jueves, 25 de junio de 2009

SAN PABLO
Y EL MATRIMONIO CRISTIANO (12)

El Surgimiento de la cultura esponsal cristiana
en las cartas de San Pablo


Éfeso: El Misterio grande, el matrimonio sanado bajo el signo de Cristo [3]
Como Cristo y su Esposa, la Iglesia
94) Esto de que “el que ama a su mujer se ama a sí mismo” lo interpreto al revés también: el que no ama a su mujer es porque no se quiere a sí mismo. A veces he reflexionado como derivando alguna enseñanza sobre qué le pasa al hombre entre los cuarenta y los cincuenta, cuando empieza a verse al espejo y se ve viejo y se da cuenta de repente de que ya tuvo una vida y la pasó. ¡Y no acepta que se va a morir! Porque además de repente no está satisfecho con la vida que hizo. “¿Esto fue todo?”, se pregunta. Y todavía el Demonio se la presenta más negra de lo que ha sido. Entonces se mira a sí mismo, se odia a sí mismo como mortal, porque no acepta que es un ser mortal, no se acepta mortal y se odia de alguna manera. ¡Porque no quiere ser mortal! Entonces se quiere demostrar a sí mismo que él puede empezar de nuevo. Se va con una chiquilina; busca una chiquilina y empieza de nuevo otra vida.

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