata de una sentencia histórica, como demuestra el resultado al que ha llegado la Gran Sala al final de un examen profundo sobre la cuestión. De hecho, ha rebatido desde todos los puntos de vista una sentencia de primera instancia, adoptada por unanimidad por una Cámara del Tribunal, que suscitó no sólo el recurso del Estado Italiano, sino también el apoyo de numerosos Estados europeos, como nunca antes había sucedido, y la adhesión de muchas organizaciones no gubernamentales, expresión de un amplio sentimiento de la población.
"Se reconoce, por tanto, a un nivel jurídico sumamente autorizado e internacional que la cultura de los derechos del hombre no debe ponerse en contraposición con los fundamentos religiosos de la civilización europea, a los que el cristianismo ha dado una contribución esencial. Se reconoce, además, según el principio de subsidiariedad, que es un deber garantizar a cada país un margen de aprecio del valor de los símbolos religiosos en la propia historia cultural y en la identidad nacional y del lugar de su exposición (como ha sido confirmado en estos días también por sentencias de tribunales supremos de algunos países europeos). En caso contrario, en nombre de la libertad religiosa, se tendería paradójicamente a limitar o incluso a negar esta libertad para excluir de la vida pública toda manifestación. De este modo, se violaría la misma libertad, obscureciendo las identidades específicas y legítimas. El Tribunal sentencia, por tanto, que la exposición del crucifijo no es adoctrinamiento, sino expresión de la identidad cultural y religiosa de los países de tradición cristiana.
"La nueva sentencia de la Gran Sala es bien acogida también porque contribuye eficazmente a restablecer la confianza en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por parte de una gran parte de europeos, convencidos y conscientes del papel determinante de los valores cristianos en su propia historia, pero también en la edificación de la unidad europea y en su cultura de derecho y de libertad".
OP/ VIS 20110321 (420)
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