La fuerza de esta obligación era proporcional y correlativa al grado de proximidad del parentesco. Algunos aspectos de esta obligación inviolable que en tiempos patriarcales derivaba su fuerza del derecho oral y tradicional propio de la sociedad clánica, fueron más tarde reconocidos, asumidos, sancionados, regulados y estipulados, por la Ley mosaica.
Como esta obligación de piedad familiar deriva de la estructura de la familia israelita, conviene detenernos en recordar algunos rasgos de esa realidad familiar.
La familia patriarcal israelita.
Según el testimonio de los documentos más antiguos, la familia israelita es claramente patriarcal. El término propio para designarla es "casa paterna", bêt 'ab. Las genealogías se nos dan siempre siguiendo la línea paterna, aunque a veces, por razones particulares se menciona también a las madres. [Seguimos a R. De Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento pp.50ss].
El pariente más cercano por línea colateral es el tío paterno El padre tiene autoridad sobre los hijos, incluso los casados, si viven con él, y sobre sus mujeres.
La familia-hogar se compone de los miembros unidos por la comunidad de sangre y a la vez por la comunidad de habitación. La familia es una casa, y "fundar una familia" se dice "construir una casa" (cf Neh 7,4).
La familia de Noé comprende su esposa, los hijos y las esposas de los hijos: "Después dijo el Señor a Noé: entra en el Arca tú y toda tu casa [...] Y ante el diluvio entró en el arca Noé con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos" (Gn 7,1.7). La familia de Jacob agrupa tres generaciones (Gn 46,8-26).
Debido al origen nómade o pastoril del pueblo, se mantiene una equivalencia entre la tienda y la casa. En la arenga bélica de los benjaminitas, invitando a vengar el crimen de Gueba, leemos: "no vuelva nadie a sus tiendas ni se vaya nadie a su casa" (Jueces 20,8).
A la familia pertenecen también los siervos, los residentes extranjeros o guerim, los apátridas, las viudas o huérfanos que viven bajo la protección del jefe de familia. Nosotros diríamos: los allegados.
El término bêt, "casa", al igual que el término "familia" en nuestra lenguas modernas, es lo suficientemente elástico para comprender tanto el hogar o micro-familia como la macro-familia o clan, e incluso al pueblo entero: la "casa de Jacob" o la "casa de Israel"; o bien una fracción importante del pueblo: la "casa de José", la "casa de Judá".
Esa expresión puede designar el parentesco en sentido lato.
En este sentido lato, la "casa" es la macro-familia y se confunde con el clan: la mishpajáh. Los miembros de la mishpajáh habitan en un mismo lugar, o bien ocupan una o varias aldeas según su diversa magnitud. Así, por ejemplo, la mishpajá de los danitas ocupa Sereá y Eshtaol, Jue 18,11.
O bien varios mishpajót se hallan en el interior de una misma ciudad como los grupos judíos y benjaminitas registrados en Jerusalén por Nehemías 11,4-8 y por 1 Cro 9,4-9.
El clan tiene intereses y deberes comunes y sus miembros se sienten conscientes de los lazos de sangre que los unen. Se llaman entre sí "hermanos", 'ajím, David ruega a Saúl: "Te ruego que me des permiso para ir, pues tenemos mañana en la ciudad un sacrificio de familia, y mis hermanos me han llamado. si pues, he hallado gracia a tus ojos, permíteme que vaya de una escapada a ver a mis hermanos" (1 Sam 21,29).
El término hermanos 'ajím'
se llaman “hermanos” ‘ajim’ aunque puedan contarse decenas, centenares y aún miles de "hermanos" de un clan. Por ejemplo:"Sus hermanos ('ajím) de todas las familias de Isacar, eran 87.000 esforzados guerreros" (1 Cro 7,5); "De los hijos de Zéraj, Yeuel y sus hermanos: 690" (1 Cro 9,6); "Masay, hijo de Adiel..y sus hermanos, jefes de sus casas paternas: 1760 hombres" (vv.13-14).
La unidad social que constituye la familia es una unidad religiosa. La pascua es una fiesta familiar que se celebra en cada casa: "El día diez de ese mes tome cada uno según las casas paternas una res menor por cada casa. Si la casa fuere menor de lo necesario para comer la res, toma a su vecino, al de la casa cercana, según el número de personas, computándolo para la res según lo que cada cual puede comer.[...] Se comerá todo en casa, y no sacaréis fuera de ella nada de sus carnes, ni quebrantaréis ninguno de sus huesos" (Ex 12,3-4.46).
Sobre el cordero pascual como símbolo de la unidad o del "cuerpo" familiar, [Véase: Eugenio (Israel) Zolli, Il concetto de corpo-famiglia nel pensiero religioso e sociale, en: Israele. Studi Storico-Religiosi, Udine 1935, pp. 158.
El padre, jefe religioso de la familia
Cada año el padre conduce a toda la familia en peregrinación al santuario: "Subía de su ciudad este hombre [Elcana, hijo de Jeroam, hijo de Eliu, hijo de Toú, hijo de Suf, efraimita] de año en año para adorar al Señor de los Ejércitos y ofrecerle sacrificios en Silo" (1 Sam 1,3).
Esta fuerte constitución de la familia es una herencia de la organización tribal. El paso a la vida sedentaria y, sobre todo, el desarrollo de la vida urbana introducirán transformaciones sociales que habrán de afectar mucho a las costumbres familiares, sin embargo, la impronta primitiva perdurará y ejercerá la atracción de los ideales de una edad de oro.
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