Aunque a menudo no aparezca en las traducciones castellanas, San Marcos remarca que Jesús entra inmediatamente (euthús en griego) en la Sinagoga apenas comenzado el Sábado. Y que el hombre en espíritu impuro se pone a gritar enseguida (euthús) como reacción a la enseñanza de Jesús.
El pasaje termina diciendo que la fama de Jesús se extiende enseguida (euthús) por todos lados.
Ya vimos antes la importancia que tiene este término en la revelación de Dios según San Marcos: la inmediatez de los efectos de la gracia.
Esta escena, junto con la del endemoniado de Gerasa (Marcos 5, 1 y siguientes) son muy importantes para conocer la doctrina del Evangelio de Marcos acerca del demonio.
El "espíritu impuro" es el espíritu opuesto al Espíritu Santo, o Espíritu Puro.
La caracterización que nos hace del demonio la revelación divina es muy pragmática. Se nos describe al mal espíritu por lo que dice y por lo que hace en el hombre confrontado con Jesús.
+ El Espíritu Santo. lleva a Jesús al desierto y hace creer en él hasta dejarlo todo por seguirlo (escena de la vocación de los apóstoles).
+ El espíritu impuro, opuesto al Santo, por el contrario, aparta de Jesús los corazones de los que están en la Sinagoga. Ese espíritu de asombro y de extrañeza ante la novedad de la enseñanza de Jesús, se expresa, como por un portavoz o intérprete, a través del hombre en espíritu impuro.
Nótese que en la mayoría de las traducciones castellanas se lee: poseído por un espíritu impuro. Es una desgraciada fantasía de los traductores de este pasaje.
El texto griego no habla para nada de posesión, sino de situación. Dice simplemente: en espíritu impuro.
El hombre está en espíritu impuro y el espíritu impuro está en el hombre, por lo que Jesús los distingue. Lo hace cuando le ordena al espíritu: "sal de él".
Ejercicio: Lea 1,21-28. Anote las tres frases que dice el hombre en espíritu impuro
1“¿Qué tenemos que ver tú y nosotros?”
2“¿Has venido a destruirnos?”
3“¿ Ya sabemos quién eres: el Santo de Dios”
Lea ahora 5,1-20 y anote lo que dice el hombre en espíritu impuro, comparando con lo que dice el de la Sinagoga:
1
2
3
También conviene notar cómo, en la Sinagoga, el espíritu impuro habla en plural: “nosotros..., destruirnos..., sabemos...".
Pero Jesús lo enfrenta imperándolo en singular: “¡cállate y sal de él!”.
Lo contrario sucede en el episodio en Genesaret, (Marcos 5, 1 y siguientes) el espíritu impuro habla en singular y Jesús lo obliga a reconocer que son muchos: "mi nombre es legión".
La revelacion evangélica que tiene a Dios por autor, nos enseña de este modo que
1) El mal espíritu actúa algunas veces como falso diputado (en la Sinagoga de Cafarnaúm) arrogándose una representatividad universal: (Por ejemplo, en muchos discursos que invocan el hombre de hoy, el joven de hoy, la mujer moderna...)
Por el contrario, actúa como facción que se oculta tras un individuo (en el caso de Genesaret) Por ejemplo en los discursos hipócritas de quienes dicen hablar a título personal, pero ocultando una facción cuyos intereses representan)
Conclusión: lo que el Espíritu impuro dice es siempre mentira. Y estas mentiras tan sutiles nos muestran hasta qué punto merece el nombre de "Padre de la mentira" que Jesús le da.
Analicemos ahora cada una de las tres frases del mal espíritu:
La primera es la expresión de una indiferencia: “no tenemos que ver nada contigo ni tú tienes que ver nada con nosotros”. Es la negación de toda comunión, vínculo o relación entre Jesús y los asistentes a la Sinagoga, representantes del pueblo de Israel. Si el E.Sto. es el que crea la comunión del hombre con Dios, porque es la comunión eterna entre el Padre y el Hijo, el Espíritu impuro es el que rechaza la comunión o la rompe donde ella se encuentra. El E.Sto. es reconciliador. La obra del Espíritu impuro es la contraria, es el divisor. El E.Sto. hace conocidos, el divisor hace extraños.
Pero la frase de indiferencia se dice gritando, lo cual demuestra que no es tan indiferente como se dice ser.
La frase se sigue gritando hoy. La dicen los indiferentes: ¿Qué tiene que ver la fe con la vida? ¿Qué tiene que ver la Iglesia con el mundo? ¿Cristo conmigo? etc.
