miércoles, 25 de febrero de 2015

MOZART Y CRISTO
Teología en el pentagrama

MOZART Y CRISTO – AGNUS DEI – CORDERO DE DIOS[1]


Mozart, en Leipzig, en abril de 1789, dos años antes de su muerte, mantuvo una conversación acerca de la música de Iglesia con el protestante Johann Friedrich Rochlitz quien dio a conocer luego su contenido substancial por escrito[2]. Esta crónica, dice el P. Fernando Ortega “nos deja una imagen viva de la experiencia mozartiana del misterio cristiano”.

“Ustedes protestantes iluminados, como gustan llamarse, tienen toda su religión en la cabeza. Si hay de verdad allí, lo ignoro completamente. ¡Pero entre nosotros es tan distinto! Ustedes no pueden experimentar lo que significa “Agnus Dei qui tollis peccata mundi dona nobis pacem”…[3] Pero cuando desde la primera infancia uno ha sido introducido, como lo fui yo, en el santuario místico de nuestra religión; cuando sin saber aún hacia dónde uno iba con esos sentimientos oscuros y opresivos, se asistía a Misa con un enorme fervor de corazón sin saber verdaderamente qué se deseaba; cuando uno salía del Oficio divino más aliviado y con el alma elevada, sin saber exactamente qué se había obtenido; cuando uno ha estimado dichosos a aquellos que se arrodillaban conmovidos por el “Agnus Dei” mientras recibían la santa comunión…; cuando uno ha experimentado todo esto ¡entonces todo es muy distinto! Es cierto que todo eso se pierde luego en el transcurso de la vida en el mundo, pero, al menos es mi caso, cuando se retoman esas palabras mil veces escuchadas, para ponerlas en música, entonces todo eso vuelve y se está frente a  Alguien, y hacia ese Alguien se eleva el alma”

1) Agnus Dei de la Misa de Requiem



2) Agnus Dei de la misa de la Coronación
http://youtu.be/VtsBbx1Zfn4




[1] Tomado de: Fernando Ortega, Mozart y Cristo, en la revista Teología (Fac. de Teol. De la Pont. Univ. Cat. Argentina), Buenos Aires Tomo XXXI, Nº 64, año 1994-2, págs.. 157-169,  nuestra cita en p. 168-169
[2] ROCHLITZ, Johann Friedrich, en Allgemeine Musikalische Zeitung, Leipzig, 15 de abril de 1801 p. 494s. y que el P. Fernando Ortega reproduce hacia el final de su artículo.
[3] Este es un canto que canta el Coro en la Misa Católica durante el rito de la Comunión eucarística.