viernes, 11 de marzo de 2011

SAN LUCAS, MÉDICO GRIEGO (19 de 19)

SAN LUCAS MÉDICO GRIEGO
Y LA VIRGINIDAD DE MARÍA
En esta última entrada de la serie dedicada a presentar a san Lucas evangelista como médico griego, invito a sopesar el valor de su testimonio ante dos hechos milagrosos.

1)Primero el peso del testimonio de María que san Lucas valida al trasmitirnos, respecto de la virgindad de María antes, durante y después del parto.

2)Su propio testimonio, que como en el caso de Eutico fue presencial, acerca de las sanaciones que sucedían en contacto con los vestidos de san Pablo.

La mente moderna se inclina a pensar que su escándalo ante el hecho de la concepción virginal de Cristo le viene su modernidad. La realidad es otra. Por más ignorantes, retrógradas y supersticiosas que se quiera pintar a las edades más primitiva es una mente y un pueblo. La mente moderna no puede creer en la concepción virginal porque es todavía demasiado carnal, animal y primitiva, a pesar de toda su soberbia exaltación sobre los que fueron antes.

Lucas, que quiere fundar la certeza de Teófilo sobre una base firme, podía haber imitado a Marcos (a quien por otra parte sigue escrupulosamente) y callar acerca de la infancia de Jesús.

Pero no temió confrontar al que quería confortar, con un hecho en cierto sentido más pasmoso que el de la Resurrección. La Resurrección de Cristo la compartirán los que creen en él. La concepción virginal es un hecho único e irrepetible y que no comparte ni compartirá ninguna otra creatura . Es además, y quizás por eso mismo, un hecho a primera vista prescindible, puesto, que no reporta a nadie provecho sensible alguno. Para el racionalismo carnal, es lo mismo que Jesús tuviera la nariz roma o aguileña, que haya sido concebido por obra del Espíritu Santo o por obra de José. Las peculiaridades individuales de Jesús le importan poco. Le interesa más bien su función, su funcionalidad su utilidad y su aptitud para ser digerido como una idea. Si hay algún hecho o suceso individual que contradice sus generalidades históricas o naturales, sus pronósticos, que escapa al alcance de su instrumental verificador, ese hecho debe ser eliminado en aras de las normas metódicas.

Lucas no quiso tampoco evadir este hecho, a primera vista más apto para ahuyentar adeptos que para atraerlos.

Si alguien tenía derecho a elevarse contra la fe en la concepción virginal de Jesús, como contra una extralimitación vejatoria del buen sentido y la razón, como contra una contradicción inaceptable de los datos de la ciencia y de la historia, era Lucas. Lucas, como una de las figuras más cultas de la primera generación de cristianos.

Quiso el Espíritu Santo, que fuera precisamente Lucas el médico quien quedara ante la posteridad de la Iglesia y el Mundo, como el más claro y férvido expositor del misterio de la concepción virginal. Superando de lejos al parco y escueto Mateo. Explicitando lo que se sobreentiende en Marcos y Juan.

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