Piense y formule otras frases que dicen lo mismo con otras palabras:
La segunda frase, muestra lo que se oculta bajo la apariencia de indiferencia: es la aversión a Dios. Lo que se decía indiferencia es bronca oculta. Se juzga que Dios es malo y que daña al hombre, que su presencia o su cercanía lo destruye y le impide vivir. Esta frase también se dice hoy en mil formas: “La Iglesia es enemiga del placer”, “Los mandamientos impiden al hombre realizarse”, “la fe produce gente inmadura”, “el que entra en la vida religiosa ¡qué desperdicio!”.....
Piense en otras frases que hoy dicen lo mismo:
La tercera frase es la del conocimiento sin amor: "Ya sabemos quién eres tú: el Santo de Dios".
Aquí también hay que notar que la mayoría de las traducciones castellanas traducen en singular: "sé quién eres tú" porque prefieren una variante textual de los manuscritos griegos. Yo prefiero la variante textual de otros manuscritos, porque la considero más coherente con el sentido interno del pasaje: "sabemos quién eres". No hay razón para que el espíritu impuro, pase de mentir en plural antes de que Jesús lo desenmascare como singular.
Lo propio del príncipe de los demonios es el conocimiento sin amor.
A Jesús no le sirve el testimonio de los demonios, que lo conocen pero no lo aman.
Es el espíritu en que están los que se saben su catecismo no aman a Dios, o encuentran que las enseñanzas de Jesús son extrañas a los discursos comunes de sus maestros, a los cuales están acostumbrados.
Jesús distingue, y nos enseña a distinguir. Distinguir entre el hombre y el espíritu que está en él.
Jesús no se enfrenta con el hombre sino que increpa e impera al espíritu con propia autoridad."Cállate y sal de él".
Jesús comunicará esta autoridad a los discípulos que envía a predicar “con poder de expulsar” demonios: Mc 6,7. - 22 - 23 -. También ellos tendrán que saber distinguir las personas de los espíritus en que están y los tientan o atormentan.
El hombre de la Sinagoga parece expresar en voz alta la extrañeza de los asistentes a la Sinagoga: ver el v. 22 y como inclusión el v. 27. Esa extrañeza es muy cercana de la indiferencia: “¿qué tiene que ver esto con lo que estamos habituados a oír?”. Son representantes de la resistencia a creer en Jesús en tierra santa.
El endemoniado de Genesaret, vive entre los sepulcros (3x) y lo encadenan y engrillan (3x), grita y no puede ser dominado por la violencia humana. Sus connacionales no se alegran de verlo curado. Se preocupan mucho más por el daño económico que representan los cerdos ahogados. Parecería aludirse aquí a la cultura de la muerte, donde vale más lo económico que el hombre. De hecho, el cristianismo en el mundo pagano será perseguido cuando toque lo económico, como es el caso de la joven adivina librada del demonio en Filipos y el de los plateros de Éfeso , en los Hechos de los Apóstoles (Hch 16,16-24;19,23-29).
El tercero y cuarto relatos de exorcismo que encontramos en EMc,
A) el de la hija de la mujer sirofenicia (8,24-30)
B) y el del niño con convulsiones (9,14-29),
tienen de común que se trata en ambos casos de niños o hijos, por los cuales interceden sus padres.
La madre por la hija y el padre por el hijo. Y en ambos casos, el demonio es expulsado por Jesús en atención a actos de fe de los progenitores. Lo cual sugiere que quizás también el estado de sujeción al demonio tenía que ver con actitudes espirituales de sus progenitores. Su conversión y fe, redunda en la liberación de sus hijos. En ambos casos, Jesús no dialoga con los niños, ni impera al espíritu que está en ellos y los atormenta, sino que entra en diálogo con la madre o el padre y los ayuda a creer.
La sirofenicia alcanza lo que pide por la fe con que proclama “Señor” a Jesús, es decir: Dios.
Y el padre del niño convulso lo alcanza confesando su fe y pidiendo más.
Otra enseñanza de estos pasajes sobre expulsión de espíritus impuros (exorcismos), es que no se expulsan con discusiones sino sólo en oración y ayuno (ver Mc 9,14 en inclusión antitética con 9,28-29).
NOTA: Véase una interpretación y explicación más extensa de este pasaje evangélico aplicado a situaciones espirituales actuales en mi estudio: “El Indiferente: ¿Es indiferente?”
http://members.fortunecity.es/mariabo/elindiferente.htm
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