La sección del camino va desde la curación del ciego de Betsaida a la curación del ciego de Jericó (8,22 hasta 10,52).
Se caracteriza por: 1.- la repetición de la palabra camino: 8,27; 9,33.34; 10,17.32.46.52. (7x) 2.- la frecuencia del tema del seguimiento de Jesús, de sus condiciones y sus dificultades. 3.- Tres predicciones sobre la próxima pasión y resurrección 4.- Entre las predicciones se multiplican los conflictos debidos a no entender la sabiduría de la Cruz. Donde no se tiene esta sabiduría no hay paz entre los hombres ni del hombre consigo mismo.
La sección del Camino comienza con una curación de ciego (Betsaida) y termina con otra (Jericó)
como insinuando que para caminar por el camino de Jesús hay que curarse de una ceguera espiritual. (8,23) El ciego de Betsaida: “¿ves algo?” +8,34-38 “si alguno quiere venir en pos de mí...” +9,38 “no vienen con nosotros”; +9,41 recompensa al que trate bien al discípulo por ser de Cristo +9,42 castigo del que hace tropezar al discípulo en el camino del seguimiento +9,43-49 Para seguir a Jesús hay que vencerse a sí mismo (cortarse la mano, el pie o arrancarse el ojo). +10,46-52 el ciego Bartimeo, modelo del discípulo iluminado: “lo seguía por el camino” Mc 10,52.
Por el gusano y el fuego, como juicio y castigo (ver Isaías 66,24). +9,50 La sabiduría del discípulo es la sal de la Nueva Alianza que, como en los sacrificios de la Antigua, no puede faltar en las ofrendas y sacrificios (Levítico 2,13) . La sal de la Alianza, es decir del amor y de la fidelidad, era lo que hacía agradable a Dios los sacrificios y holocaustos, que no le agradaban sin amor o sin obediencia: “Obediencia quiero y no sacrificios” Así también, en la nueva Alianza, lo que da sabor y sentido al sacrificio de la Cruz y de los sufrimientos, es el amor del discipulado. La sal del cristiano es la sabiduría de la Cruz que enseña su Maestro.
La sal, o sea la sabiduría del que sabe sufrir por amor, es la que asegura la paz, personal, religiosa y comunitaria (paz consigo mismo, con Dios y con los demás). En cambio, donde no se sabe sufrir por amor hay siempre conflictos y malos entendidos, como veremos que abundan en esta misma sección. Véase por ejemplo_
+10,17-22 El joven rico que no se anima a seguir a Jesús +10,28-31 Recompensa prometida a los que dejan algo por seguir a Jesús +10,32 Miedo de los que seguían a Jesús +10,35-45 Conflictos entre los seguidores
3.- Tres predicciones de la pasión muerte y resurrección, que los discípulos no entienden y se resisten a oír: 8,31-33; 9,30-32; 10,32-34. 4.- Donde no se acepta la cruz hay conflicto: +8,32-33: de Pedro con Jesús +9,14: los discípulos y los fariseos discuten +9,34: los discípulos discutían por el camino quién era el mayor +9,38: Juan impide que los que no vienen con ellos expulsen el demonio en nombre de Jesús +9,43-49: para seguir a Jesús hay que hacerse violencia a sí mismo, porque el hombre está dividido +10,1: La discordia entre varón y mujer en la pareja humana se debe a que no se entiende la cruz por la dureza del corazón (es decir la dureza producida por el pecado original). Por el discipulado se restaura la intención original de Dios sobre el matrimonio. Pero implica la aceptación de la cruz por parte de los esposos, es decir: la aceptación del sufrimiento por amor. +10,16: Los discípulos riñen a los niños y Jesús a ellos +10,17-22: El conflicto interior del joven rico, lo desgarra, entre el deseo del seguimiento y la servidumbre de la administración de los bienes que posee. Es el hombre irreconciliado consigo mismo +10,41: Los diez se indignan contra Santiago y Juan +10,48: Muchos increpan al ciego Bartimeo para que se calle
Quizás ahora se entiende mejor el sentido del v. 9,50 que debe traducirse más apropiadamente así: “Tened sal en vosotros, y tendréis paz en vosotros y entre vosotros”. Tened la sal de la Nueva Alianza, el amor que hace sabroso el sacrificio porque le da sentido, y tendréis paz, con Dios, con la creación, con vosotros mismos y entre vosotros.