viernes, 9 de noviembre de 2012

GO'EL: EL DIOS PARIENTE En la Cultura Bíblica (21 de 27)

5.2.- Se ha comparado el texto del Prólogo del Evangelio según San Juan 1,12-13 con un texto de Epicteto [Dichos I,3] donde se refleja una concepción de un doble parentesco "según la carne y según el espíritu".

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Epicteto, filósofo estoico, afirma:
"Compórtate siempre, en todos los asuntos, grandes y públicos o pequeños y privados, de acuerdo con las leyes de la naturaleza. 
La armonía entre tu voluntad y la naturaleza debería ser tu ideal supremo."
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En el texto de Juan se habla de la adopción del hombre por Dios. Naturalmente, jamás ningún griego pudo considerarse hijo de Dios a la manera bíblica, ni en particular a la manera cristiana. Pero Pablo de Tarso, citando el verso de Arato, demuestra que veía la posibilidad de encontrar en él un punto de inserción, para la visión cristiana, dentro de la visión de un griego.

 ¿En qué medida podían recubrirse las conciencias griega y cristiana de que el hombre era hijo de Dios? Antes que nada hay que disipar un equívoco. Si bien es cierto que Homero habla de Zeus como "padre de los dioses y de los hombres", eso no quiere decir que Zeus sea lo uno y lo otro de la misma manera.