EL JUICIO DE LAS NACIONES EN MATEO 25, 31-46 (6 de 9)
Su sentido literal verdadero
Hermanitos: título de los discípulos, hijos con el Hijo Jesús llama 'hermanos” o "hermanitos" a sus discípulos (Mt 12,46-50; Lc 8,19-21; Mc 3,31-35). También se refiere a ellos como "estos pequeños que creen en mí" (Mc 9, 42). Esto nos introduce en el tema del parentesco y del goelato, de la solidardidad que existe entre los miembros del nosotros de parentesco. Y esta manera bíblica de ver, nos explica por qué lo que se hace, para bien o para mal, a un miembro del Nosotros, se hace a todos y en particular al que es cabeza del sistema de parentesco (Véase Horacio Bojorge, Go'el: El Dios Pariente en la Cultura Bíblica en: Stromata 54 (1998) 33-83).
Los discípulos son hermanos de Jesús cuando, por cumplir la voluntad del Padre, se configuran con el Hijo obediente: hijos como el Hijo. El Padre quiere que sean pequeños como Jesús.
A esa pequeñez apuntan
las Bienaventuranzas y otros logia o dichos de Jesús, tales como Mc 9,33ss.42; 10,13.43.
Fraternidad y pequeñez resultan así recíprocamente relacionados hasta resultar casi sinónimos y se conjugan en el diminutivo hermanitos y el superlativo los más pequeños.
Se recordará el dicho de Mateo: "No ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él" (Mt 11,11).
A. Schlatter ha visto, agudamente, en este dicho de Jesús un indicio de su lucha contra la meta judía de la grandeza.
"El discípulo – ha escrito A. Schlatter - puede ser aún más grande que el más grande. Lo será cuando sea más pequeño que él. Y como es un sinsentido, según el juicio común de los hombres, decir que uno sea el más grande por ser el más pequeño, es necesario agregar: 'en el Reino de los Cielos'. La lucha de Jesús contra el afán de grandeza humana no consistió únicamente en sentencias como Mt 11,25; 18,1; 19,14; 19,30, sino que fue el signo visible y eficaz de todo su actuar. En la realización de su servicio y en su Pasión el discípulo se hará más pequeño que el Bautista, y por eso mismo, será más grande que aquél que era el mayor" (A. Schlatter, Der Evangelist Matthäus, 1929, p. 367; cfr. p. 544).
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